lunes, 30 de junio de 2014

AMIGA MORTAL

Tras recuperarse profesionalmente con el sorpresivo éxito de "Pesadilla en Elm Street" (1984), parecía evidente que Wes Craven iba a realizar la más que obligada secuela. Pero las cosas, en los despachos de la New Line, no funcionaron según los criterios del director, por lo que decidió desentenderse de la segunda parte, que quedó en manos de Jack Sholder que se la jugó bien jugada con una entrega que es hoy objeto de culto.
Pero Craven no. Craven prefirió concentrar sus esfuerzos en hacer una secuela de un título que ya tenía ya sus años, "Las colinas tienen ojos" (1978). "Las colinas tienen ojos 2" (1985) fue un error de tamaño familiar, de los gordos, de los que hacen que una carrera se vaya al garete. En ella, Craven metió la gamba hasta el fondo, comenzando por reutilizar, sin desvergüenza alguna, escenas de la primera parte, para luego rellenarlo con nuevas escenas en un conjunto que solamente puede calificarse de lamentable visualmente.
 No quedaba más remedio que plegarse a los designios de la industria hollywoodiense. Craven pasó de autor completo, de escritor y guionista, a ser director "a sueldo". ¿Eso era malo?. En su caso no, porque si hay algo que destaca en este director es que, cuando pretende colar mensajes, cuando quiere jugar a ser "autor", digamos que resulta de un pretencioso que asusta más que algunas de sus películas.
Así que de este modo logró hacerse cargo de un proyecto de un gran estudio, Warner, que andaba interesada en poner en imágenes una novela que había tenido cierto éxito, "Friend", escrito por Diana Henstell, de la que desconozco si hubo edición en castellano. El guión era obra de Bruce Joel Rubin, quien luego tuvo cierta fama merced a sus libretos para "Ghost, más allá del amor" (1990) o "La escalera de Jacob" (1990).
La historia, a grandes rasgos, narra cómo un muchacho solitario y muy ducho en ordenadores y tecnología (ochentera, ojo), Paul, conoce a su nueva vecina, una muchacha que sufre los abusos de su padre. Paul acaba de crear un robot, llamado BB, que le ha permitido ganar cierta fama de genio. Cuando la choca muere a manos de su padre maltratador, Paul decide jugar a Frankenstein, transplantando el cerebro de la desdichada joven a BB, que a sufrido los desmanes de una vecina especialmente cabrona, encarnada por la inolvidable Anne Ramsay, creando una criatura que, ni que decir tiene, se le escapará de su control, sembrando el terror allá por donde pase...
Como pueden ver, "Amiga mortal" (1986) no deja de ser una especie de "Yo fuí un Dr. Frankenstein adolescente", pero hay que reconocer que Craven hizo un trabajo, cuando menos, muy digno, que si bien no llega a los niveles de la posterior, y muy superior, "La serpiente y el arco iris" (1987), refrenda que, cuando quiere, y tiene un buen guión entre manos, el director de la saga "Scream" sabe cómo hacer una buena película de terror. Puede que le sobren algunos sustos de manual, facilones, o ese final abierto, sorpresivo en el enunciado pero que se ve a la legua. No, no hubo secuela, pero indudablemente hay que situar a esta película como un clásico menor, pero reivindicable, dentro de la filmografía de su realizador. Matthew Laborteaux posteriormente se quedó en la pantalla de televisión, actuando en diversas series, para luego desaparecer de escena. Kristy Swanson, que hoy en día también se dedica a los telefilmes de sobremesa, actuó luego en "Buffy la cazavampiros" (1993), que fracasó de mala manera en las plateas de cine, para luego triunfar en TV, aunque la pobre Kristy no tuvo oportunidad de vivir ése éxito, pero sí la muy sosainas de Sarah Michelle Gellar.
Craven, por su parte, pronto sufriría otro bajón profesional, del que se recuperaría gracias a un joven guionista, Kevin Williamson, que con "Scream" le permitiría vivir una auténtica edad de oro, que le facilitó hasta ser considerado "maestro del suspense" por la publicidad y el marketing. A ver, ni tan poco y, ni mucho menos, tan exagerado. 

domingo, 29 de junio de 2014

LA ISLA DE LOS CORSARIOS

A primeros del siglo XVIII, Brian Hawke, oficial de la Marina Británica, es enviado a una misión muy peligrosa: infiltrarse en los dominios piratas con el fin de desbaratar sus planes de seguir squeando barcos en aguas del Caribe. Tras conseguir su objetivo, Hawke, acompañado de otros dos hombres que también le ayudan en su cometido, llega a la Isla de la Tortuga, capital de los piratas. Allí traba contacto con algunos capitanes corsarios, que no acaban de fiarse mucho de sus intenciones; pero Hawke, hombre bregado e ingenioso, logra muy pronto ganarse su confianza. Ahora bien, sus planes están a punto de irse al traste cuando conoce a una hermosa mujer, hija de un famoso corsario, ya fallecido, de la que se enamora nada más verla...
En 1952 Errol Flynn no era la estrella que había sido doce años antes; sus años dorados en el seno de la Wraner Bros eran cosa del pasado y, libre de estar ligado a un estudio, pasó los primeros años cincuenta pasando de compañía en compañía, intentando mantenerse a flote mediante producciones con las que buscaba, en gran medida, vivir de glorias pasadas. "La isla de los corsarios" es una agradable cinta de aventuras piratescas, pero lo cierto es que no sirvió para sacarle del declive profesional en el que se hallaba inmerso por aquellos días, y que se agravaría poco más tarde, en Europa, continente al que llegó con el fin de levantar una adaptación al cine de Guillermo Tell que se quedó en agua de borrajas como consecuencia de la estafa provocada por su representante, que lo dejó casi en la ruina.
La película fue dirigida por George Sherman (1908-1991), un realizador que se batió el cobre filmando multitud de "westerns" a lo largo de una carrera iniciada en 1937 y finiquitada en 1971 con "El gran Jack", una del Oeste protagonizada por dos viejos conocidos del director, John Wayne y Maureen O'Hara, inolvidable pareja protagonista de "El hombre tranquilo" (1952), la obra maestra de John Ford, director que se encargó de unirlos en varias, y majestuosas, ocasiones. Realizador cumplidor con los encargos que se le encomendaban, Sherman era un profesional sin pretensiones autorales, que básicamente se dedicaba a filmar los guiones que le presentaba el estudio de turno, fuera Republic, compañía en la que empezó, en el seno de sus "westerns" de serie B, pasando por Universal, RKO o Columbia, empresas en las cuales desplegó su talento de artesano.
"La isla de los corsarios" es una cinta que no aporta novedad alguna al género, pero que indudablemente posee ese regusto a buen cine de aventuras, en un género hoy por hoy del todo en desuso, a pesar de intentos por sacarlo del olvido, como ocurrió con la desafortunada "La isla de las cabezas cortadas" (1995), pasando por la saga de "Piratas del Caribe", que no son más que el pálido reflejo de una herencia del todo perdida en los territorios de la nostalgia y el cine clásico, al parecer hoy caídos en manos de cierto desprecio, que habla bien poco de los niveles actuales de cultura cinematográfica...

sábado, 28 de junio de 2014

THE PREMONITION

Jamie Bennett es una niña que ha logrado recuperar la felicidad al lado de sus padres adoptivos, Miles y Sheri, que están entregados a su cuidado y bienestar. La situación toma un giro de ciento ochenta grados cuando aparece en escena un matrimonio, que afirma que son los padres de Jamie y que están dispuestos a hacer lo que sea con tal de recuperarla. Este hecho coincidirá con el descubrimiento, por parte de Sheri de que su marido, respetado médico, mantiene algún tipo de roce sentimental con su enfermera. Miles lo niega, pero las acusaciones de su esposa hacen que el doctor no tarde demasiado en caer a la tentación. Para acabar de complicar las cosas, Jamie es secuestrada, en el mismo instante en que empieza a mostrar señales de que posee poderes extrasensoriales...
Película no estrenada comercialmente en cines en España, aunque sí explotada en formatos domésticos, "The premonition" es un batiburrillo de melodrama y terror realizado con hechuras telefílmicas por el muy poco remarcable Robert Allan Schnitzer, realizador estadounidense cuyo principal mérito es el de haber dado su primera oportunidad como actor a Sylvester Stallone mediante un "thriller" que tuvo muy escasa repercusión, "No hay lugar donde esconderse" (1970), circunstancia muy habitual en la filmografía de este director de filmografía más bien chata en cuanto a extensión, pues a estas dos cintas cabe añadir solamente dos títulos más: "Kandiland" (1987) un "thriller" de serie B de tintes eróticos hecho a mayor gloria de Sandhal Bergman, que por aquel entonces ya vivía de las rentas de su  (nimia) popularidad por "Conan el bárbaro" (1981/John Milius) y "El hijo de..Rainbow" (1990), que no era más que un burdo remontaje de  "No hay lugar donde esconderse" para convertirla en una comedia (!¡) y aprovecharse de la celebridad de un Stallone que no se mostró muy entusiasmado con el resultado de un trabajo de principiante que ya tenía bien escondidillo en su filmografía. Después de esto, no volvió a ponerse tras una cámara o escribir guiones o producir, desapareciendo del mapa tras ejercer de esto último, productor, con "Shelter from the storm" que, siguiendo la tónica, digamos que vieron sus familiares y otros cuatro gatos más.
"The premonition" (1976) es una película que, muy probablemente, en manos más expertas, hubiera dado lugar a una cinta hasta cierto punto estimable, pero tal y como está realizada, digamos que lo que tenemos es una sombra de una idea de partida muy interesante, que su director arruina a base de una puesta en escena escasamente atractiva. A pesar de ello, se nota que los actores hicieron el esfuerzo de superar el escollo de una dirección decididamente nefasta, en especial el veterano Jeff Corey, en su rol de policía dispuesto a todo por rescatar a la desdichada Jamie. Pero lo que queda al final es un relato sobre una niña con poderes telequinésicos que explotan al ser secuestrada por una pareja de lunáticos, ella escapada del centro donde se hallaba interna y él sobreviviendo como miembro de una destartalada feria de atracciones, y que está encarnado por Richard Lynch, quien poco más tarde iniciaría una notable trayectoria como villano en infinidad de producciones baratas destinadas a cines deprograma dobles o videoclubes de barrio. La niña, Danielle Brisebois proseguiría también con su carrera interpretativa, pero siempre en roles muy secundarios, destacando un rol como cantante en "Mejor imposible" (1997/James L. Brooks), en una trayectoria marcada por los roles episódicos para la pequeña pantalla, al menos hasta 1998, en el que intervino en un culebrón televisivo, para luego desvanecerse. Puede verse como una "Carrie" (1976/Brian DePalma) de rebajas. Y ni tan siquiera así se le pueden encontrar mayores elementos de interés.

lunes, 23 de junio de 2014

INCÓGNITA

En España, además de futbolistas, funcionarios, políticos más o menos corruptos y parados, tenemos un segmento que podemos denominar "periodistas del misterio". Dicho grupo tiene como cabeza de filas al mítico, y malogrado, Fernando Jiménez del Oso, que tanto desde televisión como mediante diversas revistas, como "Espacio y Tiempo" o "Enigmas", ésta última aún funcionando en los kioscos mensualmente, aportó su granito de arena (granito de arena de esos bien gordos) a dar cumplida noticia de todo lo referente a lo paranormal. Pero también pueden citarse personas como Antonio Ribera, J.J. Benítez, Sebastià D'Arbó, el añorado Andreas Faber-Kaiser (estos dos últimos, junto con Ribera, ejercieron, y ejercen, un papel muy destacado en este campo en territorio catalán). En el conjunto de España, quien tiene la sartén por el mango es el vitoriano Iker Jiménez, formado a la vera de otro Jiménez, del Oso, en la revista "Enigmas", a primeros de los noventa, junto a Lorenzo Fernández Bueno, actual director de la citada cabecera, que luego saltó a la radio, con "Milenio 3" y, después, a la televisión, con "Cuarto milenio". No quisiera acabar este párrafo introductorio sin dejarme a nadie en el tintero, que seguro que me lo dejaré, pero destacaría a Miguel Blanco, responsable del programa "Espacio en blanco", actualmente emitiéndose en Radio Nacional, aunque anteriormente estuvo presente en diversas emisoras, en varios periodos de tiempo.
Francisco Contreras Gil es otro de esos profesionales de carrera, de carrera de fondo, que se han batido el cobre en diversos medios, aunque no es tan conocido como los antes citados. A pesar de esto, profesionalmente ha estado ligado a varios de ellos, siendo colaborador de la revista "Enigmas", de la que llevó a cabo una sección, "Enigmas pendientes", cuyos artículos luego recopiló en un volumen editado en 2007. Ahora, con fecha de Enero de 2014, aparece "Incógnita", otra nueva recopilación de textos vinculados a una serie de fenómenos que el autor ha investigado a lo largo de su actividad como reportero de campo, pues además de su labor escrita, ha trabajado en televisión para Iker Jiménez y en radio para, también, Jiménez, en "Milenio 3" y, actualmente es colaborador de "Espacio en blanco".
Quien no sea un asiduo de estas temáticas quizá se encontrará con una obra que se alejará de sus intereses y planteamientos, pero el principal objetivo de "Incógnita", al igual que el desarrollado en el resto de obras de Contreras Gil, es reivindicar la faceta de "investigador de a pie", que tanto da que se dedique a los sucesos o a investigar aparaciones fantasmales en un colegio abandonado de Toledo, por poner un caso. Es en ese sentido amor hacia la profesión donde hay que hallar la indiscutible grandeza de este libro, que va más allá de lo paranormal para abrazar, en su conjunto, la causa del periodismo de investigación. Al igual que ocurría con "Enigmas pendientes", "Incógnita" es una obra que se lee casi compulsivamente, con algunos casos que ponen los pelos como escarpias. Otra prueba de la indiscutible maestría de su autor, tanto en su faceta como reportero en el lugar de los hechos como en la de escritor.  

LA TUMBA DE LOS MUERTOS VIVIENTES

En 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, un regimiento del ejército alemán transporta un importante cargamento de oro por el Sáhara. Cansados, deciden para en un oasis, siendo sorprendidos por tropas británicas, que los aniquilan, aunque desconocedores de lo que llevan, abandonan la zona raudos y veloces. Muchos años después, un antiguo alto mando militar alemán (Eduardo Fajardo) acompañado de su amante (Lina Romay) logran las coordenadas donde se localiza el oasis en cuestión, con el objetivo de encontrar el oro. Mientras, un grupo de jóvenes inician lo que parece un traqnuilo viaje por el desierto sahariano; ambas partes no saben que van a encontrarse en el oasis. Y lo que tampoco saben es que los cadáveres de los soldados alemanes muertos en aquella escaramuza están sedientos de venganza...
Prototípica cinta del siempre inimitable Jesús Franco, realizada en un momento en el que estaba a un paso de iniciar sus incursiones dentro del cine erótico y pornográfico, aunque lo del erotismo nunca llegó a dejarlo del todo. Inicialmente, "La tumba de los muertos vivientes" (1982) debiera haber sido una cinta de aventuras de cáriz juvenil, pero el hecho de que el éxito de "Zombi" (1978/George A. Romero) aún coleara en las plateas de los cines de programa doble, donde el cine de género europeo aún campeaba a sus anchas hizo que los coproductores franceses exigieran un cambio en los planteamientos argumentales de la película.
Esta circunstancia no fue muy del agrado de Franco, quien nunca demostró simpatía por los muertos vivientes, despreciando su potencial como criaturas dentro del cine de terror. Él era más de vampiros, en especial vampiras, y los zombies le daban bastante igual, por decirlo de manera fina.
Este hecho se hace evidente por cuanto las apariciones de éstos parecen metidas con calzador en un desarrollo de historia deaventuras en el desierto que, sinceramente, tampoco termina de ser todo lo convincente que cabría esperar. Pero estamos hablando de un director personal, heterodoxo, poco dado a aceptar las normas al uso. Así pues los muertos vivientes aparecen en el prólogo (donde dos muchachas de muy buen ver y con acento andaluz, son asesinadas por los soldados alemanes vueltos a la vida) y en el previsible tramo final, en el cual el antiguo oficial alemán, interpretado con notoria convicción por Eduardo Fajardo, y su amante, la siempre a mano Lina Romay, compañera y musa de Franco, reciben su merecido de manos de los zombies, entre los cuales se coló el propio Jesús Franco, que no podía ver a los zombies en el cine pero cuando se trataba de hacer un cameo en una de sus películas no desperdiciaba la ocasión de hacerlo, aunque fuera con un cutre maquillaje de saldo.
Además de los citados, en "La tumba de los muertos vivientes" participa también otro fiel de la filmografía franquiana, Antonio Mayans, además de Manuel Gelin, hijo de un galán del cine francés de los años cincuenta, Daniel Gelin, quien con esta película intentó iniciar una destacada carrera como intérprete, aunque no creo que esta película ayudara mucho a su lanzamiento profesional, que tampoco pasó de discreto, estuviera Franco implicado o no. 

domingo, 22 de junio de 2014

BLADE TRINITY

En Irak, un grupo de vampiros logran resucitar a Drácula, con el fin de asestar el golpe definitivo a la raza humana. Ajeno a todo esto, Blade debe hacer frente al FBI, que ha estrechado el cerco sobre él; su fiel socio, Whistler, tiene claro que no puede hacer la guerra por su cuenta, por lo que, poco antes de morir en una emboscada de los agentes federales, traba contacto directo con una organización que mantiene a raya a los vampiros, aunque la presencia de Drácula hace que el conflicto se haga cada vez más duro para una resistencia que anda necesitada de un líder. Blade asumirá dicho puesto, entablando la definitiva batalla con los vampiros...
"Blade Trinity" supuso el tercer, y último, jalón de la franquicia dedicada a las peripecias del humano medio vampiro cazador de chupasangres creado a primeros de los setenta en los tebeos de la Marvel. Y si "Blade II" significó una pieza de extraordinario nivel, visualmente espectacular e imaginativa, con esta tercera parte las cosas tomaron un giro del todo contrario.
El filme vino a suponer el debut en tareas directivas del hasta ese momento guionista de la saga, David S. Goyer. En esencia, un tipo que había creado los resortes dramáticos debiera haber demostrado algo de conocimiento sobre los personajes y lo que pretendía contar, pero el caso es que digamos que su planteamiento visual es muy pobretón; con elementos que la asemejan más a un subproducto que no a una producción de gran empaque, la película es un desangelado ir y venir de personajes sin entidad alguna, que sueltan chistes malos "porque sí", arropado todo ello por unos efectos especiales harto pobretones y un Drácula que más parece un portero de discoteca chunga y no el Rey de los Vampiros.
Por otra parte, a Goyer le tocó bregar con las salidas de "estrella cabreada" de Wesley Snipes, quien no se mostró muy contento con el hecho de que su personaje tuvira que compartir cartel con dos nuevas incorporaciones, el guaperas Ryan Reynolds, y la guapa Jessica Biel, quien se esfuerza por resultar creíble en su papel, por más que su desarrollo posterior solamente le permita lucir ombligo y cara de mala leche. La única que parece pasárselo pipa es Parker Posey, en su rol de vampira, otorgando cierto grado de irónico punto de vista a su personaje.
Snipes se puso tan sumamente cafre con lo de la pérdida de protagonismo que al final los productores, hartos de su divismo, decidieron pasar de él. A partir de aquí el actor afroamericano, que se había labrado una notoria reputación como héroe de acción, entró en una espeiral de declive que le llevaría a los meandros de las producciones directas a DVD, para luego pasar dos años en prisión por evasión fiscal, hasta que su buen amigo, Sylvester Stallone, lo rescató para "Los mercenarios 3" (2014), película que debería significar su vuelta al ruedo del éxito.
Al no funcionar en taquilla todo lo bien que hubiera sido de desear, los mandamases de la New Line, que no estaban por la labor de llamar a Snipes para una cuarta entrega, decidieron "resetear" al personaje mediante una serie de televisión que apenas llegó a la decena de episodios. Recientemente, New Line perdió los derechos sobre Blade, que retornaron a la Marvel, hoy en día en manos de Disney, con la idea de recuperarlo cuando se dé la oportunidad. Pero de momento la cosa ha quedado en eso, en simples rumores...

NOTA DE PRENSA: ULTRAMUNDO Y APPLEHEAD TEAM PRESENTAN "CHARLES BAND: EL IMPERIO DE LA LUNA LLENA"

 La editorial  Applehead Team se alía con el equipo del blog Ultramundo para dar vida a un jugoso nuevo proyecto. "Charles Band: El imperio de la Luna Llena" representa un ambicioso intento de crear una obra que abarque completas reseñas de los trabajos más significativos de Charles Band en todas sus facetas (Director/Productor/Guionista), así como las películas más conocidas de las dos compañías insignia en la trayectoria de Band: la Empire y la Full Moon. Serán reseñadas más de 60 películas con todo lujo de detalles y declaraciones de los implicados. Una labor colosal con la que aspiramos a realizar el libro más completo jamás hecho sobre la trayectoria de Charles y su Bandálico equipo. En la realización de este libro trabajan Fernando Rodríguez Tapia e Iván Suárez Martínez, coordinados por Miquel Díaz González y con lka supervisión de Frank Muñoz y Pedro José Tena. Además, cuenta con las intervenciones de los siguientes autores: Daniel Rodríguez Sánchez, Adrián Sánchez Muñiz y el propio Tena.



En un sólo libro, por fin estarán presentes compoletos análisis de sagas que han dejado su impronta en la serie B. ReAnimator, Ghoulies, Puppet Master, Trancers, Demonic Toys, Subespecies y muchas más. Además, por razones completistas, serán incluídas las secuelas de títulos emblemáticos de la Empire y Full Moon que hayan sido realizadas fuera de las empresas matrices, como Beyond ReAnimator o Puppet Master Vs. Demonic Toys.

Como nuevo volumen de la colección La Generación del Videoclub, no faltará un capítulo introductorio en el que se repasará la historia de las dos famosas productoras de Charles Band, desde sus orígenes hasta su disolución y bifurcaciones.


Todo ello dará como resultado un libro lleno de rigor, amor, mosntruos feos y muñecos asesinos que no te puedes perder. Próximamente a la venta. 



Charles Band con algunas de las criaturas de la Full Moon
  

miércoles, 18 de junio de 2014

SATANÁS (THE BLACK CAT)

Protagonizada por las dos estrellas del cine de terror de la época, Bela Lugosi y Boris Karloff y producida por una Universal que estaba decidida a estrujar al máximo su rendimiento comercial en las taquillas, "Satanás" toma como punto de partida un relato de Edgar Allan Poe, aunque lo hace más como reclamo más que por consideraciones de hacer una adaptación "seria" del cuento escrito por el atormentado escritor de Baltimore, al que se toma como pretexto simple y sin buscar mayores explicaciones al respecto.
La historia arranca cuando un joven matrimonio que se encuentra de luna de miel por Europa, exactamente por los típicos Cárpatos habitualmente retratados por las producciones Universal de la época, conoce de manera accidental al Dr. Werdegast, un misterioso psiquiatra, aún dominado por sus recuerdos en los campos de batalla de la Gran Guerra y por una esposa que abandonó, quedando en manos de un siniestro personaje, con el que está decidido a tomar venganza. Lo que no sabe la pareja de ingenuos estadounidenses es que ellos van a servirle como punta de lanza de sus planes, llevándolos hasta los dominios del responsable de sus desgracias...
Como pueden comprobar, el relato de Allan Poe apenas es utilizado como base argumental de la historia, limitándose a la aparición de un gato negro en algunas escenas con el fin de justificar el título original. La película supuso el primer, y último, trabajo de su director, Edgar G. Ulmer en la Universal. Realizador huído de Alemania por su condición de judío, Ulmer encontró en Hollywood, como tantos otros, su espacio donde desarrollar su talento sin cortapisas. Pero en el caso de Ulmer las cosas se torcieron cuando conoció a una joven secretaria de producción, prometida del sobrino del jefe de la Universal, Carl Laemmle Jr. El capitoste no podía dejar la afrenta sin castigo, y despidió sumarísimamente a la pareja, desterrándola de la soleada Meca del Cine. Cuando pudieron regresar, Edgar G. Ulmer tuvo que contentarse con trabajar en productoras de tercera fila, caso de la PRC, donde se labró una condición de cineasta "de culto" con joyas como "Detour" (1947), inclasificable pieza del género negro.
Filmada en 1934, "Satanás" adolece de una puesta en escena acartonada, muy teatral, refrendada por las interpretaciones de un Lugosi excesivo en sus muecas y un Karloff que mantiene su legendaria pose de "terror que camina". Peor lo tienen David Manners y Julie Bishop, que interpretan a la pareja de turistas americanos, abofeteables en su ingenuidad. La función sube enteros en su parte final, donde Ulmer logra momentos realmente escalofriantes, muy logrados estéticamente.
Una película que representa el legado de un estudio, la Universal, que se tomó muy en serio sus incursiones dentro del género de terror, aunque fuera a costa de hacer producciones más bien irregulares como esta, que se ha ganado su lugar en el sol más que nada por unir a dos estrellas del género, dos leyendas que, por diversas razones, marcaron un antes y un después dentro de la historia de lo Fantástico.

lunes, 16 de junio de 2014

BLADE II

La ingente cantidad de dólares recaudados con "Blade" hizo que la New Line, ni corta ni perezosa, no se andara por las ramas a la hora de financiar una secuela. Tenían el culo pelado de hacer franquicias de cualquier película que les funcionase medianamente bien, para luego cagarla de forma casi inmediata, como hicieron con "Critters" (1986), que tras una primera entrega francamente muy recomendable fue decayendo paulatinamente hasta una cuarta entrega vergonzosa, indigna de cualquier tipo de defensa.
Con "Blade", cosas de la casa, hasta fueron más rápidos y todo.
Blade se ve en el dilema de tener que aliarse con sus odiados vampiros como consecuencia de la aparición en escena de una nueva especie, que además de sangre humana también mata vampiros para subsistir. El cazador, acostumbrado a actuar en solitario, se responsabiliza de una especie de banda de vampiros, con los que deberá hacer frente a esta amenaza, aún cuando no las tenga todas consigo a la hora de fiarse de sus nuevos "amigos"...
Guillermo Del Toro estaba decidido por aquellos tiempos, año 2002, a hacerse un hueco en Hollywood; su principal objetivo era ganar crédito suficiente como para poner en imágenes su anhelada adaptación de "Hellboy", que rodaría finalmente dos años después. Bajo el respaldo de la New Line, el realizador mexicano obtuvo luz verde para contratar al creador de "Hellboy", Mike Mignola, como diseñador de los "storyboards" (dibujos que se utilizan para preparar las tomas con antelación) y, ya de paso, metió a su habitual Ron Perlman en un rol de relleno, como uno de los vampiros que conforman el pelotón vampírico que acompaña a Blade en su odisea.
En algunas entrevistas, Del Toro deja claro que "Blade II" fue un encargo hecho con el único fin de logra que en Hollywood le concedieran el apoyo a su "Hellboy". Pese a que se trataba, pues, de un proyecto alejado de sus intereses personales, el mexicano asumió la tarea con suma profesionalidad, obteniendo una secuela muy superior a su título precedente, visualmente más atractiva que aquella, y que se beneficia además de la labor en la dirección de fotografía de Gabriel Beristáin, quien realizó un trabajo excelso.
"Blade II" es, pues, una secuela absolutamente impecable, que se sitúa a varios kilómetros de distancia de la, por lo demás, solvente primera entrega de la saga, además de muy por encima de la tercera entrega, ésta última afectada por diversos problemas tanto antes como después de su rodaje. David S. Goyer tenía ganas de hacerse un hueco como director, y pensó que la tercera parte, "Blade trinity" (2004) podía servirle de trampolín igual que la segunda había permitido a Del Toro ganar notorio empaque profesional. Pero el caso es que el guionista erró el tiro de manera absoluta, realizando una tercera entrega francamente absurda. Su posterior trayectoria como director ha dejado evidente constancia de que dirigir no es lo suyo, ni por asomo.

domingo, 8 de junio de 2014

BLADE

Era el año 1972 cuando la Marvel Comics lanzaba al mercado el primer número de "La tumba de Drácula", colección que narraba las precipecias de un Rey de los Vampiros revivido y acechando entre las sombras, enfrentándose contra los descendientes directos de aquellos que acabaron con su vida en la novela de Bram Stoker. En primera instancia, la serie tuvo problemas a la hora de tener un guionista fijo, contando para ello con profesionales bregados, como Gerry Conway o Gardner Fox, pero no fue hasta la llegada de Marv Wolfman, en el número 7, que la colección encontraría a un escriba que impulsaría definitivamente el título, dibujado desde los inicios por un veterano de las viñetas, Gene Colan, quien se consagró como un auténtico clásico del Noveno Arte con esta serie, tras años batiéndose el cobre en la editorial dirigida por Stan Lee. Tanto es así que, cuando llegado a la setentena de números, Colan informó de su intención de dejarla, Wolfman determinó que lo mejor era cerrar el título, por cuanto no se veía trabajando con otro dibujante. Poco más tarde, y ya para la competencia, la DC Comics, la pareja volvería a reunirse con "The night squad", pero en este caso las ventas no acompañaron y la serie cerró a los pocos números.
Fue en el número 10 de "La tumba de Drácula" que debutaba Blade, un cazador de vampiros afroamericano; el personaje, en principio un secundario sin mayor relieve, fue ganando el suficiente caché entre los fans de la serie como para propiciar que fuese ganando cierto grado de importancia, aunque nunca llegó a contar con serie propia como tal. Hijo de una mortal y de un vampiro, Blade es un hombre atormentado, pero curtido en mil y una batallas, que odia a muerte a los vampiros, a quienes mata sin compasión.
Ya a mediados de los ochenta empezó a hablarse de la idea de una adaptación al cine del personaje, encarnado por Richard Roundtree, popular por su encarnación del duro y chulesco detective Shaft en el cine y la televisión. El proyecto, modesto en cuanto a presupuesto e intenciones, nunca llegó a pasar la fase de negro sobre blanco como consecuencia de la quiebra del estudio que planeaba producir la cinta, New World Pictures. No fue hasta finales de los noventa que la Marvel, que ya empezaba a ponerse seria a la hora de hacer películas sobre sus personajes, cedió los derechos a la New Line, quien se puso manos a la obra para hacer que Blade saltara de las viñetas a la pantalla de cine.
El gran acierto fue contar por un en aquel entonces pletórico de popularidad Wesley Snipes. Actor versátil, que tanto podía meterse en el cine de Abel Ferrara como en una "action movie" al uso junto a Sylvester Stallone, Snipes vivía en esos momentos una situación profesional harto envidiable, convertido en un héroe de acción que podía competir en igualdad de condiciones que el ya citado Stallone o Bruce Willis, aunque luego caería de bruces en el subproducto directo a DVD de la peor catadura. El actor vio claro que aquel papel era muy jugoso para su proyección comercial, por lo que además de implicarse como actor, invirtió dinero de su propio bolsillo, mediante su productora Amen Ra Films.
El guión quedó en manos de David S. Goyer, un escritor que se había iniciado mediante trabajos de muy diversa intención y categoría, pero que destacaba por su buen hacer para con el género de acción, además de ser un fan de los comics, como luego demostraría al ser el responsable de la trilogía de Batman filmada por Christopher Nolan, con las que logró hacernos olvidar los atropellos cometidos por Joel Schumacher en los noventa con el Hombre Murciélago.
Para lo del director la cosa fue más complicada; tras diversas entrevistas y opciones, el productor Peter Frankfurt confió en el británico Stepehn Norrington. Fogueado en el campo de los efectos especiales y el videoclip, Norrington despertó cierto entusiasmo con su filme de debut, "Death machine" (1996). El éxito comercial de "Blade" hacía presagiarle un futuro prometedor, pero "La liga de los hombres extraordinarios" (2000) supuso un muy serio traspiés, del que nunca llegó a recuperarse. Las presiones de los productores, del estudio, sus contínuas peleas con el protagonista, Sean Connery, fueron lo bastante fuertes como para propiciar que Norrington terminara por retirarse del noble oficio de la dirección, algunos dirán que afortunadamente, pero no creo que fuera para tanto...
"Blade" (1998), sin ser lo que se dice una película redonda, acaba por resultar una cinta de acción y terror francamente disfrutable si uno no le pide demasiadas peras al olmo. Cierto es que los toques videocliperos de Norrington son especialmente molestos, ejemplo de una estética que causaría estragos a partir de entonces en la mayor parte del cine de gran aparato presupuestario surgido de Hollywood, pero sentó las bases para una franquicia que, con su segunda entrega, y en manos de Guillermo del Toro, dejaría como resultado una secuela de ésas que sin duda son muy superiores al original. Pero de eso ya hablaremos en la próxima entrega de este "Dossier Blade"...

Portada de una recopilación editada en 1998, coincidiendo con el estreno de la película de "Blade", y de los cuales se extrajo la base argumental para elaborar el guión del largometraje. Pertenecen a los episodios 47 a 53 de la serie original americana. Dicha edición obvió por completo en portada la procedencia real de los episodios extractados, sacados de la revista "La tumba de Drácula" original, y sacándolos como si fueran de una ficiticia colección de Blade, la cual nunca existió, al menos hasta después del estreno de la película de Norrington. En cualquier caso, la recopilación vale muy mucho la pena, pues en ella tenemos al trío que estaba llevando la saga a grandes niveles cualitativos. A los citados Wolfman y Colan hay que sumar al gran Tom Palmer a las tintas.