El caso es que para dar inicio a esta nueva etapa del blog, reconvertido en "El blog del Averno" a partir de hoy, y dadas las circunstacias, me he visto en la obligación de cambiar el guión previsto en un principio y dedicarle una entrada al gran Kirk Douglas (1916/2020), fallecido esta madrugada, hora de aquí, a los 103 años de edad. Y qué mejor manera que hacerlo recordando su particular incursión en los confines de la ciencia ficción, mediante un título que en su día recibió bastantes palos pero que visto desde la distancia la verdad es que resulta una pieza del género muy interesante, y no solo por la sugestiva presencia de una por aquel entonces en plena efervescencia de belleza y popularidad, la hermosa Farrah Fawcett, es que es una película que cuando la vi de pequeño en su día me dio un mal rollo del copón por culpa del robot que aparece en ella, un robot diseñado con muy mala uva, pero que impacta, aunque no tanto como la presencia de la malograda Ángel de Charlie.
Ambientada en un lejano futuro, "Saturno 3" nos relata la historia del capitán Benson, un tipo muy desequilibrado que al no lograr pasar las preceptivas pruebas, decide saltárselas a la torera y colarse en el viaje interestelar que debe realizar el oficialmente elegido, el capitán James. Tras eliminarlo, Benson se hace pasar por el finado e inicia viaje hacia la estación Saturno III, situada en Titán, uno de dos satélites de dicho planeta. En ella viven la mar de tranquilos el veterano mayor Adam y su compañera, la bella Alex, que ejerce de ayudante. Ambos llevan casi tres años en dicha estación, realizando experimentos sobre cultivos con los que paliar las deficiencias de un planeta Tierra sobreexplotado y al borde del colapso. Benson va acompañado del robot Héctor, a quien ha insertado sus propias coordenadas mentales, con lo cual digamos que los dos están igual de majaretas. El hecho es que el recién llegado empieza a desarrollar una peligrosa obsesión por Alex, quien rechaza de pleno las insinuaciones del recién llegado, algo que éste, ni que decir tiene, se toma bastante mal. Adam, que al principio se siente algo contrariado por la situación, pues la diferencia de edad con su amante siempre le ha preocupado, pronto asumirá que lo que Benson desea no es simplemente sustituirle por Héctor. Lo que quiere es matarle.
Con "La Guerra de las galaxias" (1977) aún coleando en los cines de medio mundo, el director y aquí productor Stanley Donen decidió embarcarse en sacar adelante una cinta de ciencia ficción para aprovechar el filón abierto por George Lucas. A tal fin se hizo con los servicios del diseñador de producción John Barry, quien anadaba interesado en poder hacer sus pinitos en tareas de dirección. Pero el problema es que Barry era muy bueno en todo lo que concerniente al rodaje de una películas esto es, decorados, maquetas, efectos especiales, pero en cuanto a la dirección de actores era bastante poco hábil, algo que exasperaba al reparto, en especial a un Douglas que consideraba que perdía más tiempo de lo normal en el robot Héctor, en lograr que éste resultara convincente que no en dirigir a los actores de carne y hueso. La situación llegó a un punto de no retorno y en última instancia Barry fue apartado del rodaje o él mismo decidió retirarse del mismos según las fuentes. Douglas al parecer se responsabilizó momentáneamente de rodar alguna secuencia, pero finalmente fue Donen quien se hizo cargo de manera definitiva de una película cuyo plan de rodaje andaba ya muy retrasado y perdía dinero del presupuesto a cada día que pasaba.
Donen era un director clásico, muy capacitado para el musical o la comedia, y la ciencia ficción le venía demasiado grande. A pesar de ello "Saturno 3" es una película que, vista hoy día, y sin ser lo que se dice una película redonda, es una obra hecha con notable grado de profesionalidad, beneficiada por la credibilidad que le otorga su terceto protagonista, todos ellos muy bien en sus respectivos roles. Kirk Douglas asume el rol del mayor Adam, un hombre entrado ya en el ocaso de su vida y que ha encontrado en Alex a la compañera perfecta. En primera instancia teme que Benson pueda llegar a arrebatársela, pues es más joven y directo en su modo de comportarse, pero pronto ve que éste es un auténtico psicópata, un desquiciado que se obsesiona con la muchacha. Farrah Fawcett, en su día muy criticada por su interpretación, lo cierto es que lo asume con plena convicción. Alex es una muchacha plena de vida y belleza, que no se siente para nada atraída por Benson, aunque éste no se da por enterado, urdiendo un diabólico plan para eliminar a Adam y poseer sexualmente a la chica. Harvey Keitel, por último, asume su rol de Benson de un modo puede que algo exagerado, pero resulta escalofriante cuando se encarga de cuidar del robot, al que trata con mayor cuidado que a un ser humano...
La película fue un sonoro fracaso comercial en el momento de su estreno, pese a que en un intento desesperado de aupar la película se lanzaron una fotografías publicitarias con Farrah Fawcett muy sugerente y que no eran más que material de una secuencia al final no filmada. El hecho es que en algunos países dichas fotos se usaron como motivo del cartel de la película, con el ,consabido chasco cuando se descubría que dicho momento no aparecía en la película. Otra circunstancia, más triste, que tampoco ayudó para nada a la película fue la muerte de John Barry, acaecida de forma fortuita mientras ultimaba su trabajo en "El imperio contrataca" (1980). Y para rematar la situación, la película acabó por ser nominada en los Razzies en las categorías de Peor Actor (Kirk Douglas), Peor Actriz (Farrah Fawcett) y Peor Película. ¿Era para tanto? Yo personalmente opino que no, pues es un filme que pasa la mar de bien (apenas dura hora y veinte minutos) y su estética ochentera, aunque muy pasada de rosca y puede que hasta de moda, funciona lo bastante bien como para que uno le eche un vistazo sin buscar mayores pretensiones.
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