Un escritor (Richard Widmark) especializado en temas esótericos y misteriosos se ve metido en un berenjenal de padre y muy señor mío, que vincula a una secta de satanistas con el nacimiento del anticristo. Un sacerdote (Christopher Lee) que no es que destaque por ser muy católico y una monja (Nastassja Kinski), más bien novicia, con un "secreto" relacionado con las intenciones de la secta completan el cuadro...
"La monja poseída" (1976) tiene el triste, muy triste y lamentable, "honor" de ser la última cinta de terror producida por la Hammer Films. En aquellos momentos la compañía ya no andaba lo que se dice muy boyante que digamos. El estrepitoso fracaso comercial de la, por otra parte, excepcional "Frankenstein y el monstruo del Infierno" (1974/Terence Fisher) dejaba claro que los días del terror gótico, de ambientes sórdidos y decimonónicos habían tocado a su fin. Títulos como "La matanza de Texas" (1974/Tobe Hooper) y "El exorcista" (1973/William Friedkin) eran lo que demandaban las plateas de buena parte del mundo civilizado, y la Hammer, decidida a quemar sus naves, se lanzó a hacer una película que estuviera acorde con los modos y formas de hacer cine de terror. El problema es que erraron el tiro pero de forma total y absoluta. Un fiasco en toda regla que marcó el principio del fin de la compañía.
En esencia, "La monja poseída" partía con unas cartas que parecían dar lugar a una carta ganadora; el filme se basaba en una novela original de Dennis Wheatley, que por aquellos años era un reputado especilista en "best sellers" de tema terrorífico-esóterico, aunque a nivel crítico no contaba con demasiadas simpatías. Wheatley era amigo personal de Christopher Lee, circunstancia que permitió que el actor, antaño mascarón de proa de la empresa, volviera a la cuna de su carrera como actor tras algunos años alejado, como consecuencia de su reticencia a repetir el rol de Drácula en películas cada vez menos interesantes, que le habían llevado a alejarse de lo que él siempre consideró su casa. En virtud de un acuerdo de coproducción con Alemania, éstos demandaron la presencia de algún actor americano de cierto fuste, siendo elegido Richard Widmark, que por aquellos días vivía un evidente declive, lejanos los días en que encabezaba los repartos de películas inolvidables de Hollywood. Widmark destacó por unas muy exageradas demandas de estrellona malcriada, que pusieron las cosas muy difíciles al equipo de producción y al resto de compañeros de reparto, entre los cuales destacaba una joven muchacha que, a posteriori, tendría una carrera jalonada por algunos grandes éxitos, me refiero a la bella Nastassja Kinski.
Pero el hecho es que "La monja poseída" no deja de ser una película escasamente inspirada, visualmente gris y poco creativa, que más bien parece un telefilme del montón. Peter Sykes, director de la cinta, era otro de esos directores que, procedentes de la caja tonta, fueron contratados por la Hammer con el fin de modernizar el estilo de la compañía, aunque más bien lo que hicieron fue desvirtuarla por completo. Otros, como Peter Sasdy, dentro de sus limitaciones, destacaron por ser medianamente creativos en su trabajo, pero ni Alan Gibson ni Peter Sykes* pasaron nunca el corte de ser realizadores que despachaban su trabajo con el estilo impersonal del funcionario asalariado de turno.
El caso es que "La monja poseída" fue otro fiasco gordo, que dejó a la empresa en una situación financiera bastante delicada, más de la que ya estaba antes de poner en marcha el proyecto. Tras este nuevo tropiezo, la Hammer pretendió resarcirse con un (muy) innecesario remake de "Alarma en el expreso" (1979), con una guapísima Cybill Shepperd, pero ni por ésas. Posteriormente, reconvirtió su estilo adaptándolo a la televisión, mediante dos series de cierto nivel, pero digamos que los tiempos estaban cambiados del todo y, pese a sus hallazgos, el estilo Hammer era ya cosa del pasado. Un pasado glorioso, del que da entusiasmo al verlo en retrospectiva, por lo mucho que significó para el género en los años sesenta y primeros setenta...
* A pesar de ello, Sykes tiene en su haber la curiosa "Demons of the mind" (1972), cinta no estrenada en España a consecuencia de su temática, un incesto en el seno de una decadente familia de la alta sociedad de mediados del siglo XIX, que provocó las iras de la censura franquista. Universal la recuperó en DVD en 2009, aunque doblada al español neutro, por lo que es muy recomendable (por no decir preferible) su visionado en versión original subtitulada.
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