martes, 21 de octubre de 2014

PASAJE AL INFIERNO

Cuatro estudiantes universitarios, dos chicas y dos chicos, aceptan ganarse unos dinerillos adecentando una casa de campo algo abandonada, cuyos propietarios andan interesados en vender. La situación es propicia para, de paso, montarse una buena juerga, pero la cosa toma un cáriz inesperado cuando descubren que no son los únicos inquilinos de la casa. Antaño, hace ya casi tres siglos, vivió una bruja especialmente cabrona, que no está dispuesta a que los jovenzuelos se dediquen a divertirse a su costa. Tras sufrir diversas tropelías, los jóvenes convencen al Profesor Lamont para que les ayude a terminar con el dominio diabólico. Pero será peor el remedio que la enfermedad...
El incombustible Roger Corman ejerce funciones de productor ejecutivo de este "directo a DVD" tan modesto como poco destacable, a no ser por la presencia de ese gran actor que fué Roy Scheider (1932-2008) que ofrece unos niveles de interpretación y dignidad a la que no llegan el resto de sus compañeros de reparto ni por asomo. 
"Pasaje al infierno" (2000) es, en esencia, una especie de relectura de "Posesión infernal" pero, según confesión propia del responsable del filme, Michael B. Druxman, hecha "en serio". Viendo el resultado final cabe preguntarse qué es lo que Druxman entiende por hacer una película de terror seria, pues este "Pasaje al infierno" es una comedia involuntaria, que es lo peor que puede ocurrirle a un filme de terror o del género que sea. 
Por otra parte, el viejo zorro Corman, conocido por su tacañería, tampoco es que se estirara aquí mucho. Los efectos de maquillaje, los efectos especiales...el conjunto despide un aire a "todo a cien" que puede mover a la simpatía en algunos momentos, especialmente en el tramo final, digno de una fiesta de Halloween cutre, pero que acaba dejando claro el poco respeto que Druxman tiene hacia el espectador y el género que toca. No es de extrañar pues que estemos ante otro ejemplo de director cuya filmografía queda circunscrita a este filme y a una producción de tintes sociales, "Genesis", filmada en el ya lejano 1964. El resto de su carrera lo ha dedicado a la actividad como periodista cinematográfico y a escribir guiones para Roger Corman, del que según parece es muy colega. En este punto es cuando todo parece tener cierto sentido. Eso sí, "Pasaje al infierno" no tiene perdón de Dios, por mucho Corman que invirtiera (poca muy poca) pasta en este artefacto filmado en tierras irlandesas para, lo habrán adivinado, ahorrarse dinerillo. Este Corman es un puñetero...
Dejémoslo en tacaño.

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