miércoles, 23 de noviembre de 2016

BURKE & HARE

Edimburgo, 1820, William Burke y William Hare son un par de tunantes que intentan ganarse el pan de cada dóa tan bien como pueden. Tras diversos negocios que no funcionaron y casi sin esperanzas, los dos amigos deciden que la única opción viable es intentar hacerse un hueco en el complicado ambiente del robo de cadáveres recientes en los cementerios, con el fin de venderlos en las dos escuelas que existen en la capital escocesa. Sea porque la buena fortuna por fin les sonríe, sea por las casualidades de la vida, en esta ocasión sí obtienen el éxito, tanto es así que pronto despiertan las sospechas de un mafiosillo local que quiere sacar tajada del asunto. Burke y Hare nadan en la abundancia, tienen grandes sueños de futuro, pero la suerte no dura eternamente y, a pesar de que las autoridades tampoco es que sean lo que se dice muy espabiladas, pronto iniciarán la caza de los ladrones de cadáveres...
Es triste comprobar cómo realizadores de tanto nivel como Brian De Palma o Joe Dante tienen que apartarse del primer plano de la actualidad, como en el primer caso o, como en el segundo, refugiarse en el medio televisivo en un vano intento de esperar tiempos mejores. En este aspecto también podemos citar a un realizador como John Landis, otrora gran esperanza blanca del Hollywood de los ochenta, responsable de títulos de culto como "The blues brothers" (1980) o "Un hombre lobo americano en Londres" (1981) pero que tras "Cuando llega la noche" (1985) comenzó un lento pero progresivo declinar, como consecuencia de la fatalidad, derivada de un trágico accidente acaecido durante el rodaje de "En los límites de la realidad" (1983), del que fue considerado máximo responsable aún cuando debería haber sido una responsabilidad compartida con su por aquel entonces amigo del alma, Steven Spielberg, que lo dejó en la estacada a las primeras de cambio. Si a ello sumamos que sus películas fueron pinchando en taquilla, al final no le quedaba más remedio que atenerse a las consecuencias e intentar buscar en la pequeña pantalla un espacio donde seguir trabajando con cierta asiduidad y, como en el caso de Dante, esperar que la trompeta del cine hiciera sonar su melodía.
Y sonó, pero no en Hollywood, donde Landis ya lleva lustros siendo dejado de lado, la llamada se produjo en Gran Bretaña, donde se responsabilizó de esta comedia negra, en la mejor tradición de la comedia británica, basada en la historia real de Burke y Hare, que se hicieron tristemente célebres como ladrones de cadáveres. Tal fue su celebridad que hasta un habitante tan ilustre de Edimburgo como Robert Louis Stevenson les dedicó un relato, "El ladrón de cadáveres", basado en sus correrías. 
Contando con un reparto de muy competentes intérpretes locales, "Burke & Hare" (2010), aún teniendo alguna que otra deficiencia, algún defectillo, por otra parte perdonable, acaba por resultar una pieza contracorriente dentro de un género, la comedia que, como tantos otros, hace tiempo que no posee elementos que permitan cierto grado de entusiasmo, por mínimo que éste sea. A Landis se le nota en su salsa, usando los parámetros del cine de terror clásico para desarrollar la historia de dos pobres desgraciados cuyo único objetivo en la vida era obtener su pedazo de Cielo, su oportunidad de properar socialmente y, a los cuales, el Destino y, ya de paso, los poderes fácticos, no les permitió ni eso. O al menos a medias.
"Burke & Hare" es la demostración palpable de que a su director, John Landis, aún le queda mucho cine en sus venas. Pero al igual que a los protagonistas de esta película, no se le permite más que dar algunos pasos pequeños, cuando no ni eso, teniendo que sobrevivir de glorias pasadas o de la oportunidad de alguna serie de TV, o telefilme, donde poder mantener el nivel profesional más o menos a pleno rendimiento. A otros, con menos talento, se les otorga el beneficio de una franquicia superheroica y algún "remake" desustanciado. Quizá tampoco a Landis le vaya tan mal eso de ser un "olvidado" del Hollywood. Tan olvidado como en España, donde "Burke & Hare" ha tardado seis años en estrenarse, casi pidiendo perdón, en DVD. Por aquí tampoco andamos mancos de tontería, no señor...   

martes, 22 de noviembre de 2016

LOS MALDITOS (VAMPIROS DEL DESIERTO)

Sean es un joven que trabaja en una productora de cine de bajo presupuesto y que, llevado por la necesidad de ganar algo de pasta para poder ir a la boda su hermana, acepta llevar un coche desde su lugar de residencia, Los Ángeles, hasta Florida. Por el camino recoge a un tipo más o menos de su edad, del que acaba sospechando, pero con el cual acaba haciendo buenas migas. En un bar de carretera se encontrarán con una joven algo desorientada, descubriendo que ha sido víctima de una comunidad de vampiros que ronda por las carreteras solitarias de Texas. Mordido accidentalmente por la muchacha, Sean deberá hacer frente a su nueva realidad, mientras intenta acabar con el acecho del temible líder de la banda de vampiros, que parece empeñado en acabar con ellos cueste lo que cueste...
Producción del 2001, estrenada a la par que "Fantasmas de Marte" (2001/John Carpenter) y que, por tema y estilo, remite a otro título del responsable de "La noche de Halloween", me refiero a "Vampiros" (1998), tanto es así que hasta se utilizó tal semejanza a nivel publicitario, con el fin de dar cierto empaque a un filme que, siendo sinceros, no deja de ser más que un típico producto "directo a DVD" que tuvo la suerte de contar con los medios suficientes como para ser explotado en cines, aunque los resultados no fueron para nada alentadores.
A cargo de la dirección tenemos a J.S. Cardone, un realizador que, sí, básicamente se ha dedicado a escribir y dirigir mucho filme de bajo presupuesto de distribución directa en videoclubes, que en su momento se definía, con sumo orgullo, como un director de serie B que amaba la serie B, pues amaba los géneros, tal y como expresó en una interesante entrevista en la revista "Fangoria", coincidiendo con el estreno de este filme. De hecho la entrevista, vista con perspectiva, resulta mucho más inspiradora e interesante que la película en sí. 
Y es que este "Los malditos (Vampiros del desierto)" no deja de ser un conglomerado de referencias más o menos bien digeridas, que van desde el ya citado Carpenter pasando por "Los viajeros de la noche" (1987/Kathryn Bigelow), por su ambientación de "road movie" de terror, que Cardone no oculta en ningún momento ni por asomo, pero tampoco utiliza convenientemente, lo que da lugar a una cinta que se queda sin pólvora pasados tres cuartos de hora, llegando a un desenlace en plan "mascletá" de lo más artificioso y falto de brío, que resuelve la historia de modo muy convencional y soso. 
En el reparto tenemos a una serie de actores que parecían apuntar alto pero se quedaron en meras promesas que hoy por hoy deambulan por series televisivas o telefilmes de sobremesa, caso de Kerr Smith, Brendan Fher o Jonathon Schaech (este último repetiría con Cardone en la aún peor "8 mm 2"). En la parte femenina destaca la presencia de la malograda Carrie Snodgress en uno de sus últimos papeles en cine, además de la guapa pero bien poco expresiva Izabella Miko, modelo que intentó meter baza en el cine con resultado para nada alentadores.
Un filme de terror del que es mejor obviar su existencia y, en caso contrario, de visionado (y olvido) rápidos.

lunes, 21 de noviembre de 2016

SESIÓN DOBLE (ESPECIAL SANGRE E HIGADILLOS)

Hoy voy a centrar esta reseña en un par de producciones que tienen en común un par de cosas, por un lado que se trata de dos filmes hechos con muy pocos medios y que centran su interés en recuperar cierto regustillo al cine de terror ochentero de tono más gamberro y contundente, con el gore como bandera y santo y seña particular. 
La primera de ellas es turca y se trata de "Baskin" (2015); la película relata la historia de una patrulla d epolicías que, a punto de tereminar su turno, son llamados para realizar una última tarea en una zona apartada de la ciudad. Allí serán testigos y protagonistas nada voluntarios de los desmanes de una especie de secta de tintes lovecraftianos, que les someterán a una brutal serie de terribles experiencias. 
La película supuso el debut como director del joven Can Evrenol, un entusiasta del género formado en el campo de la publicidad en Gran Bretaña y que, en 2013, realizó un  corto del mismo título que sirvió de semilla sobre la que poner en marcha este largometraje, con algo más de medios pero igual nivel de entusiasmo y ganas de impactar al espectador. Pese a la dureza de algunas secuencias, "Baskin" consigue impactar gracias a un planteamiento argumental que sabe muy bien cómo jugar con el efecto sueño-realidad, con lo cual el espectador nunca sabe a qué nivel está jugando el realizador con él. 
El segundo título que les recomiendo es "La víspera de Halloween" (2013) otra muy modesta recuperación de la estética ochentera en forma de oda al formato videográfico. Una niñera que debe hacerse cargo de un par de mocosos pre-adolescentes, en plena víspera de Halloween, descubre que alguien a colocado en la bolsa de golosinas de uno de ellos una cinta de VHS. Recelosa de su contenido y pese a las presiones de los dos púberes, la niñera decide verla, siendo testigo de tres historias de terror que tienen en común la presencia de un payaso que, poco a poco, va teniendo un aspecto cada vez más siniestro. Pese a que no tarda en quitarla, la curiosidad puede con ella y decide verla entera, pagando muy cara su curiosidad...
"La víspera de Halloween", sin ser lo que se dice una obra maestra, funciona gracias a que su director, Damien Leone, le pone ganas y empeño, realizando todo un "toru de force" como realizador, guionista, montador y maquillador. En algunos momentos se hace evidente la escasez de presupuesto, pero Leone sabe salir de los escollos con asombrosa capacidad e inteligencia, dando lugar a un producto sencillo, simple, quizá algo irregular en cuanto al ritmo e interés de las tres historias contadas, pero que gustará al fan más encallecido a esto del terror más hemoglobínico. El único pero es la interpretación, del todo nula, de la protagonista, Katie Maguire, que no resulta para nada convincente a nivel dramático. Pese a ello, un festín para el aficionado al "gore" con sabor a los ochenta.
Conste en acta que las dos han sido lanzadas directamente en formatos digitales, sin pasar por cines aunquer sí han podido verse en festivales especializados, como Sitges o el Nocturna de Madrid.   

Carátula de la edición en DVD de "La víspera de Halloween" (2013/Damien Leone) una vuelta a los tiempos gloriosos del cine de terror, que remite a las entrañables producciones de terror directas a vídeo. Su buena recepción en diversos festivales especializados formalizó una secuela.  

miércoles, 26 de octubre de 2016

BATMAN V. SUPERMAN: EL AMANECER DE LA JUSTICIA

Debo reconocer que cuando la pude ver en cines, "Batman vs. Superman" no me acabó de convencer del todo, de hecho no quedé para nada convencido. Muy probablemente tuviera algo que ver que las primeras reseñas indicaban ya que buena parte de la crítica la detestaba. A la fiesta se apuntó con notable fruición Kevin Smith que para más inri era amiguete de Ben Affleck, quien ya aguantó la de Dios es Cristo tan pronto se anunció que era el actor escogido para encarnar a Bruce Wayne-Batman en esta película, así como en las próximas entregas que se harán del hombre murciélago de Gotham, la primera de ellas parece que inminente y dirigida por el propio Affleck que creo que también anda detrás del guión.
Revisada en DVD podemos afirmar que, hasta cierto punto, la película no merecía tanto atropello ni el desprecio generalizado. Zack Snyder es un muy buen director, con un potente ideario visual que, además, fue el responsable de poner en imágenes un material tan complicado como fue el adaptar "Watchmen" (2009) al cine. Aquella experiencia es de las que curten a más de uno, y Snyder supo muy bien salirse del desafío, demostrando una gran pericia tras la cámara. Era la persona idónea para el proyecto, eso es evidente y lo demuestra con creces. Pero otros de sus filmes como la magistral "Amanecer de los muertos" (2004) o la épica "300" (2006) dejan claro que estamos ante un director que no se amilana ante los desafíos.
Otra cosa es que Snyder es un bocazas de muy alto nivel; decidido a hacer algo que no tuviese visos de parecerse a lo que está haciendo Marvel, se dedicó a despreciar de forma bastante absurda en diversos medios de comunicación todo lo que podían significar las pelis del sello Marvel, algo que luego también sucedería en el caso de la posterior "Escuadrón suicida" (2016), cuando el director de ésta última, David Ayers, soltó toda clase de improperios en contra de las películas de la competencia que no en intentar vender su producto o explicar lo bueno que tenían, o podían tener,  las películas de DC, en caso de tener algo bueno. Y lo tienen, no os quepa duda de ello, pero es indudable que los de DC no saben venderse como es debido, a lo que tampoco ayuda que, en aras de una explotación algo palurda y contraproducente, se dediquen a sacar luego, en Blu ray, ediciones especiales de las películas, con el metraje ampliado, circunstancia ésta última que ha provocado más de una invectiva poco grata a oídos de la Warner, que parece dispuesta a recortar en cines sus películas para luego vender ediciones extendidas, algo que criticó duramente el actor Jared Leto, que aseguró que su interpretación de Joker en "Escuadrón suicida" había sido boicoteada por el propio estudio, por lo que parece claro que no repetirá en el rol del Payaso del Crimen al menos no en un futuro cercano. 
Volviendo a "Batman vs. Superman", estamos ante una película bastante irregular, con personajes bien trazados sobre el papel, caso de los dos superhéroes titulares, que se ven acompañados por Wonder Woman en una aparición estelar que, por extensión, se convierte en el mejor momento de la película. Es en ese instante donde Snyder se entrega a fondo, así como en las grandes secuencias épicas, especialmente en la secuencia inicial, una escalofriante alegoría sobre el 11 de Septiembre de 2001 y los atentados de las Torres Gemelas. Pero falla básicamente por no tener un antagonista de fuste, un Lex Luthor excesivamente payasete y amanerado, al cual la interpretación de Jesse Eisenberg tampoco ayuda en demasía. Algunos personajes, como Martha Kent (Diane Lane) o Alfred (Jeremy Irons) tienen escaso peso en una trama que se dispersa en ciertos momentos, para luego volver a subir el nivel en otros. Una montaña rusa impecablemente filmada, pero algo postiza cuando pretende acercarse a los personajes desde una óptica más íntima, mostrando su faceta humana, tras la capa y la máscara de justiciero. 
Pero si hay un punto flaco es en el modo de ofrecer la presentación de los diversos personajes sobre los cuales se sustentará el universo fílmico de DC. Aquaman, Flash, Cyborg, la propia Wonder Woman, junto a los dos titulares, conforman la llamada "Liga de la Justicia", nos son presentados por primera vez como muy de pasada, sin tiempo a ver realmente su capacidad para impactar, bien o mal, en el fan. Más que un momento impactante, Snyder lo filma todo como si de un "spot" de una línea de juguetes se tratara, cortando de paso el ritmo de una cinta que tampoco necesitaba de semejante punto y aparte para sustentar su identidad como piedra de toque de un planteamiento temático, el universo fílmico de DC Comics, que de momento pierde la batalla por puntos con una Marvel que, si bien puede haber perdido el factor sorpresa, anda sobrada de capacidad para saber y, por encima de todo, compronder, los personajes sobre los cuales construir su emporio fílmico.De franquicias hay muchas y la clave es tener identidad propia, identificable; a DC, por ahora, le cuesta encontrar su título de base...Y no se trata de una cuestión de madres precisamente o de cuáles sean sus nombres. La base es tener personajes atractivos en la pantalla. 

UN PAR DE LIBROS

Hoy por a reseñar un par de libros que me he zampado estas últimas semanas y que, creo yo, merecen bastante la pena; se tratan de una monografía sobre un director capital dentro de las coordenadas del cine de género, tanto filmando como produciendo. Me refiero a Roger Corman, nacido en 1926, Roger Corman es el elemento de base sobre el cual han centrado sus esfuerzos Joaquín Vallet y Teresa Llácer, que han visto editado su libro por un sello, T&B, que parece haber superado, afortunadamente, los problemas financieros que iba arrarastrando desde hacía una temporada. 
"Roger Corman", el libro, es un completo análisis de la obra de este director y productor estadounidense, desde sus primeros escarceos dentro de la serie B más combativa, para luego, ya en el seno de la AIP, ser el responsable del mítico "ciclo Poe", que se sustentó en un puñado de títulos que hoy por hoy son clásicos del Fantástico, como por ejemplo "La caída de la casa Usher" (1960), "Las máscara de la muerte roja" (1964), "El pozo y el péndulo" (1961) o "La tumba de Ligeia" (1964), sin olvidarnos de "El palacio de los espíritus"(1963), filme en el cual realizó una curiosa mixtura entre la poesía de Edgar Allan Poe y la prosa de otro genio malogrado, H. P, Lovecraft. Contando con un impecable Vincent Price como cabeza visible, Corman también fue el responsable de una joya como es "El hombre con rayos X en los ojos" (1963), con otro intérprete legendario, Ray Milland. Pero dentro de este tipo de producciones, que aún siendo modestas, escapaban bastante de lo que podría ser considerado serie B, Corman fue capaz de filmar con medios mínimos pequeñas obras maestras como "La pequeña tienda de los horrores" (1960), toda una obra de culto que acabó por generar un musical en Broadway y su correspondiente traslación al cine, inolvidable, a cargo de Frank Oz. Descubridor de talentos tanto delante (Jack Nicholson, Bruce Dern, Peter Fonda...) como detrás (Martin Scorsese, Francis Coppola o James Cameron, entre otros, se foguearon como hombres de cine tanto en los platós de la AIP como, posteriormente, ya independizado Corman, de la New World Pictures), Rogr Corman es una figura casi mítica, cuya influencia es esencial en los modos y formas de hacer cine de género, aún hoy, en Hollywood. 
"Historia de las series" es otro ensayo, escrito por Toni de la Torre, que hace un recorrido por la historia de la televisión desde sus primeros escarceos, a finales del siglo XIX, hasta el establecimiento de las primeras cadenas de TV en emisiones más o menos regulares, en los años treinta. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el medio iniciará una explosión de ideas y conceptos, apostando por los formatos de ficción para ir llenando sus programaciones. De la Torre, con gran dinamismo, no va explicando los avatares por los que pasaron guionistas, programadores y directores de cadenas de televisión, desde las experimentaciones de Rod Serling y su "The twilight zone" (1959-64) hasta llegar a la definitiva consagración de los serie-adictos, con "Juego de tronos" o "The walking dead", sin olvidarse de la explosión, aún activa, de Netflix. Un estudio ya digo francamente muy entretenido de leer. Así puea, aquí os dejo con este par de recomendaciones que bien merecen ser leídas y disfrutadas.   


lunes, 24 de octubre de 2016

LAS HIJAS DE DRÁCULA

José Ramón Larraz (1929-2013) es un caso particular dentro de lo que es el cine español de género. Empezó su actividad como dibujante de cómics, abandonando España como consecuencia de la crisis que azotó al medio en los años sesenta. Su debut en la dirección de cine se produce en 1970 con "Whirlpool", cuyo buen recibimiento en diversos festivales, le permite ir encadenando películas en territorio británico, destacando de este periodo en título que ahora nos ocupa y "Symptoms" (1974), otra muestra de su gusto por el fantástico mezclado con dosis de erotismo malsano, elemento este que se convierte en punto distintivo de "Las hijas de Drácula" (1974), en el original "Vampyres". A la muerte de Franco, regresa a España, donde inicia una etapa marcada por sus colaboraciones con el productor José Frade, filmando comedia encuadrables en los modos y formas imperantes por aquel entonces. "La momia nacional" (1981), "Polvos mágicos" (1982) y la tremebunda "Los ritos satánicos del Diablo" (1982). El punto álgido de sus incursiones en la comedia vendrá con "Juana la loca...De vez en cuando" (1983), para luego tomarse un muy breve descanso de sus colaboraciones con Frade y filmar una miniserie sobre la vida del pintor aragonés Francisco de Goya, encarnado por el catalán Enric Majó, que le proporciona un notable prestigio...Pero Larraz es un artesano del oficio, que tanto sirve para un roto que para un descosido, Frade reclama su presencia en dos producciones españolas con las que pretende dar el pego, intentando hacerlas pasar por yanquis. Pero ni "Descanse en piezas" (1987) ni "Al filo del hacha" (1988), filmadas cuando el fuego del cine de terror hecho en España estaba casi medio apagado, al menos de manera momentánea, sirven para que el género se mantenga bajo mínimos, tanto cuantitativos como cualitativos. Tras una comedieta al servicio de los Morancos, "Sevilla connection" (1992), regresa de nuevo al medio televisivo, donde rueda una nueva miniserie de empaque, esta vez dedicada al malogrado Miguel Hernández. Es el año 2002 y ya no hay espacio ni para Larraz ni para el tipo de cine que practicaba.
Regresando a "Las hijas de Drácula" (1974), estamos ante un filme que por un lado parece una especie de respuesta al tipo de películas que por aquel entonces filmaba el francés Jean Rollin, pero con algo más de ritmo y un sentido fílmico igualmente algo burdo pero que al menos no resulta tan insoportable como el desplegado por Rollin en sus soporíferas peripecias de vampiras lesbianas. Larraz no se anda con pretenciosidades ni tonterías. Lo suyo es hacer un filme de terror erótico al uso, sin coartadas, en el que un par de beldades que se expresan mejor corporal que no dramáticamente (Marianne Morris y Anulka Dziubinska), encarnan (y nunca mejor dicho) a dos muertas en vida que seducen a incautos conductores practicando autostop. Tras seducirlos, se los llevan a su casa, una enorme mansión, donde los desangran sin compasión alguna. El problema surge cuando una de ellas no termina del todo el trabajo; su víctima, malherida pero consciente, no acaba de comprender la naturaleza de lo que está viviendo. En mitad de todo ello tenemos a una pareja de campistas, testigos de los trágicos sucesos y, en última instancia, víctimas del drama. 
En su primer mitad, de sus escuetos ochenta minutos de duración, "Las hijas de Drácula" atesora, al menos desde mi punto de vista, algunos momentos francamente muy logrados, que dotan al filme de una atmosfera muy interesante y visualmente bien resuelta, salvo en los instantes más eróticos, que digamos que son un tanto pedestres, sin nada que envidiar a un filme erótico español del mismo periodo. Pero una vez llegados al ecuador del largometgraje, con todas las cartas sobre la mesa, Larraz se ve irremediablemente impulsado a concluir el filme, lo que hace que todas las ideas expuestas deban de resolverse con una explicación final que de sorpresiva tiene bien poco. La película, pues, si funciona, si deja un poso de mínimo interés en el espectador es por el tono embrutecido, malsano, de algunas escenas, más que por un conjunto que a grandes rasgos no ofrece mayores sorpresas porque uno ya se las imagina desde la primera, y contundente, primera escena.   

jueves, 20 de octubre de 2016

EL MONSTRUO DE DOS CABEZAS

Un periodista norteamericano, que trabaja como corresponsal el Japón, acude a hacerle una entrevista a un científico local, que vive aislado en las montañas, dedicado a toda una serie de experimentos. Lo que no sabe el reportero es que uno de sus últimos experimentos ha salido de fatal manera, por lo que, al verle, el japonés decide que es el ejemplar perfecto para repetir la operación y, de una puñetera vez, tener éxito. Pero como suele suceder, las cosas no tardarán en torcerse sobremanera. El periodista irá mutando hacia un ser diferente, lleno de maldad, una entidad bestial que despertará sus peores instintos...
"El monstruo de dos cabezas", "The manster" en el original, es una muy curiosa coproducción entre Estados Unidos y Japón, realizada al alimón por un par de directores, George P. Breakston y Kenneth G. Crane, en 1959 en un momento en el cual el cine de monstruos se mantenía bien sano en las carteleras de programas dobles en los cines. 
La pretensión de sus reponsables era, a base de brochazos muy gordos, cuando no directamente sin descaro alguno, remedar el clásico de "Dr. Jekyll y Hyde" de Robert Louis Stevenson, en base a la idea de un periodista americano, deseoso de volver a los USA con su rubia esposa pero que, tras ser inyectado (despues de ser atontado con un licorcito del país del Sol Naciente) con el suero del pérfido "mad doctor" nipón, caerá en sus más bajos instintos, hasta que al final su doble se hará responsable de sus actos, decidido a vengarse del responsable de su estado monstruoso. 
La película, en líneas generales, no es que sea muy buena, pero posee el innegable encanto de la serie B de la época. Para evitar posibles malos rollos con los coproductores, la película ofrece algunas escenas que ofrecen una mínima panorámica de las tradiciones japonesas, caso de algún baile tradicional o la presencia de geishas, para dotar de color al conjunto. Pero la verdad es que en "El monstruo de dos cabezas" no hay espacio para sutilezas, como queda claro en el diálogo final, con el prototípico discurso pseudoreligioso típico de este tipo de cintas. Pero también posee momentos de notable nivel, como cuando descubrimos el drama personal del "mad doctor" que, pese a su maldad, también tiene su corazoncito, de malvado de peli de bajo presupesto, pero corazoncito al fin y al cabo. 
A pesar de ello, se trata de un filme que con el paso de los años se ha convertido en todo un referente dentro del género, siendo motivo de homenajes más o menos directos, como el que le dedicó Sam Raimi en "El ejército de las Tinieblas" (1992).
La edición del sello "Vial of delicatessens" se acompaña de un jugoso audiocomentario de los responsables del blog "La abadía de Berzano", así como del tráiler original de cine y, como colofón, cuatro cortometrajes que más o menos andan vinculados a la temática de la cinta, dirigidos por Dani Moreno ("El ataque del pene mutante del Espacio"), JJS ("Monster of puppets"), Naxo Fiol con "Tonto Larva" y cerrando el apartado Víctor Olid con uno de sus primeros trabajos como cortometrajista, el tronchante "Virus cabrón invade Alcorcón". Los cuatro son perfectos acompañantes y deudores de lo que representa en filme contenido en este soporte digital.
Para amantes y completistas de la serie B clásica de ciencia ficción y terror, con su blanco y negro, sus interpretaciones tan características y, en resumen, su irrepetible estilo. 

sábado, 8 de octubre de 2016

LA BRUJA

Nueva Inglaterra, 1630...William y Katherine son obligados a dejar el asentamiento donde viven acusados de no seguir los preceptos religiosos que siguen dentro de la colonia. Junto a sus cinco hijos, el más pequeño de los cuales, William es apenas un bebé, se trasladan hasta lo más profundo del bosque. En principio todo marcha bien, hasta que William desaparece sin dejar rastro. Todas las sospechas recaen en la hija mayor, pues era ella quien cuidaba del pequeño, pero una serie de sucesos, cada vez más extraños y perturbadores, harán que la familia desconfíe unos de otros en un proceso de total y absoluta autodestrucción...
"La bruja" ("The witch" en el original inglés) fue la sensación del festival de Sitges del apo pasado, y con toda la razón del mundo pues estamos ante una película que, al igual que ocurre con propuestas del calibre de, por ejemplo, "Bone tomahawk" o "Green room", se enfrentan al género de terror desde una perspectiva que se aleja de planteamientos vistos una y mil veces, abrazando la mixtura de géneros o virando hacia perspectivas novedosas conceptos que uno creía que ya no podían releerse por culpa de haber sido sobreexplotados al máximo. 
A partir de documentación y testimonios de sucesos parecidos en aquella época, y recogidos fielmente por historiadores y folkloristas, "la bruja" narra una historia de horror desde el seno de una familia de devotos puritanos, tan puritanos ellos que hasta son expulsados de la comunidad de puritanos donde viven por ser excesivamente celosos en sus modos y formas de afrontar su Fe. Es esta manera de asumir su religión la que, en última instancia provoca que, cuando estalle el drama, tanto el padre como la madre sean incapaces de hacer frente al peligro que les acecha, prefiriendo en última instancia que el supuesto Mal afecte a sus hijos. 
Todo ello nos es narrado por Robert Eggers, asimismo guionista del filme, desde una frialdad expositiva que en cierto modo puede chocar al espectador. Sea ésta una frialdad intencionada o no, Eggers va cerrando el foco sobre esta desdichada familia desde el momento en que desaparece el pequeño William hasta que la hija mayor es acusada por su propia madre de lo sucedido, llegando a un clímax final no por esperado, menos impactante, al menos visualmente. 
Con una ambientación exquisita, tanto a nivel visual como de los elementos terroríficos usados, "La bruja" tiene, eso sí, un "handicap": que esa frialdad expositiva puede, en ciertos momentos, hacernos desconectar de la cinta, dándole una pátina de exageración en algunas escenas, que resultan algunas de ellas claves, pero que pueden descolocar al espectador, que puede creer que son muy forzadas, incluso muy exageradas. En esencia eso no afecta a la calidad de la película, a todas luces impecable, pero sí a la historia que se nos narra, que por momentos pierde su naturaleza realista, aunque el empeño de Eggers hace que, globalmente, estemos ante una obra que logra por momentos inquietar sin apenas esfuerzo alguno. Una apuesta innovadora y que merece un vistazo, aunque algunas de sus escenas no sean del agrado de todos los públicos, quedan avisados. 

jueves, 6 de octubre de 2016

DIRTY DANCING

Verano, a primeros de los sesenta, los Houseman llegan a un balneario para pasar las vacaciones; Frances, la hija menor, el ojito derecho de su padre, un prestigioso médico, cambiará por completo su manera de ver la vida cuando conozca a Johnny Castle, el instructor de baile del balneario. Un suceso inesperado hará que ambos se conozcan y que Frances, a la que todos conocen como Baby, viva una experiencia que convertirá ese Verano como el más inolvidable de sus vidas...
De rodarse hoy día, un filme como "Dirty dancing" (1987/Emile Ardolino) sería carne de Disney Channel, con intérpretes adolescentes intercambiables con otros rostros de la cadena del ratón Mickey. De hecho uno de los responsables de las coreografías de esta película es Kenny Ortega, quien se hizo cargo de rodar todas las entregas de aquel fenómeno que fue "High School Musical", así que algo del espíritu de "Dirty dancing", convenientemente desnatado y bien cargadito de azúcar, se mantiene vivo en el panorama actual del musical hecho en Hollywood, aunque sea en la cadena de base de una multinacional tan poco dada a saltarse las normas como es la Disney.
Pero volviendo a "Dirty dancing" hay que asombrarse de ciertos aspectos de su trama que, muy probablemente, de hacerse un remake, quedarían del todo borrados o dulcificados. Que en un filme se hable tan claramente de un aborto, que además se practica, en off visual, pero se practica, es hoy por hoy impensable. Cierto es que el filme fue producido por un estudio de los llamados "independientes", la Vestron Pictures, compañía cuyo mayor éxito comercial fue esta cinta, para declararse en bancarrota a primeros de los noventa, tras vanos intentos por repetir impacto taquillero, pero no deja de resultar curioso en un país como Estados Unidos. 
A partir de esta situación, que provoca un equívoco que termina por solventarse con bastante facilidad en el desenlace, con la archifamosa canción interpretada por Jennifer Warnes y Bill Medley, "(I've) the time of my life" poniendo el broche final a una historia que mezcla con inusitada facilidad la comedia familiar, el musical y el melodrama en un gazpacho de fácil digestión, que llegó a las audiencia de forma amplia, que se compró el LP de la banda sonora musical e intentó, denonadamente, repetir las cabriolas que Patrick Swayze y Jennifer Grey llevaban a cabo en el filme. La nueva era de las academias de baile comenzó aquí, con un filme por el que casi nadie daba un duro y que, reitero, fue el mayor bombazo de una productora que jamás de los jamases volvió a pillar una racha de suerte como aquella. 
Los que tampoco tuvieron tanta suerte fueron precisamente sus dos intérpretes principales. Hija del también actor Joel Grey, famoso por su papel de maestro de ceremonias en el "Cabaret" (1972) de Bob Fosse, Jennifer Grey vivió su gran momento de gloria profesional con "Dirty dancing", para luego caer en una espiral de malas películas, mucho trabajo para la pequeña pantalla y roles en productos tan insustanciales como el del filme "Ritual" (2002/Avi Nesher), una muy necia nueva versión del clásico de Jaques Tourneur "Yo anduve con un zombie" (1943).
Por su parte , el malogrado Patrick Swayze poseía una carrera algo más amplia antes de consagrarse como el chulesco Johnny Castle. Formó parte de "Rebeldes" (1983) de Coppola, para coincidir con Jennifer Grey en la muy temible "Amanecer rojo" (1984/John Milius), alegato ultranacionalista americano sobre unos USA invadidos por soviéticos y cubanos. Su intervención en la serie "Norte y Sur" (1985-86) le permitió hacerse un hueco entre las televidentes y eso, sumado a sus habilidades como bailarín, hicieron que fuera la opción más viable para estar en una película como la que nos ocupa. Después de algunas intentonas para reciclarse en héroe de acción que no acabaron de cuajar del todo, básicamente porque eran más malas que la tiña, en 1990 interviene en otro "hit" del cine romántico, "Ghost" (1990/Jerry Zucker). Aquel fue su último impacto comercial de entidad, pasando luego también a trabajos más o menos relevantes en TV y algunas intervenciones de entidad en cintas de carácter "independiente", caso de la muy reivindicable "11.14. Destino fatal" (Greg Marcks).
La dirección  corrió a cargo de Emile Ardolino (1943-1993), realizador que se inició en el campo del montaje en 1972, debutando como director siete años después, primero para la caja tonta y realizando diversos documentales. "Dirty dancing" supuso su primer trabajo como director de un filme de ficción para la pantalla grande y ello parecía presagiar una carrera plena de éxitos, que se vio truncada por su prematura muerte, al poco de haber cumplido cincuenta años. 
El éxito de la película propició que un año después se realizara una adaptación en forma de serie para televisión, que fue suspendida sin haber alcanzado la docena de episodios. La guionista del filme originial, Eleanor Bergstein se mantuvo al frente de dicha serie fallida y, según diversos rumores, anda detrás de una posible resurrección en forma de "remake" en el que, lo han adivinado, anda relacionado el ya citado Kenny Ortega, así como en una teleserie. De momento ambos proyectos están en fase muy embrionaria.
Y en 2004 se rodó una especie de secuela de la que mejor olvidarse, con Diego Luna más perdido que un elefante en una cristalería. Ni que decir tiene que dicha secuela no llegó a los niveles de rendimiento mínimos en los cines de medio mundo. En el otro medio ni llegó a estrenarse.  

miércoles, 5 de octubre de 2016

ETERNAL

A un tan rico como implacable empresario (Ben Kingsley) le diagnostican un cáncer terminal, circunstancia que, ni que decir tiene, trastoca por completo su actividad como hombre de negocios y ser humano. Incapaz de reanudar la relación con su única hija, el millonario parece centrar su existencia en vivir sus últimos días intentando paliar el dolor y el malestar físicos, cada vez más notables. Pero un día parece en escena un científico algo peculiar (Mathew Goode), que le ofrece la posibilidad de "resucitar" en el cuerpo de otro hombre, más joven y completamente sano, con el que inciará una nueva vida, en la que podrá disfrutar de aquellos placeres que en su anterior existencia no había ni tan siquiera deseado o imaginado disfrutar. La única condición es que debe asumir una nueva identidad, olvidarse por completo de la otra, reiniciado su vida en otra ciudad. Convertido en un hombre joven y con energías renovadas (Ryan Reynolds), el otrora millonario parece estar en la gloria. Pero un día, de forma fortuita, empieza a tener recuerdos de una vida que no es la anterior, recuerdos pertenecientes al cuerpo que ahora "ocupa"...
Antes de enfundarse las mallas de superhéroe gamberro y deslenguado en "Deadpool" (2016/Tim Miller), Ryan Reynolds intervino en esta menos exitosa pero no por ello desdeñable peripecia de acción y gotas de ciencia ficción, a partir de un guión de los hermanos Alex y David Pastor, catalanes de nacimiento que mantienen su carrera entre el cine español con intentonas más o menos consistentes en Hollywood, como es el caso que nos ocupa.
"Eternal" es una cinta cuya principal virtud es que no aburre, y eso que está dirigida por un tipo, Tarsem Singh, responsable de la muy horrenda "La celda", a mayor gloria de Jennifer López, así como de "Inmortales", una peripecia que pretendía resucitar el cine "de romanos" (en este caso griegos más bien), pero que se saldó en un fiasco de tres pares. En este caso, Singh se toma las cosas desde una perspectiva más modesta, más práctica, se deja de florituras y ofrece un filme de acción bastante digno e interesante, que remite, salvando las distancias, a la memorable "Plan diabólico" (1966/John Frankenheimer) pero desde unos parámetros de mucho menor alcance y pretensiones, lo que es muy de agradecer viniendo de quien viene. Si de algo adolece esta película es de un desenlace algo burdo, bien poco creíble, que no corresponde con el buen nivel que hasta el momento ha mantenido el filme, pero repito que dentro de lo que cabe es una película francamente muy digna y honesta consigo misma y con sus potenciales espectadores, siendo un entretenimiento que pese a ese final tan de pegote, funciona a las mil maravillas si uno no espera peras del olmo. 

martes, 4 de octubre de 2016

EXORCISMO EN EL VATICANO

Angela Holmes es una joven normal y corriente que anda siempre muy liada en sus quehaceres diarios. Un día, por desgracia, empiezan a suceder cosas terribles a su alrrededor, presumiblemente provocados por su presencia. Si bien en un primer momento se requiere la intervención médica, será la irrupción del padre Lorenzo, un amigo del padre de la chica, lo que ayudará a descubrir que la chica está poseída por algo maligno, teniendo que pedir permiso al Vaticano para llevar a cabo un exorcismo, que será grabado en vídeo a tiempo real...
"El exorcista" (1973/William Friedkin) es, como todo el mundo sabe, LA PELÍCULA sobre exorcismos por antonomasia. A su vera aparecieron un buen puñado de imitaciones de todos los estilos y nacionalidades, pero ninguno de ellos logró, puede que rozara pero no alcanzó, los niveles de realismo, de veracidad, de la seminal obra maestra de Friedkin, realizador, por otro lado, que vive hoy por hoy una muy justa revalorización por parte de la mayor parte de la cinefilia más despierta.
No puede decirse lo mismo de este "Exorcismo en el Vaticano" (2015), "The Vatican tapes" en el original, que también apuesta por servirse de grabaciones para intentar dotar de veracidad a una historia que si peca de algo es de ser extremadamente tópica, casi se diría que banal. No hay ni un mínimo intento por salirse de la tangente, de dotar de empaque a unas imágenes en exceso videocliperas, que ilustran un guión de tintes casi telefílmicos. 
El filme supone el primer trabajo en solitario tras las cámaras de Mark Neveldine, un realizador que hasta el momento había compartido tareas de dirección con Brian Taylor, despertando el interés del público mediante un "thriller" de acción cuando menos original, "Crank: Veneno en la sangre" (2006) de la cual llegaron a realizar una secuela, que ya no tuvo el éxito de su predecesora. Auténtico hombre orquesta, Neveldine también suele ejercer de actor, así como guionista, operador de cámara o especialista en escenas arriesgadas. Lamentablemente la más bien nula recepción comercial de este "Exorcismo en el Vaticano" pone un interrogante sobre cuáles pueden ser sus pretenciones a partir de ahora, aunque de momento anda enfrascado en completar la postproducción de "Officer Downe", en la que también ejerce múltiples funciones, exceptuando la dirección, que corre a cargo de Shawun Crahan y que, como mandan los cánones del Hollywood actual, esta basada en un cómic, éste de raíces independientes. 
Indicar que el reparto de "Exorcismo en el Vaticano" está encabezado por un par de actores de indiscutible valía, Michael Peña y Dougray Scott, además de Olivia Taylor Dudley, que da muy bien el pego como la sufrida Ángela. Pero reitero que el guión es un dechado de lugares comunes que no se lo salta un galgo...  

martes, 19 de julio de 2016

SILVER KANE O EL ESPLENDOR DEL BOLSILIBRO...


En este blog ya he ido, en diversas ocasiones, comentando el interés que merecen los bolsilibros, los cuales van más allá del género del Oeste y de escritores como Marcial Lafuente Estefanía, el más comercial de todos ellos, o al menos el más célebre, pero no por ello el mejor, pues sus niveles de destajismo no podían permitirle llegar a un nivel cualitativo regular, quedando todo en manos de argumentos pueriles, mil y una vez vistos, algo que sus dos hijos, quienes mantuvieron la "marca" al morir su progenitor, se encargaron de acentuar sin demasiados remilgos ni buscar salidas más o menos originales: sencillamente siguieron el modelo establecido y ahí se mantuvieron. 
Caso bien diferente sería el de profesionales del bolsilibro como Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz) y Silver Kane (Francisco González Ledesma), que se esforzaron por hacer originales mixturas genéricas, que dieron lugar algunas piezas de indudable categoría. Hoy me centraré en un par de muestras de cómo un autor como Silver Kane podía tocar el Oeste y el Terror ofreciendo unas novelas que cumplían a la perfección su objetivo de entretener, pero a la vez también se notaba una clara pretensión de ofrecer calidad en cada una de sus páginas, algo que no solía ser costumbre en Lafuente Estefanía, quien en muchas ocasiones redundaba en lugares comunes y clichés como única arma identificativa de un estilo por lo demás bastante pobretón. En el caso de Kane, de Garland ya les hablaré en otra ocasión, ese era un aspecto que no entraba dentro de sus planteamientos como escritor a sueldo de la Editorial Bruguera. 
Curiosamente, la primera novela que les comento aquí, "Ataúdes de lujo" fue editada por Ediciones Astri, compañía que en la segunda mitad de los ochenta intentó mantener viva la llama de los bolsilibros, contratando los servicios de escritores que habían trabajado intensamente para Bruguera, por aquel entonces en pleno proceso de cierre por quiebra. Especializada en tebeos de corte erótico, Astri editó diversas colecciones de bolsilibros, la mayoría de ellas reediciones de obras ya editadas por la extinta Bruguera. Aparte del Curtis Garland, que se apuntó a la aventura de Astri, Silver Kane también entró en esta editorial, en la que contó con una colección dedicada a él en exclusiva, lo que indica que los responsables de Astri no pretendían ir por las fórmulas típicas, pretendiendo ofrecer material de calidad contrastada, fuera original o recuperada de materiales ya editados con anterioridad. 
"Ataúdes del lujo" es un bolsilibro en el cual sobresale la mezcla de erotismo y violencia en la cual su autor era un maestro de un valor indiscutible. A partir de una historia que remite más a la novela negra, género donde González Ledesma brilló como autor "serio", esta novela se deja de tópicos para impactar mediante una narrativa que remite con contundencia al mejor "western" europeo.
En el campo del terror, Silver Kane también dejó su marca de fábrica; "Abrigo de piel de hiena" es una obra escrita para Bruguera en su mítica "Selección terror", convertida hoy en día en colección de culto para entusiastas del género. En "Abrigo de piel de hiena" tenemos otra muestra de cómo su autor sabía usar los parámetros del cine de terror, en este caso el italiano, ofreciendo una historia de supuestas venganzas de ultratumba que no desentonaría en un filme dirigido por un Argento en horas muy altas. 

Cubierta de Salvador Fabà para la novela original de Silver Kane (Francisco González Ledesma) editada en 1979 por Editorial Bruguera en el seno de su Selección Terror, mítica dentro de su temática entre los entusiastas del bolsilibro y el pulp hispano.
    

MERCENARY

Un importante hombre de negocios organiza en su casa un acto en honor de un importante escritor y activista por la paz. El acto acaba siendo saboteado por la aparición de un grupo de hombres armados, que asesinan a una gran cantidad de personas, entre ellas al activista y a la esposa del organizador de la recepción. Éste, decidido a tomarse la justicia por su mano, a pesar de que no se halla en las mejores condiciones físicas para llevar a cabo sus intenciones, contrata los servicios de Alex Hawks, un antiguo miembro de las fuerzas especiales de la OTAN y que ahora ejerce de mercenario, ofreciendo sus servicios al mejor postor. El hecho de que el millonario pretenda unirse al comando de acción no termina de convencer a Hawks, que lo ve más como una molestia, por mucho que éste ponga todo de su parte para intentar estar a la altura. Lo que no saben aún Hawks y su contratante es que alguien les ha traicionado, revelando a sus enemigos las intenciones de una misión que se convierte, en apariencia, en casi un suicidio.
A mediados de los noventa, empujado por el éxito de "action men" del estilo de Jean Claude Van Damme o Steven Seagal, el mercado de serie B buscó también a posibles intérpretes que, siendo duchos con las artes marciales más que en el arte dramático, protagonizasen filmes de acción que, argumentalmente, no diferían demasiado de las producciones de gran presupuesto, con guiones donde la violencia y las ansias de venganza fueran el acicate principal para que el aficionado menos exigente pudiera alquilarlas en el videclub de la esquina y, tras visionarlas, alquilar otra y otra más sin pedirle peras al olmo. 
Uno de esos "actioners" que hicieron su agosto, y que siguen aún en activo dentro de los márgenes de la producción directa a DVD, fue el francés Olivier Gruner, que fue lanzado como la respuesta barata del belga Van Damme. Hijo de una familia de médicos, Gruner, nacido en 1960, pronto se mostró más interesado por una vida más movida, enrolándose en las fuerzas especiales del ejército gabacho. Acabada su etapa de movilización, y tras distinguirse como artista marcial en diversas competiciones, fue descubierto por un cazatalentos, que se encargó de hacerle un hueco en el cine de acción barato. 
"Mercenary" (1996/Avi Nesher) es una cinta que puede decirse que interesará al aficionado al cine de acción, que seguramente pasará un rato bastante digno con un filme que nunca pretende engañar al espectador. Gruner, como actor, es un patata de cuidado, pero es que tampoco sus compañeros de reparto están en mejores condiciones de darle una respuesta que permita creerse el entramado argumental de la cinta, un tanto pillado con pinzas. Y es que eso de que un millonario deseoso de vengar la muerte de su esposa contrate a un mercenario puede ser más o menos creíble, pero lo de que él mismo exiga formar parte del pelotón digamos que ya no resulta tan factible. El ya fallecido John Ritter en gran medida intenta con notables esfuerzos dotar de contenido a su personaje, pero el resto del elenco, con unos muy penosos Robert Culp, Ed Lauter o un Martin Kobe pasado de rosca, derrumban la credibilidad de un guión, por otro lado, repleto de lugares comunes, que en ocasiones remite sin rubor alguno a "Rambo: acorralado 2ª parte" (1985/George P. Cosmatos) para luego introducir pinceladas cómicas que un inexpresivo Olivier Gruner arruina sin demasiadas dificultades. 
Lo que resulta más triste de todo esto es que la dirección de este subproducto recayese en el israelí Avi Nesher, un cineasta sobre el cual se albergaron grandes esperanzas a raíz del estreno de "Treinta minutos para morir" (1991), aunque por estos lares nos enteramos menos pues nos llegó directamente en formato magnetoscópico, una modélica serie B que unía con dinamismo y torrenciales dosis de imaginación y buen hacer tras las cámaras el cine de acción ochentero con las conspiranoias propias de los años setenta. Después de la escasa recepción comercial de dicha cinta, del todo inmerecida, Nesher tuvo que ir dilapidando su talento en productos extremadamente rutinarios, que apenas proporcionaban elemento alguno de interés, salvo alguna que otra secuencia de acción resuelta con buen tino. En este caso, al estar al servicio de un actor como Gruner, Nesher básicamente se dedica a potenciar su condición física, por encima de sus nulas habilidades interpretativas. Y teniendo en cuenta el escaso presupuesto con el que contó, podemos decir que el resultado del conjunto se revela pronto como una misión imposible, pues ni Gruner logra brillar en su faceta de "action hero" ni tampoco Nesher puede lucirse dadas las estrecheces económicas de una película directa a DVD en la que ninguno de sus responsables pensaron realmente en ofrecer algo fuera de lo habitual, quedándose en un pasatiempo que se olvida tan pronto circulan los títulos de crédito finales. A pesar de ello, la cosa funcionó lo bastante bien en el mercado de DVD como para que Gruner interviniera en una secuela, "Mercenary 2" (1999), dirigida por el australiano aficionado a series Z Phillippe Mora, producida en esta ocasión para colarla en televisiones de pago y que, a nivel argumental, no tiene nada que ver con ésta, aunque Olivier Gruner interprete a un tal Hawk      

jueves, 9 de junio de 2016

LAS MANOS DEL DESTRIPADOR

Dentro de las lista de películas que Peter Sasdy filmó en el seno de la Hammer Films, en la primera mitad de los setenta, cuando en estudio iniciaba su lenta pero evidente decadencia, intentando mantenerse a flote a base de subir los niveles de hemoglobina y erotismo en sus filmes, "Las manos del destripador" queda, sin ninguna duda, como una de sus aportaciones más logradas y considerables. 
La historia arranca cuando la policía nada ya acorralando a Jack "el destripador" por las calles de Londres. Este, que es un médico de cierta alcurnia, se refugia en su propio domicilio, buscando el apoyo de su pobre esposa, que anda cuidando a su hija, de apenas un año de edad. Pero el asunto termina de forma trágica...Pasados los años, esa niña se ha convertido en una muchacha muy bella pero tímida, marcada por un pasado que no logra recordar y siendo explotada por una mujer que saca sus buenas libras esterlinas engañando a personas de la alta sociedad londinense a base de poner en práctica sus supuestos conocimientos como médium. Un reputado psiquiatra se hace cargo de la chica cuando esta se ve implicada en el asesinato de un tipo que andaba presto a abusar de ella. El terapeuta está decidido a ayudar a la joven, pero no sabe que despertando los genes del padre de la chica hará que el espíritu del tremebundo asesino en serie vuelva a las andadas...
A lo largo de sus escasas hora y veinte minutos de metraje, "Las manos del destripador" desarrolla una historia realmente curiosa, una variante del mito de Jack "el destripador" pero ahora usando como punto de base a su hija, la cual quedó en estado de shock cuando vio morir a su padre (del que no dan mayores pistas sobre su identidad y su fallecimiento, salvo en algunas secuencias oníricas) quedando su memoria inerte de dichos recuerdos, que vuelven a la luz cuando alguien la toca. Primero será el tipo que intentará forzarla, pero luego la situación se hará cada vez más complicada, en especial para la única persona que confía en ella, un psiquiatra imbuído de buenas intenciones y que cree firmemente en el poder de l psicoanálisis para salvarla. La interpretación de Eric Porter es a todas luces magnífica, así como de la debutante Angharad Rees, en especial en el tramo final, cuando el terapeuta descubre que curar a aquella mujer es una quimera, dada su naturaleza malvada. 
Pese a que nunca fue un director muy dado a sutilidades, tomando siempre el camino de la funcionalidad en la puesta en escena, Sasdy, en este caso, logra superar su habitual grisura para dotar a la cinta de un punto de sordidez visual muy de agradecer, sin recargar las tintas pero obteniendo una atmósfera francamente muy lograda. Puede que el final, en exceso apresurado, acabe por deficultar las cosas para una cinta que sin lugar a dudas hubiera necesitado algo más de metraje para que todas las piezas concordaran con total y absoluta perfección. Pese a ello, Sasdy se las ingenia para no arruinar del todo la función, dando lo mejor de sí en los momentos clave, cuando la terrible verdad se abre ante los protagonistas. Es ahí donde radica lo mejor de esta cinta que, sin ser eso que podríamos definir como una obra maestra, sí es un pequeño clásico dentro del género de terror de los setenta. 

LA CONDESA DRÁCULA

"La Condesa Drácula" (1970/Peter Sasdy) se produjo en un momento de cambio en el seno de la muy inglesa Hammer Films, que hasta ese momento era el máximo exponente del terror gótico no ya a nivel europeo sino directamente mundial. Los gustos del público estaban cambiando a pasos de gigante y el estudio no podía sólo mantenerse en funcionamiento a base de secuelas y más secuelas de Drácula, con un cada vez más harto Christopher Lee, que abominaba de los guiones, o del monstruo de Frankenstein, aunque un siempre entregado Peter Cushing diera siempre lo mejor de sí como el pérfido y manipulador inventor de la criatura. Tal y como andaba el patio de butacas, era necesario apostar por nuevas ideas, nuevos conceptos, entre los cuales el más evidente era dar algo más de erotismo a la parroquia. Y la historia de la Condesa Elisabeth Bathory daba mucho juego en ese sentido. 
Noble que vivió en la Hungría del siglo XVI, Elisabeth Bathory se hizo tristemente famosa al asesinar a jóvenes damiselas a las que luego desangraba con el fin de bañarse en su sangre y mantenerse joven eternamente, o al menos eso creía ella. Descubierta por las autoridades, fue condenada a la pena capital, pero dada su condición, le fue conmutada por la de ser emparedada viva en sus aposentos. A partir de esta historia, los guionistas a sueldo de la Hammer pergueñaron una historia de rivalidades entre madrastra e hija (encarnada por una jovencita Lesley Anne Down) y titulándola internacionalmente "Countess Dracula" con el fin de que el aficionado no se sintiera engañada y supiera de forma clara a lo que iba. 
Para interpretar a Elisabeth se eligió a una actriz de origen húngaro, Ingrid Pitt, quien posteriormente participaría de forma muy activa en algunas cintas de la compañía, para luego concentrar su carrera en TV y films de serie B de muy diverso pelaje. Su belleza y rotundidad física la convierten en una perfecta Elisabeth Bathory desde el primer momento en que aparece en pantalla.
El filme quedó en manos de otro húngaro, por aquello de dar cierto sentido "eslavo" al asunto, o eso debieron creer los mandamases del estudio, porque tampoco es que se note muy mucho la mano húngara detrás de las cámaras. Peter Sasdy es un director en ocasiones vilipendiado por su condición de realizador televisivo, medio al que volvió tan pronto los últimos rescoldos del cine de terror británico se apagaron. Cierto es que nunca destacó sobremanera por su imaginación, ofreciendo siempre una puesta en escena bastante sosa, con algunos destellos de inspiración casi obtenidos por casualidad. En cualquier caso tampoco es que el bueno de Peter buscara tener una voz propia, prefiriendo filmar el guión que tenía entre manos con la máxima profesionalidad y rapidez, logrando en algunas ocasiones trabajos bastante dignos y meritorios. Y esta "La Condesa Drácula" es uno de ellos. 

LOS ODIOSOS OCHO

Personalmente soy de los que poino que, puestos a elegir, me quedo con esta segunda incursión de Tarantino en el "western", muy por delante de la afamada "Django desencadenado" (2012). Es muy posible que eso se deba al hecho de que estamos ante una película más, ya sé que suena a perogrullada, "tarantiniana" que su predecesora a la que, por otro lado, no hay que quitarle mérito alguno, por cuanto posee la virtud de tener una de las mejores interpretaciones de Leonardo DiCaprio y eso que las relaciones entre los dos italoamericanos distaron muy mucho de ser cordiales en el transcurso del rodaje. La estructura episódica de "Los odiosos ocho" (2016), su potente uso del formato panorámico, aunque luego se pase la mayor parte de la película rodando en decorados, que todo hay que decirlo, así como un reparto de ensueño, encabezados por unos estupendos Samuel L. Jackson y Kurt Russell, amén de unos recuperados, para la causa de Don Quentin, como son el británico Tim Roth y un Michael Madsen hoy por hoy carne de serie Z directa a formato doméstico, hacen de este un filme francamente muy recomendable, aún a pesar de que evidentemente los arranques de violencia sean marca de la casa y no aptos para todos los públicos.
Planteada como una suerte de pieza de cámara, una obra teatral de gran formato, "Los odiosos ocho" juega muy bien sus cartas en todo momento, abraza los clichés del género con conocimiento de causa, para luego darles la vuelta como es habitual en el responsable de "Reservoir dogs" (1992). Cierto es que poco queda ya de ese jovencito que pretendía jugar a "niño malo", convertido ahora en un realizador algo endiosado que pretende ser la única arte y parte en recuperar la estética de cierto tipo de cine de serie B o Z, el mismo que deglutía sin solución de continuidad en sus días de dependiente de videclub, pero no cabe duda alguna de que Tarantino en un narrador visual de primer orden que, con "Los odiosos ocho" logra en gran medida, superar "Django desencadenado" filmando un "western" de grandes proporciones, y no sólo por el formato elegido para filmar la cinta, si no, más importante todavía, porque se atreve a hacer "una del Oeste" sin tomar como referencia elementos previos (aunque la estética de "spaghetti western" sigue estando ahí, no se hace tan evidente, ni molesta, como en "Django desencadenado"), optando por una oda al género en toda regla, apoyado en un despliegue artístico de altísimo nivel.No sé cual puede ser el futuro de Tarantino en el Hollywood actual, plegado al "remake" y a las fórmulas del cine de superhéroes para mantenerse en pie, vivo y coleando, pero es indudable que si mantiene el tipo como ha hecho en este caso, podemos darnos con un canto en los dientes y esperar grandes obras. Vale, el tipo anda muy pegado de sí mismo, el caso es que a mí "Los odiosos ocho" me gustó. Mucho. Y espero más.

miércoles, 8 de junio de 2016

EL INFIERNO VERDE

Tres años ha tardado en estrenarse en España la, por ahora, penúltima película de Eli Roth, realizador fogueado a la vera de David Lynch pero que ganó mayores enteros al trabar amistad con Quentin Tarantino, que le produjo las dos primeras entregas de la saga "Hostel", ambas estrenadas en cine pues hay que recordar que la tercera era un pestiño producido para su explotación directa en DVD.
Las razones de dicha tardanza no hay que centrarlas en el hecho del nivel de sangre e higadillos desplegado por Roth, algo esperable en tanto en cuanto estamos hablando de alguien que no se corta un pelo a la hora de abogar por el gore más directo y sin matices, sino en la forma en la cual la película retrata los movimientos de activistas antisistema, que suelen ser mucho menos dados a la crítica interna y a la manipulación mediática que los grupos a los cuales combaten, cayendo en ocasiones en la demagogia más barata cuando no en la ideología más reaccionaria. 
Presentada como una vuelta de tuerca, un homenaje, a películas como "Holocausto caníbal" (1978/Ruggero Deodato), de hecho "El infierno verde" era uno de los títulos que se barajaron en su día a la hora de estrenarla, para luego ser desechado por el más contundente y por el cual la conocemos todos, el filme de Eli Roth va más allá de una pastiche más o menos relacionado con la seminal obra de Deodato. Si Deodato tomaba una línea más sensacionalista, más de cara a la galería, Roth prefiere concentrar sus esfuerzos en mostrar la hipocresía de sus protagonistas, unos universitarios que presumen de ser muy combativos, de ser solidarios, pero que en situaciones límite no tienen reparo alguno en putearse para lograr la supervivencia. El caso más paradigmático lo tenemos en el personaje del líder del grupo, Alejandro, un guaperas carismático que al final se destapa como un verdero hijo de su madre, mostrando una nula empatía con gente a la que, anteriormente, pedía colaboración y trabajo en equipo. 
Ni que decir tiene que estamos ante una película con escenas muy difíciles de ver, que pueden herir la sensibilidad del espectador. Es esta una película apta para amantes del gore con fundamento, que ya saben cómo se las gasta Roth a la hora de filmar. El espectador potencial de "El infierno verde" debe estar preparado para ser impactado de frente, sin dobles lecturas. Al igual que Deodato, Roth filmó en escenarios naturales del Amazonas peruano, utilizando como intérpretes indígenas auténticos, que no tuvieron demasiados reparos en hacer el papel de caníbales, como se puede ver en alguno de los documentales que incluye la edición en DVD hasta los niños se divirtieron de lo lindo rodando algunas secuencias, algo que no se produjo durante el rodaje de "Holocausto caníbal" pues existen informaciones que indican que el director y buena parte del equipo abusó de forma flagrante de los indígenas que salían en su película, algo que se potenció, tristemente, en las posteriores películas que siguieron y que conformaron la moda de caníbales en el Amazonas. 
En el reparto tenemos una mezcla de actores latinos y estadounidenses, todos ellos poco conocidos, a excepción de Daryl Sabara, que de niño fue uno de los "Spy kids" de Robert Rodríguez, y la chilena Lorenza Izzo, que asume con aplomo la muy complicada tarea de encarnar a la joven protagonista del filme, que vivirá una experiencia aterradora en los hermosos parajes amazónicos. El resto queda en manos de los efectos de maquillaje de los imprescindibles Greg Nicotero y Howard Berger, así como de la capacidad de un Eli Roth que deja aquí uno de sus mejores trabajos tras las cámaras. Dura, sí, polémica, también, no es plato para todos los gustos, pero cabe aplaudirle a su realizador su arrojo a la hora de hacer una película de estas características en unos tiempos poco dados a empresas arriesgadas. Con eso ya tiene ganada mi confianza.    

martes, 24 de mayo de 2016

DECOYS

Un par de jóvenes universitarios, con ganas de juerga y de pasárselo de puta madre, logran meterse en la fiesta de una fraternidad femenina, que organiza la fiesta donde se elige al Rey y Reina de Invierno de la Universidad. Ahora bien, uno de ellos, Luke, descubre de manera accidental que las dos despampanantes rubias que andan por el campus volviendo loco a todo macho viviente son unas alienígenas que andan interesadas en invadir la Tierra a costa de la especie masculina, de la cual se alimentan con tremebunda voracidad. Ni que decir tiene que nadie, ni su mejor amigo, cree a Luke. Cuando la policía empieza a encontrar cadáveres Luke, lejos de ser creído, se convertirá en el principal sospechoso...
Modesta producción de ciencia ficción facturada en Canadá, por obra y gracia de Matt Hastings, realizador eminentemente televisivo, responsable de algunos episodios de la teleserie "Otros límites" y que, posteriormente a la cancelación de ésta, se ha mantenido a flote a base de filmar productos directos para su consumo en DVD.
Dentro de sus evidentes limitaciones, "Decoys" no es una mala película, pero dista muy mucho de ser un filme satisfactorio. El problema radica en que estamos ante una cinta que pretende ser, al menos en primera instancia, una especie de "American Pie" en clave de ciencia ficción, con momentos de humor burdo pero hasta puede decirse que efectivo con una serie de elementos que remiten a "Species" (1996/Roger Donaldson), el diseño de los aliens es casi un plagio, todo ello enmarcado en una puesta en escena que remite, precisamente, a "Otros límites" producción donde el director libró sus primeras armas como profesional del medio audiovisual. En ciertos momentos, aislados, la mezcla funciona casi de forma automática, obteniendo un producto que, sin ser aquello una obra maestra, se sigue con cierto grado de interés, pero pronto la cosa empieza a entrar dentro de unos márgenes decididamente insulsos, que se salvan gracias a un desenlace que, sin ser sorpresivo, al menos hace que la función no resulte una pérdida de tiempo. Por otro lado, el filme se reserva algunas, curiosas (por la forma de ubicarlas) referencias al cine fantástico hecho en tierras canadienses, unas referencias que pretenden en cierta forma reivindicar la naturaleza propia del cine de género hecho en Canadá, aunque seguramente Matt Hastings no se la persona más indicada como para enmendar la plana a David Cronenberg. En cualquier caso, potable y no del todo ofensiva...

KRAMPUS, MALDITA NAVIDAD

Michael Dougherty sorprendió en 2007 con una muy notable, convertida hoy por hoy en película d eauténtico culto, cinta ambientada en la festividad de Halloween, me refiero a "Truco o trato". Dicha cinta, una serie B hecha sin pretensiones y lanzada directamente al mercado doméstico, como ya hemos dicho, se ha convertido en pieza de reconocido prestigio y aprecio entre los amantes de las joyas desprejuiciadas hechas con bajo presupuesto, aunque este aspecto es bastante relativo, habida cuenta del apoyo del director y productor Bryan Singer para lograr que el proyecto saliera a la luz, obteniendo una cinta de horror a todas luces inolvidable. 
Hasta cierto punto, este "Krampus, maldita Navidad" mantiene unas líneas estéticas muy similares, además de utilizar una fiesta reconocible, en este caso Navidad, como base de un filme de terror que, como en el caso anterior, mira de reojo al cine de terror de los ochenta, en especial "Gremlins" (1985/Joe Dante), mezclando con mala uva el terror con una ácida crítica a la sociedad americana.
El filme relata la historia de Max, un chico que aún mantiene la ilusión por la Navidad y Santa Claus, pero su fe, en principio inquebrantable, se romperá por culpa de la llegada de sus tíos y sus primos, gente vulgar y que representa lo peor de la hipocresía humana sobre la Tierra. Harto de todo ello, Max decide repudiar a Santa Claus, lo que provoca que un antiguo espíritu malvado y destructivo asuma el control de la situación, creando el caos por doquier y convirtiendo la Navidad en una fiesta de destrucción.
"Krampus, maldita Navidad" se asienta sobre unos elementos claramente reconocibles para el aficionado; su inicio remite claramente a la comedia del Hollywood de los ochenta y su visión de la sociedad de consumo, usando unos cuantos litros de vitriolo, es de las que hace tiempo que no se ven en una película de las de amplio consumo. El filme no se anda con chiquitas y Dougherty apenas da tiempo al espectador para tratar de digerir todo lo que sucede en pantalla, estableciendo como punto de enfoque al protagonista, Max, responsable, con su decisión de maldecir la Navidad, de todos los acontecimientos posteriores, que terminan con la vuelta la Tierra del temible Krampus. Apoyado en un espléndido diseño de producción y unos intérpretes muy efectivos, entre los que pueden destacarse Toni Collette o Conchata Ferrell, la película en gran medida deja claro que aún quedan esperanzas de que el cine fantástico hecho en Hollywood dé frutos medianamente dignos de ser vistos y disfrutados, dejando de lado apuestas por reciclar ideas del pasado, refritos de películas de los ochenta hechos con escasa inspiración y secuelas de las mismas. Es de esperar que Michael Dougherty pueda mantenerse en activo sin cortapisas. Crucemos los dedos.

EL DESAFÍO DE PANCHO VILLA

1916, el jefe revolucionario mejicano Pancho Villa (Telly Savalas) penetra en territorio estadounidense con el fin de asaltar un depósito de armas. La operación pilla por sorpresa al ejercito estadounidense, que pronto organiza una operación de castigo, con el fin de intentar dar caza al rebelde. Pero la operación, dirigida por un oficial tan pendiente de las ordenanzas como inútil en la estrategia (Chuck Connors) será todo un desastre para los intereses norteamericanos. Mientras tanto, Villa y su más fiel lugarteniente (Clint Walker) saldrán indemnes de los diversos intentos de asesinar al revolucionario...
"Western" hecho en régimen de coproducción entre España y Estados Unidos, por parte de un productor que andaba ya muy bregado en este tipo de películas de género, Bernard Gordon, quien tuvo la feliz idea de otorgar la dirección a Eugenio Martín, un realizador todoterreno con amplia capacidad para acercarse a cualquier tipo de producto, ofreciendo sino películas digamos redondas, sí al menos disfrutables y muy honestas con el material de partida, por pobretón que este fuera.
Partiendo de un hecho real, el asalto, en 1916, por parte de Villa y sus fuerzas de la localidad de Columbus (Arizona), Martín desarrolla un "western" bastante simplón en su planteamiento, con algún momento puntualmente lúcido en su nudo y con un desenlace algo atropellado. El problema básicamente radica en que el filme, pese a que pretende en todo momento brillar como una comedia, no acaba de cuajar del todo en ese ámbito, más por la nula capacidad cómica de, por poner un ejemplo, Clint Walker, así como por Telly Savalas, que en su papel de Pancho Villa se desmadra de forma evidente cuando seguramente lo mejor habría sido algo más de sutilidad en su labor interpretativa. Por otro lado, si la parte de comedia no termina de estar bien resuelta, cuando pretende establecer un punto de base dramático de mayor empaque, contando para el empeño con otra actriz norteamericana que andaba por Europa buscando salvar una carrera hollywoodiense algo mustia (Anne Francis), éste tampoco funciona, lo que da como resultado un "western" que si bien resulta simpático por el tono y forma que le otorga su director, no logra trascender de la forma debida su pobre guión. Ciertamente, Eugenio Martín se mostraría a todas luces más inspirado en "Pánico en el Transiberiano". El reparto se completa con algunos inolvidables rostros del cine de género español, caso de Ángel del Pozo, Luís Dávila, Alberto Dalbes o José María Prada, sumando un cameo de Lone Faerch, esposa de Martín y protagonista de otra pieza de indudable importancia para nuestro cine de terror español, "La noche del terror ciego" (1972) de Amando de Ossorio.   
  

domingo, 15 de mayo de 2016

SINISTER 2

Como ya dije en su día, "Sinister" (2013/Scott Derrickson) era, sin ser lo que se dice una película redonda, una propuesta que personalmente me gustó por su apuesta por un terror que se basaba más en el golpe de efecto, bien aplicado, que no en la sangre o en el susto gratuito. Por otro lado, el usar un formato con el Súper 8 hacía que el conjunto de la cinta respirara un tono de pesadilla, de mal rollo, basado en el impacto visual que producían las filmaciones que, en dicho formato, realizaba el presunto asesino, que al final digamos, por aquello de no destripar el suspense, no tenía nada que ver con lo que en principio uno pudiera pensarse, lo que aún creaba más desasiego. 
Dado el éxito de la cinta, los productores de la misma, que a la vez son los responsables de "Insidious" y sus secuelas, rápidamente se puesieron manos a la obra para poner el marcha una segunda entrega. En principio la cosa parecía disparatada, más que nada porque el desenlace de la misma no daba para llegar a eso, pero es evidente que el dólar manda, así que Scott Derrickson y  C. Robert Cargill escribieron un nuevo libreto. El único problema es que la dirección no quedaría en manos de Derrickson, comprometido con otros proyectos, quedando el asunto en manos del debutante Ciarán Foy, realizador de origen irlandés elegido personalmente por Derrickson lo que, en un primer momento, parecía ser una garantía. Y digo parecía porque al final digamos que la cosa no le acaba de quedar del todo bien ligada. 
La película nos narra cómo el agente So&So, ayudante del fallecido Ellison, convertido ahora en detective privado, se dedica aproseguir las investigaciones del malogrado escritor, aún a pesar de que le aterra la posibilidad de enfrentarse con la criatura conocida como Bughuul, causante de los crímenes. En sus pesquisas conoce a Courtney, una mujer, madre de dos hijos gemelos, que huye de un marido maltratador, refugiándose en la casa propiedad de un antiguo reverendo quien, junto a su familia, fue víctima del Bughuul.  So&So, preocupado por lo que pueda sucederles a ella y a sus dos hijos, intenta protegerlos, pero es demasiado tarde, pues uno de los gemelos ya ha sido captado por el Bughuul y su cohorte de niños fantasmas, los cuales no van a dejar en ningún caso que el ex-agente de la Ley se salga con la suya...
El principal "handicap" de este "Sinister 2" radica en que Foy, a grandes rasgos, no se esfuerza en demasía a salirse del modelo que Derrickson implementó para la cinta original. En una especie de clara apuesta por el "más de lo mismo", el realizador irlandés prácticamente recicla ideas visuales ya servidas por Derrickson y cuando se esfuerza por ofrecer algo diferente, novedoso, cae en el lugar común del golpe de efecto exagerado y visto una y mil veces. Por otro lado el concepto de los gemelos de personalidades distintas, uno bueno y el otro malvado, marcado de forma más evidente por la personalidad del padre (trazado por otra parte de forma excesivamente tópica) está también tratado de manera bastante insulsa, con lo cual la posible fuerza que pueda llegar a tener su desarrollo se disuelve entre imágenes más cercanas al telefilme de sobremesa que no a una cinta de terror. En cierta medida podemos decir que si Derrickson, en la primera entrega, lograba que los conceptos de horror y cotidianeidad casasen con mucha precisión, Foy, por su parte, lo resuelve todo con muchas faltas de ortografía, pretendiendo servirse de una lacra como es el maltrato de género para servir una cinta de terror excesivamente convencional, algo que no era la primera entrega en absoluto. Una oportunidad malgastada, lamentablemente. 

TURBO KID

1997, en una tierra diezmada por un desastre nuclear y la lluvia ácida la Humanidad sobrevive como puede, intentando salir indemne a base de sentido de la supervivencia y de las migajas que quedan de la civilización. Es en estas circunstancias que aparece en escena un muchacho, que se dedica a vender desechos y a pasar sus ratos de ocio leyendo las aventuras de Turbo, un héroe que mantiene a raya a los malvados. Pero en la vida real, el pérfido y cruel Zeus impone su crueldad a unas pobres gentes a las que somete con contundencia. Será tras conocer a una chica, Apple, cuando el chico asuma el rol de Turbo Kid e inicie el camino para que las cosas cambien de una vez por todas...
Es fácil empatizar con una cinta de las características de "Turbo Kid"; la película se sirve, con ingenio y mucha sinceridad, de una muy bien asumida nostalgia para narrar una historia de ciencia ficción y aventuras (y algo de gore, aviso a navegantes) que viene a ser un cruce entre "mad Max" y las algo cutres, pero entrañables, imitaciones del clásico interpretado por Mel Gibson. Asumiendo una estética ochentera clara y que abarca desde la banda sonora hasta objetos y decorados, la película, dentro de su modestia, acaba por provocar la simpatía, creándose un clima muy particular que, provoca, al menos en mí, la sensación de ver algo muy diferente y que posee personalidad propia. Al igual que en películas como "Todavía estamos aquí", que se sirven del cine de género para practicar un muy inteligente juego de homenajes e inspiraciones muy bien entendido, ejecutado desde la plena identificación y no desde el plagio o la mera copia sin personalidad, "Turbo Kid" supone un artefacto original, en apariencia simple, pero con una propuesta visualmente muy imaginativa y estimulante. Muy recomendable. 

DESCENSO A LAS TINIEBLAS

Con un filme de las características de "Descenso a las tinieblas" (2002) uno debe atenerse a una serie de características que, en gran medida, la emparentan con el grueso de la producción de serie B que suele lanzarse directamente a DVD: actores americanos que antaño podrían haber tenido su momento de gloria, en el cine o la televisión y que ahora pasean su decadencia por películas de semejante calado, efectos especiales digitales hechos con muy pocos medios y que quedan como el culo, presencia de actores de origen búlgaro y ruso más que nada porque la película se rueda allí y hay que dejar hueco a profesionales de ahí y, ya de paso, para cabarlo de arreglar, un guión no muy excesivamente imaginativo, lleno de clichés, de tópicos, con un calado dramático más fino que el papel de fumar.
Pues bien todas estas cualidades, magnificadas al máximo, se dan cita en esta cinta de ciencia ficción de baratillo defendida de aquella manera por un actor que ya lleva tiempo dedicado a estos fregados, Dean Cain. Él es el único actor conocido en esta película que plagia sin descaro ni vergüenza el argumento de "Atmosfera cero" (1981/Peter Hyams), pero cambiando el espacio por una planta minera situada en las profundidades del Océano Pacífico. Es allí donde Murdock, el Sheriff de las instalaciones, y a pocos días de su retirada, descubre los tejemanejes de una oscura conspiración que tiene por objetivo drogar a los trabajadores de la mina dándoles más dosis de un medicamento que, en teoría, debe ayudarles a soportar la presión de trabajar y vivir bajo el agua. La diferencia estriba en que si Hyams era un realizador con resabios de artesano, capaz de dotar de profundidad y cierto estilo las películas que realizaba, al menos cuando andaba inspirado, también es de justicia decirlo, el firmante de esta cinta, el oscuro Daniel Knauf (que firma la cinta bajo el nombre de Wilfred Schmidt por razones no muy claras) se muestra incapaz de dotar de un mínimo de interés a la aventurilla, cuyo desarrollo va pasando ante nuestros ojos de forma harto plúmbea, llegando a provocar que su duración, de una hora y media aproximadamente, se eternice de muy mala manera. En el colmo de su incapacidad, el director llega a inspirarse visualmente en el James Cameron de "Abyss" (1989) para el tramo final de la cinta, pero el departamento de efectos especiales le arruina las intenciones, con lo que el desenlace parece más bien un intento de acabr cuanto antes el engendro que no una apuesta sincera de hacer un homenaje.