Como resultados de unas supuestas pruebas atómicas que han salido mal, se produce una extraña mutación que provoca que los muertos regresen a la vida con hambre. La situación ha derivado en una auténtica crisis, que lleva a las autoridades a actuar por encima de la Ley y a los supervivientes a resistir los embates de los vueltos a la vida, que deambulan por calles y carreteras propagando el mal. Un grupo de estos supervivientes, quedan aislados y rodeados por un buen número de zombies; Ben, un hombre afroamericano, se erigirá, a su pesar en líder del grupo, aunque no todos estén de acuerdo con una decisión que Ben tampoco deseaba asumir, pero que deberá aceptar pues la situación se complica cada vez más. Acorralados, la tensión irá en aumento...
Entrando en el terreno de las especulaciones, puede afirmarse que las cosas hubieran sido muy distintas si, como estaba planeado inicialmente, George A. Romero y su socio y coguionista, John Russo, hubieran logrado el dinero suficiente como para alquilar los caballos que necesitaban para rodar un "western". Dado que no lograron reunir los fondos necesarios, los dos amigos tuvieron que plegar velas y hacer una cinta de terror y ciencia ficción, al estilo de los tebeos de la EC que ambos devoraron cuando eran niños, a finales de los cuarenta y primeros cincuenta, antes de que las hordas fundamentalistas y "políticamente correctas" los prohibieran.
De este modo durgió "La noche de los muertos vivientes" (1968), un proyecto nacido de la mano de un grupo de socios capitalistas, que se conocían de colaborar en una firma publicitaria de Pittsburgh. Su único afán era el de hacer una película, por el simple placer de hacerla pero, eso sí, hacerla bien, como Dios manda. Viendo que la cosa les había salido medio decente, o decente del todo, buscaron distribuidor. El problema radicaba en su desenlace, poco esperanzador. Desde la Columbia a la AIP, que mostraron abiertamente su interés en ella, se mostraron dispuestos a comprarla, siempre y cuando el final fuera rodado de nuevo, buscando un "final feliz" que Romero no veía por ningún lado. El director se mantuvo inflexible, el final no se cambió, y eso que ganamos todos los amantes del género. El problema vino del hecho de que el distribuidor que finalmente se hizo con los derechos de la cinta era un zoquete con escaso conocimiento del negocio, lo que sumado a diversos errores de principiante de los implicados, provocó que lacinta quedara exenta de derechos de autor, convirtiéndose en dominio público, por lo que nadie ha podido aprovecharse nunca de los beneficios que haya podido dar la cinta a través de los años, que no deben ser una minucia.
Como consecuencia de este hecho, George A. Romero decidió convertir la historia en trilogía, mediante dos bien recomendables continuaciones, filmadas en 1979, "Zombi" y 1985, "El día de los muertos", respectivamente. John Russo, por su parte, siguió metido en el cine, aunque nunca logró realmente repetir los resultados de "La noche de los muertos vivientes". Lo que hizo fue novelar el guión original, con el que sacó algunos dólares, siempre bien recibidos, pero aparte de eso tuvo sus más y sus menos con Romero, especialmente a consecuencia del, por otro lado, nada desdeñable remake de 1990, dirigido por Tom Savini, pues no le tuvieron en cuenta a la hora de hacerlo y eso le mosqueó bastante.
Sea por el cabreo que pilló, o porque es de suponer que también quería su parte del pastel, Russo se puso manos a la obra y en 1998 realizó una "edición treinta aniversario" del filme. Básicamente lo que hizo fue añadir unas pocas escenas nuevas, filmadas de forma bastante palurda por él mismamente, con actores de tercera, y sacarla al mercado como si fuera lo nunca visto. El resultado es una obra maestra a la que le sobran todos los añadidos de Russo, escenas infumables que pretendían "profundizar" en algo que francamente ya había quedado bien como estaba. El último atropello data de este año, 2014, cuando se dio el visto bueno a una versión coloreada de la cinta de la que me guardo la opinión...
En su momento, "La noche de los muertos vivientes" supuso un cambio de rumbo del género de terror, que quedaría corroborado posteriormente con títulos como "La última casa a la izquierda" (1972/Wes Craven) y "La matanza de Texas" (1974/Tobe Hooper). Los tiempos del terror gótico anglosaxón, del vampiro, del hombre lobo, del clásico ambiente de niebla e inquietud, quedaron sepultados por la realidad del caos, de la destrucción y la desconfianza del ser humano para con sus semejantes. La guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles de la gente de color, el asesinato de los hermanos Kennedy o Martin Luther King habían dejado a la sociedad estadounidense demasiado afectada como para que los monstruos de antaño pudieran ser la respuesta a su estado de shock.
Romero, por su parte, intentó en primera instancia apartarse del género, por el habitaul miedo a encasillarse. Pero viendo que sus propuestas fuera del cine de terror quedaban olvidadas, cuando no eran despreciadas, no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia de que su camino era erigirse en uno de los puntos clave del género en los setenta y ochenta, aunque su carrera siempre ha sido amiga de los altibajos, al igual que alguno de sus colegas, que siempre han ido un tanto a salto de mata.
Pero "La noche de los muertos vivientes" queda ahí, con su blanco y negro, con su amateurismo bien entendido y mejor aplicado, como título clave del cambio de guardia que el devenir de los tiempos, en cuanto a cine de terror, iban a producirse a partir de entonces.
Por último, en España, se estrenó en las recién nacidas salas de "arte y ensayo", en versión original subtitulada, erigiéndose en la reina de este tipo de sesiones. Posteriormente, en su explotación en VHS, la película se la quedó Video Colección, sello perteneciente al entorno de Planeta, y que fue una de las empresas pioneras en la venta directa de videos domésticos. En DVD la cosa se disparó de forma definitiva, mediante un torrente de ediciones poco menos que piratas, que eran fácilmente localizables en quioscos y estancos...Posteriormente el sello Tribanda puso orden editando la que puede considerarse edición definitiva, que remasterizó el original como mandan los cánones y la sacó al mercado junto a un muy interesante documental, pero Crest editó de nuevo una copia de la cinta con sus entrañables imperfecciones de imagen. En Blu Ray creo que también está disponible una edición bastante decente, así como la nueva versión coloreada, de la que cerraré un tupido velo por razones de responsabilidad.
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