domingo, 28 de abril de 2013

INCUBUS

El británico John Hough es uno de esos realizadores que, si han destacado en algún género, es en el de terror. En su tierra natal, trabajo para la mítica Hammer Films, con la muy apreciable "Drácula y las mellizas" (1971), que en realidad poco tenía que ver con la creación de Bram Stoker y sí con el relato "Carmilla" de Sheridan LeFanu. Pero si hay una película por la que Hough debiera destacar, y que sin ninguna duda, es su obra maestra es "La leyenda de la mansión del Infierno" (1973), magistral adaptación de la novela de Richard Matheson, y en la que puso de manifiesto su indiscutible buen uso de los resortes del suspense y el terror, ademas de crear una atmósfera malsana a todas luces sugerente. A finales de los setenta, intenta iniciar una carrera en Hollywood, pero la experiencia no acaba de cuajar. Trasladado a la vecina Canadá, filma este "Incubus" (1981), un filme de terror que, si por algo se salva, es por la labor de su director.
Y es que en "Incubus" lo que hay que lamentar es un guión de medio pelo, repleto de lugares comunes, que Hough mantiene a flote merced a un pulso narrativo firme y a unos esfuerzos casi sobrehumanos para sacar de lo decididamente nimio la historia que está contando en imágenes. Cierto es que John Cassavetes no ayuda mucho con su cara de amargao, pero la pelicula, dentro de su modestia y con sus insuficiencias, es una obra que merece ser descubierta por los amantes del cine de terror con paladar apto para las exquisiteces. Lamentablemente, la posterior obra de Hough abandonaría lo estimulante para abrazar la causa de la baratija descompuesta y baja en calidad, estando a años luz de sus títulos más dignos, como lo es este, o absolutamente imprescindibles, como la ya citada "La leyenda de la mansión del Infierno".

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