Un fin de semana de juerga y cachondeo se convierte en una orgía de sangre y vísceras como consecuencia de los ataques perpetrados por un grupo de castores zombies, surgidos como resultado de un derrame accidental de residuos tóxicos al río. Un grupo de universitarios harán lo posible para salir vivos de la amenaza, pero el hecho es que los castores tienen hambre de carne humana...Y ellos son lo más humano que los bichos peludos en cuestión podrán hallar cerca del río.
"Zombeavers" (2014) es un buen ejemplo del estado actual del cine de terror o, al menos, de parte del cine de terror que hoy por hoy se consume de forma masiva. En un tiempo marcado por remakes a mansalva y algún que otro, aislado, chispazo de inspiración, el caso es que los productos directos a DVD (o blu ray), concentran su interés en asumir conscientemente su condición de artefactos paródicos, destinados a una parroquia adolescente que sabrá apreciar dentro de lo posible sus chistes (malos) y sus toques erótico-festivos, todos ellos muy de refilón, que tampoco hay que pasarse con la carne que se vaya a enseñar en primer plano, otra cosa es el gore, pero el resto, bien poco que se va a dejar ver. Cosas de la muy pacata moral yanqui...
A pesar de ello, la película tampoco es que sea tan mala como podría parecer a simple vista; cierto es que su director, el debutante Jordan Rubin, tampoco es que se lo curre mucho que digamos. Su labor se concentra en filmarlo todo sin salirse del patrón de este tipo de filmes: grupo de jóvenes de buen ver, algo cortos de entendederas unos, otros excesivamente sabihondos, metidos en una situación límite por culpa de un ser terrible, en este caso (y ahí radica la "originalidad" del producto) unos castores vueltos a la vida por culpa de unos residuos tóxicos. A partir de ahí, la parroquia que ande un poco enterada, sabrá a lo que atenerse. Chistes entre malos y peores se dan cita sin solución de continuidad, así como los planos (fugaces) de chicas en bikini perseguidas por los castores resucitados. Digamos, en resumen, que "Zombeavers" es más de lo mismo, pero tiene un punto de autoconocimiento, de saber que lo que se setá haciendo es un producto de usar y tirar, que al menos no provoca vergüenza ajena, más bien cierto nivel de complicidad en el espectador más bregado en este tipo de lides. Por momentos la cosa tiene su coña, pero indudablemente, hacia la parte final, el factor sorpresa se pierde, entrando en la repetición, en reiterar lo evidente en lugar de jugar más a fondo la carta paródica. Pero para echar unas risas pues sí, funciona como notable pasatiempo de tarde de descanso. Pedirle peras al olmo, como ustedes imaginarán, no sale rentable a estas alturas de la vida cinéfila, sea ésta centrada en el cine de terror o en el melodrama más desaforado o en la comedieta más churrera.
Vista en la sección oficial del último Festival de Sitges, para que vean que hasta en los festivales de mayor abolengo no le hacen ascos a un rato de comedia de terror cazurra.