Es sabida la profunda admiración que Jesús Franco (1930-2013) sentía por el cine del alemán Fritz Lang (1890-1976) a quien llegó a conocer personalmente, tal y como narró en su peculiar libro de memorias "Memorias del tío Jess", editado en 2004 por Aguilar. Es a raíz de esta admiración que Franco impulsa la filmación de una nueva entrega de las andanzas del malvado Dr. Mabuse, siguiendo la estela dejada por Lang tras dos joyas del calibre de "El Dr. Mabuse" (1922) y "El testamento del Dr. Mabuse" (1933), la cual motivó su salida a toda pastilla de Alemania huyendo del acoso nazi, a las que hay que sumar la muy interesante "Los crímenes del Dr. Mabuse" (1961), que supuso el punto y final a la carrera del responsable de "Metrópolis" (1927). La saga prosiguió posteriormente en manos de otros directores que, a grande rasgos lo que hicieron fue situar al personaje dentro de unos parámetros muy cercanos al entonces de moda James Bond.
Pero "La venganza del Dr. Mabuse" tiene bien poco del ambiente de espías "a lo Bond" y sí mucho de las querencias e intereses del director madrileño que, como no podía ser de otra forma, llevó el ascua a su sardina con su habitual desparpajo. Definida por algunos como una de las peores cintas de su director, la película forma parte del periodo de transición del director, marcado por el final de sus colaboraciones con el productor inglés Harry Alan Towers.
La película, ciertamente, posee un "look" muy de "eurowestern" modernizado; rodada entre La Manga del Mar Menor y Alicante, entre el 25 de Febrero y el 12 de Marzo de 1971, en la que estuvo vinculado Artur Brauner, productor de las entregas de Mabuse producidas en la primera mitad de los sesenta. Lo que pocos comprenden es que Brauner, un productor acostumbrado siempre a contar con medios más o menos holgados, metiera la napia en una coproducción hispano-alemana hecha con medios casi podría decirse que tercermundistas.
El principal elemento de interés de la cinta radica, en gran medida, en la muy divertida creación que del personaje de Mabuse hace el actor estadounidense radicado en España Jack Taylor. Rostro habitual, no ya del cine de Franco sino de muchas coproducciones de género de la época, Taylor realiza aquí una muy meritoria creación, dotando al personaje de un deje muy propio de cómic, de novela popular de la buena. Es una lástima que el resto no acabe de casar con esta aportación, si exceptuamos a otra habitual de Franco, Ewa Stromberg, que también se luce la mar de bien en su rol de cabaretera y que realiza aquí su punto y final como actriz dentro del cine del director de "Las vampiras" (1970). Quien ya no luce tan bien es Fred Williams, llamado realmente Wilhelm Friedrich Löcherer, un actor con maneras de modelo de fotonovelas que Franco usó en diversas ocasiones, aunque sus prestaciones interpretativas eran bastante nulas, siendo benévolos. Aquí interpreta a un agente de policía, pero con atavíos de "cowboy" tronado, que no desentona del todo con la decoración alrededor la cual se vehicula la historia, pero que indudablemente tampoco se beneficia de su inoperancia expresiva.
El filme es, a grandes rasgos, un discurrir por sus terrenos más queridos y ya practicados; por tener hasta tenemos una formidable persecución por carretera en la que se pasa de día y de noche a otra vez de día que es un contento. Que Ewa Stromberg haga de cabaretera permite que Franco pueda meter una escena de cabaret, en la que hasta realiza un cameo sentado entre el público, muy en plan Hitchcock.
Reservada a amantes del cine de su director o cinéfilos con el estómago a prueba de bombas. El resto abstenerse.