En plena noche, un extraterrestre llega a la Tierra, proviene de un planeta en el cual sus habitantes subsisten gracias a la sangre, ocultándose como un humano más, el alien se hace con los servicios de una enfermera, con el fin de lograr sus fines, que se complican cuando en el transcurso de una transfusión le inoculan sangre contaminada de rabia. El terror no tardará mucho en comenzar...
A mediados de los ochenta, el productor y director Roger Corman decidió vender su compañía, New World, a un grupo de inversores. Lejos de dormirse en los laureles y disfrutar de una dorada jubilación entre palmeras y una piscina de tamaño olímpico, Corman creó una nueva empresa, la Concorde Pictures, junto a una filial, New Horizons, orientada a la distribución.
Ahora bien, el planteamiento de la nueva compañía ya no se basaba en la exhibición en pantalla grande; en la segunda mitad de los ochenta las multinacionales estaban ya copando posiciones en dicho terreno, y los "independientes" o acababan vendiéndose al mejor postor, caso de la New Line, que se unió a la Warner Bros o debían buscar un nuevo espacio donde mantenerse industrialmente a flote. Con el auge del vídeo doméstico y los videoclubes, productores como Roger Corman o Charles Band concentraron sus esfuerzos en trabajar directamente sobre dicho mercado, dejando de lado los cines, en tanto en cuanto no podían competir, por costes, con las multinacionales.
"El vampiro del espacio" (1988) fue una de las primeras producciones de la recién nacida Concorde, y su lanzamiento se basó en poner en circulación un producto "marca de la casa", pero adaptado a los modos y formas por aquel entonces en auge dentro del cine de género, o al menos eso es lo que pretendían sus principales responsables: Roger Corman, realizador del filme sobre el que se basaba la película, "Not of this earth" (1958), uno de los mayores éxitos del director durante su etapa más vinculada a la ciencia ficción, y Jim Wynorski, director desde siempre vinculado a la producción barata, tanto para salas de cine como, la inmensa mayoría de las veces, el formato magnetoscópico. Fan irreductible del cine Fantástico más clásico y de serie B, Wynorski halló en "El vampiro del espacio" un proyecto que le venía como anillo al dedo. Lejos de escudarse en una perspectiva moderna, la cual queda reflejada en los decorados y la estética, la película es una clara fotocopia en color del original cormaniano, pero a la que le falta ese punto de candidez y estilosidad tan propias del autor de títulos tan señeros como "La máscara de la muerte roja" (1964) o "la tumba de Ligeia" (1965). Más que nada porque Wynorski es un fan que hace el cine que le gusta, y en más ocasiones de las que seguramente desearía le pueden sus ganas de parecerse a sus ídolos del cine de bajo presupuesto, logrando el efecto contrario, resultar más cutre que ellos aún contando con un mayor despliegue de medios, no muy grande, pero superior al que aquellos disponían en los años dorados de la ciencia ficción barata de los cincuenta.
Con el fin de que la película obtuviera un mayor eco a nivel publicitario, Wynorski se hizzo con los servicios de Traci Lords, que acababa de levantar una enorme polvareda como consecuencia de su "rescate" de las fauces del cine pornográfico, en el cual ingresó siendo menor de edad, falsificando su carnet de identidad.
Nacida como Nora Kuzma el 7 de Mayo de 1968, empezó como modelo de revistas para adultos, para poco más tarde dar el salto al cine X, donde se labró rápidamente una gran popularidad, en los apenas cuatro años que duró su carrera dentro de este tipo de cine. Cuando el FBI descubre su auténtica edad, dentro de una campaña orquestada por intereses muy cercanos a las huestes ultraconservadoras de Ronald Reagan, Traci provocó un verdadero estallido dentro de la industria, solamente comparable a la muerte por SIDA del actor John Holmes, más o menos acaecida por aquellos mismos años. Decidida a limpiar su imagen y labrarse un futuro como actriz convencional, la joven empezó de cero, participando en un buen puñado de series B directas a vídeo, como la que nos ocupa, o apareciendo el producciones televisivas, caso de "Roseanne" o "Melrose Place". Poco más tarde lanzó al mercado un vídeo con ejercicios de aerobic, que se vendió más por el morbo de sus posturas ante la cámara que no por su interés como método para hacer ejercicios. Mujer inquieta, pasó luego a la canción techno, medio en el que ha venido publicando diversos discos y sirviéndose de dicha faceta para realizar apariciones, breves, en películas como "Virtuosity" (1994/Brett Leonard) o en "Blade" (1998/Stephen Norrington).
Estamos ante una película en ningún caso ofensiva o que insulte a la inteligencia del espectador, pero que, ni que decir tiene, poseerá mayor grado de interés para los bregados al cine de género más barato y desprejuiciado, de manos de un director que por aquellos años aún poseía cierto grado de interés. Divertida y simpática en su homenaje al género, no le busquen mayores pretensiones porque no las encontrarán. Esta película es muy hija de su época, de unos ochenta en los cuales la serie B aún despedía algo de autenticidad.
Y bien, hasta aquí la reseña de "El vampiro del espacio" que, sin ser lo que se dice una obra maestra del género, posee ese punto de cachondeo y despendole de cierto tipo de películas que le facturaron por aquellos años, la mayoría de ellas estrenada directamente en vídeo (aquí y allá). Por un lado quiero agradecer a Paco González el poder conseguir una copia (en VHS, of course) de la película en cuestión. Por el otro, pedir a mis disculpas a mis probables lectores por la tardanza en mis reseñas; no ha sido éste un mes fácil, pero la idea es que esta butaca se mantenga en condiciones, siendo inquieta a más no poder. Seguramente las reseñas serán algo más espaciadas, pero mi objetivo es que este blog se mantenga vivito y coleando, de eso no os quepa duda alguna. Por último, también quisiera enviar un fuerte abrazo a Susana Jáuregui Viña, quien me mostró el camino bloguero antes que nadie, además de algunos consejillos que me dio siendo un principiante. A ella va dedicada esta reseña...Ya sé que no le va el cine de terror, pero me permitirás este pequeño regalo en forma de líneas más mal que bien hilvanadas, como muestra de amistad. Muchas gracias.
(Esta reseña fue publicada originalmente el 19 de Mayo de 2014. Se han hecho unas leves correcciones derivadas de una escritura algo apresurada. Esencialmente es el mismo texto, pero digamos que no estaba del todo satisfecho con el resultado final del mismo)
A mediados de los ochenta, el productor y director Roger Corman decidió vender su compañía, New World, a un grupo de inversores. Lejos de dormirse en los laureles y disfrutar de una dorada jubilación entre palmeras y una piscina de tamaño olímpico, Corman creó una nueva empresa, la Concorde Pictures, junto a una filial, New Horizons, orientada a la distribución.
Ahora bien, el planteamiento de la nueva compañía ya no se basaba en la exhibición en pantalla grande; en la segunda mitad de los ochenta las multinacionales estaban ya copando posiciones en dicho terreno, y los "independientes" o acababan vendiéndose al mejor postor, caso de la New Line, que se unió a la Warner Bros o debían buscar un nuevo espacio donde mantenerse industrialmente a flote. Con el auge del vídeo doméstico y los videoclubes, productores como Roger Corman o Charles Band concentraron sus esfuerzos en trabajar directamente sobre dicho mercado, dejando de lado los cines, en tanto en cuanto no podían competir, por costes, con las multinacionales.
"El vampiro del espacio" (1988) fue una de las primeras producciones de la recién nacida Concorde, y su lanzamiento se basó en poner en circulación un producto "marca de la casa", pero adaptado a los modos y formas por aquel entonces en auge dentro del cine de género, o al menos eso es lo que pretendían sus principales responsables: Roger Corman, realizador del filme sobre el que se basaba la película, "Not of this earth" (1958), uno de los mayores éxitos del director durante su etapa más vinculada a la ciencia ficción, y Jim Wynorski, director desde siempre vinculado a la producción barata, tanto para salas de cine como, la inmensa mayoría de las veces, el formato magnetoscópico. Fan irreductible del cine Fantástico más clásico y de serie B, Wynorski halló en "El vampiro del espacio" un proyecto que le venía como anillo al dedo. Lejos de escudarse en una perspectiva moderna, la cual queda reflejada en los decorados y la estética, la película es una clara fotocopia en color del original cormaniano, pero a la que le falta ese punto de candidez y estilosidad tan propias del autor de títulos tan señeros como "La máscara de la muerte roja" (1964) o "la tumba de Ligeia" (1965). Más que nada porque Wynorski es un fan que hace el cine que le gusta, y en más ocasiones de las que seguramente desearía le pueden sus ganas de parecerse a sus ídolos del cine de bajo presupuesto, logrando el efecto contrario, resultar más cutre que ellos aún contando con un mayor despliegue de medios, no muy grande, pero superior al que aquellos disponían en los años dorados de la ciencia ficción barata de los cincuenta.
Con el fin de que la película obtuviera un mayor eco a nivel publicitario, Wynorski se hizzo con los servicios de Traci Lords, que acababa de levantar una enorme polvareda como consecuencia de su "rescate" de las fauces del cine pornográfico, en el cual ingresó siendo menor de edad, falsificando su carnet de identidad.
Nacida como Nora Kuzma el 7 de Mayo de 1968, empezó como modelo de revistas para adultos, para poco más tarde dar el salto al cine X, donde se labró rápidamente una gran popularidad, en los apenas cuatro años que duró su carrera dentro de este tipo de cine. Cuando el FBI descubre su auténtica edad, dentro de una campaña orquestada por intereses muy cercanos a las huestes ultraconservadoras de Ronald Reagan, Traci provocó un verdadero estallido dentro de la industria, solamente comparable a la muerte por SIDA del actor John Holmes, más o menos acaecida por aquellos mismos años. Decidida a limpiar su imagen y labrarse un futuro como actriz convencional, la joven empezó de cero, participando en un buen puñado de series B directas a vídeo, como la que nos ocupa, o apareciendo el producciones televisivas, caso de "Roseanne" o "Melrose Place". Poco más tarde lanzó al mercado un vídeo con ejercicios de aerobic, que se vendió más por el morbo de sus posturas ante la cámara que no por su interés como método para hacer ejercicios. Mujer inquieta, pasó luego a la canción techno, medio en el que ha venido publicando diversos discos y sirviéndose de dicha faceta para realizar apariciones, breves, en películas como "Virtuosity" (1994/Brett Leonard) o en "Blade" (1998/Stephen Norrington).
Estamos ante una película en ningún caso ofensiva o que insulte a la inteligencia del espectador, pero que, ni que decir tiene, poseerá mayor grado de interés para los bregados al cine de género más barato y desprejuiciado, de manos de un director que por aquellos años aún poseía cierto grado de interés. Divertida y simpática en su homenaje al género, no le busquen mayores pretensiones porque no las encontrarán. Esta película es muy hija de su época, de unos ochenta en los cuales la serie B aún despedía algo de autenticidad.
Y bien, hasta aquí la reseña de "El vampiro del espacio" que, sin ser lo que se dice una obra maestra del género, posee ese punto de cachondeo y despendole de cierto tipo de películas que le facturaron por aquellos años, la mayoría de ellas estrenada directamente en vídeo (aquí y allá). Por un lado quiero agradecer a Paco González el poder conseguir una copia (en VHS, of course) de la película en cuestión. Por el otro, pedir a mis disculpas a mis probables lectores por la tardanza en mis reseñas; no ha sido éste un mes fácil, pero la idea es que esta butaca se mantenga en condiciones, siendo inquieta a más no poder. Seguramente las reseñas serán algo más espaciadas, pero mi objetivo es que este blog se mantenga vivito y coleando, de eso no os quepa duda alguna. Por último, también quisiera enviar un fuerte abrazo a Susana Jáuregui Viña, quien me mostró el camino bloguero antes que nadie, además de algunos consejillos que me dio siendo un principiante. A ella va dedicada esta reseña...Ya sé que no le va el cine de terror, pero me permitirás este pequeño regalo en forma de líneas más mal que bien hilvanadas, como muestra de amistad. Muchas gracias.
(Esta reseña fue publicada originalmente el 19 de Mayo de 2014. Se han hecho unas leves correcciones derivadas de una escritura algo apresurada. Esencialmente es el mismo texto, pero digamos que no estaba del todo satisfecho con el resultado final del mismo)
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