martes, 2 de diciembre de 2014

SEMILLA NEGRA

La pequeña localidad de Comet Valley está siendo invadida, tras las sombras, por una raza extraterrestre, que poco a poco va haciéndose con el control de los seres humanos, que sustituyen por copias exactas carentes de cualquier tipo de emoción. Un geólogo que se halla por la zona, en la que vivió de niño, se convierte en el único valedor de una adolescente que ha logrado captar a los invasores con su cámara de vídeo. Junto a la madre de la joven, el protagonista deberá jugarse el todo por el todo en una estrategia casi suicida...
Charles Band produce, a través de su Full Moon Entertainment, esta especie de cruce barato entre "La invasión de los ladrones de cuerpos" (1954/Don Siegel) y "Critters" (1986/Stephen Herek) rodada por uno de sus directores "de cabecera", Peter Manoogian, quien junto a Stuart Gordon o Ted Nicolaou ya estuvo presente en los años dorados de la Empire Productions. Con el hundimiento de la Empire, Band resucitó mediante el sello Full Moon, que se centraba en la distribución directa a videoclubes. De este modo repescó "Robot jox" (1990/Suart Gordon), película que quedó "congelada" tras la suspensión de pagos de la Empire y se lanzó a producir filmes tan gratos como "La venganza de los muñecos" (1989/David Schmoeller) o "Subespecies" (1991/Ted Nicolaou). Eran años de expansión, en los cuales el productor se benefició de un acuerdo con la Paramount para asegurarse una distribución masiva en los videoclubes de barrio. Más tarde, en la segunda mitad de los noventa, las cosas tomarían un rumbo del todo diferente con la marcha de la Paramount, pero eso es otra historia...
"Semilla negra" es, digámoslo ya, una cinta francamente mala, que no posee relieve alguno, a no ser unos efectos especiales simplones pero efectivos y algún que otro momento de suspense. El hecho es que Manoogian se tomó el encargo con evidente desinterés, dirigiendo, más mal que bien, a unos intérpretes que deambulan en la pantalla sin convicción alguna. 
El resultado es, pues, un subproducto pobretón, casi indigente, a nivel creativo, que deriva con muy mala gana su condición explotativa de los dos títulos ya referenciados, pero con muy escasa fortuna. Si por aquellos años la Full Moon podía destacar por poner en marcha producciones baratas pero simpáticas, "Semilla negra" es todo lo contrario, una cinta muy antipática, manufacturada con evidente desinterés, en la que su director de despreocupa de casi todo, hasta de ocultar los cables de los bichos de látex, que cantan la Traviata con evidente sorpresa del aficionado más dispuesto. 
Manoogian, todo un manzas cuando se lo proponía, y que aquí se cubre de "gloria", repetiría su (inane) discurso visual en "Juguetes asesinos" (1992) que, sorpresivamente, sí funcionaría lo bastante bien como para que Band financiara una cuantas secuelas  con las que ir construyendo su nueva compañía. Mientras, de "Semilla negra" bien pocos se acuerdan hoy en día. 
Y cuando la vean no les extrañe que así fuera... 
Del reparto destacar los rostros de Andrea Roth o Dane Witherspoon, que se han dejado ver básicamente en la pequeña pantalla.

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