jueves, 9 de mayo de 2013

ALICIA DULCE ALICIA

"Alicia dulce Alicia" (1977) es una de esas pequeñas gemas que de vez en cuando uno descubre sin apenas saber nada de ella. Los únicos datos que tenía era que su director, Alfred Sole, no salió jamas de los meandros más profundos de la serie B más mamporrera, siendo ésta su obra mejor acabada y con mayor grado de consideración crítica, aunque en el momento de su estreno pasó prácticamente desapercibida, a lo que hay que sumar que padeció, durante su distribución en cines, como en su posterior pase por TV y vídeo, un baile de títulos, tanto en su país de origen, Estados Unidos (donde se la conoce como "Alice sweet Alice", "Communion" o "Holy terror"), como en España, donde se estrenó como "El rostro de la muerte", para luego ser rebautizada con su actual denominación.
El argumento se centra en dos hermanas, una buena a más no poder (una jovencísima Brooke Shields de apenas doce años), y otra que tiene que cargar con el sambenito de ser la "mala" o la "rebelde", no ya por su madre, sino por la mayor parte de vecinos y miembros de la comunidad en la que viven. La madre, recién separada, las está pasando canutas para llegar a fin de mes, así que cuenta con el apoyo de una hermana, así
como de un sacerdote, párroco del barrio, un hombre joven que siempre ha mostrado cierta propensión hacia la mujer, ademas de preocuparse de la educación de las hijas. La situación se tornará trágica cuando, celebrando la primera comunión de las dos niñas, la hermana buena sea brutalmente asesinada, recayendo las sospechas en su hermana. Este hecho provocará el retorno del padre, pero también supondrá el inicio de un auténtico calvario para la familia, pues la realidad es que los crímenes y el terror no han hecho más que comenzar...
La película posee una estética muy realista, ofreciendo un retrato nada complaciente de la América más cerril y conservadora. Ciertos elementos de la comunidad sospechan de la madre por el simple hecho de estar divorciada y, aparentemente, rondar demasiado alrededor del joven párroco, creando toda clase de chismes y bulos sin fundamento. La pareja iniciará un tímido proceso de reconciliación, pero la mano ejecutora de los asesinatos acometerá un último acto de maldad que marcará el futuro de la familia para siempre, y no para bien. Otro aspecto curioso de la cinta es su evidente antirreligiosidad; la imagen que da de la iglesia católica no es para nada complaciente, pues llegado el momento de la verdad, el sacerdote solo sabe decir palabras vacuas y sin contenido, mostrando su más absoluta incapacidad para luchar contra las circunstancias. En cierta medida, lo que propone "Alicia dulce Alicia" es que la maldad no es algo inherente al ser humano, sino que son las circunstancias las que hacen que alguien cometa el Mal. Una película que, dentro de sus planteamientos industriales, a todas luces modestos, posee más empaque que otros que pecan de ser profundos y serios, resultando vacíos e inocuos. Una pena que su director no tuviera la oportunidad de seguir haciendo películas de tanta calidad, quedándose enfangado en subproductos de muy escasa relevancia.
Carátula de la pobretona edición en DVD de la película. 

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