domingo, 14 de septiembre de 2014

V FANGOFEST AMPOSTA 2014

Pues sí, un año más, y ya van cinco (toma frase original) un servidor de ustedes acudió raudo y veloz a la capital de la comarca del Montsià para el último día de este Fangofest Amposta, nacido con el objetivo de pulsar el estado actual del gore pero que, en los últimos tiempos ha ido abriendo nuevas líneas de exploración, creando categoría para el mejor corto de Fantasía, que se llevó "Al otro lado" (Alicia Albares), y de Terror, que terminó ganando "No mires ahí", dirigido por el madrileño Daniel Romero.  
Personalmente debo decir que de los finalistas de la categoría fantástica "Al otro lado" fue el que menos me gustó. Con un punto de partida muy interesante, contando con unos medios escasos pero bastante potables, este cortometraje acaba por hacerse un verdadero lío en sus minutos finales, con una sorpresa final que, francamente, podrían haberse ahorrado. El protagonista del asunto era William Miller, que seguramente conocerán por sus intervenciones en diversas series televisivas españolas y por protagonizar aquel desaguisado que se titulaba "Rottweiler", y que en su día supuso en canto del cisne de Brian Yuzna al frente de la "Fantastic Factory" de Filmax. 
"No mires ahí", tampoco es que sea, temáticamente, un dechado de originalidad, pero ciertamente no es tan pretencioso como el anterior. Daniel Romero realiza un cortometraje muy intenso, filmado con sobriedad y un muy notable dominio del suspense, creando inquietud cuando debe hacerlo. Con una gran labor interpretativa, "No mires ahí" es una obra para nada pretenciosa, que demuestra que su director puede apechugar con lo que le echen, pues posee armas y disposición para ello. 
Del resto de cortometrajes puede destacarse "El parpadeo", dirigido por Albert Rodríguez, que cuenta con una muy buena interpretación de Guillermo Toledo, cuya habitual tendencia a sobreactuar es, al menos en este caso, necesaria, por lo que ello ayuda bastante a que el corto de Rodríguez acabe ganando puntos a lo largo de sus quince minutos de duración, logrando una gran intensidad. "24 horas con Lucía", de Marcos Cabotá es una muy simpática, y divertida, variación de las posesiones diabólicas, una comedia negra francamente disfrutable y, por extensión, recomendable. Algo que no puede decirse de "Estrella", de Roberto Chinet, que más que un corto de terror o fantasía parece un anuncio institucional, por mucho que su tema sea del todo necesario de denunciar, hay maneras mejores de hacerlo sin que la cosa resulte tan artificial, quizá sus intenciones eran ésas, pero creo que hay mejores maneras de plantear según qué temas sin que la cosa parezca un mal chiste. 
Otro aspecto destacable de esta edición es el aumento de la presencia de largometrajes a competición. Con todo, el largometraje que tuve ocasión de ver, "Pixel theory" (2013, Varios Directores) es, más bien, el resultado de unir a casi una decena de directores noveles que, bajo una temática común, desarrollan una línea argumental autónoma, que debe quedar unida por el tema central de un supuesto programa informático que, cual "Matrix", controla a la Humanidad. El resultado final es bastante irregular, pues da la sensación de que algunos de sus responsables estaban interesados en ofrecer un resultado final homogéneo, mientras a otros le dio por irse por las Alpujarras, además de que los efectos y las animaciones digitales eran bastante malas, lo que hacía que la cosa aún resultara más pobre, especialmente en el desenlace, en el que se pretende dotar de mayor profundidad al asunto. 
Este año se decidió dar mayor empaque a la presencia de invitados al certamen, por un lado contando con la presencia de Salvador Sáinz, todo un hombre orquesta de nuestro cine, que ha tocado todos los palos y que tuvo a bien ofrecernos sus vivencias personales, sus idas y venidas, sus aventuras y desventuras, en una charla que destacó por cierto desinterés general de los (pocos) asistentes al coloquio, por otro lado bien articulado por sus moderadores, aunque quizá hubiera valido la pena dotar al asunto con un poco más de "salero". Un ánimo y una energías que sí se produjeron con la charla de Sandra Alberti, mujer directa y sin complejos, que ofreció un acercamiento vital, personal y profesional, francamente muy interesantes, aunque algunas de las preguntas que se le hicieron rondaron desde la ignorancia más evidente a la vergüenza ajena de aquel que no escucha o que casi parece tomarse el asunto a chanza. Una pena que el aficionado a pie, el cinéfilo entregado, deba aguantar a personajillos de tan escasa catadura. Pero de todo debe haber en la viña del Señor...
Otro punto destacable fue la presentación en sociedad de dos "teasers" que avanzaban el rodaje del largometraje "Once upon a time in Jerusalem", producción de raíz totalmente independiente y autofinanciada, surgida al calor del cortometraje "Fist of Jesus". Esperemos que el proceso de financiación tenga éxito y el año que viene tengamos oportunidad de hablar largo y tendido de este filme, una de gore muy al estilo del primer Peter Jackson que me ha dado muy buenas vibraciones. 
Como colofón al certamen, y tras la entrega de premios, se proyectó, en una sala semivacía, "Escalofrío" (1977), como homenaje a Sandra Alberti. Producida por el valenciano Juan Piquer Simón y dirigida por Carlos Puerto, "Escalofrío" es un filme que pertenece a la parte final de los años dorados del fantaterror español. El proyecto surgió cuando Piquer Simón, que había ganado unos buenos beneficios con un apreciable adaptación de "Viaje al centro de la Tierra" (1977) invirtió parte de los mismos en este filme de terror satánico, basado en un guión escrito por el propio director de la cinta, Carlos Puerto. Puerto, que tuvo que aguantar las injerencias de Piquer Simón, que a la hora de la verdad se mostró como un tacaño de narices, realiza aquí una película de argumento un tanto previsible, pero que posee momentos de gran fuerza e impacto visual. En su día la película fue un éxito (moderado) de taquilla, un pequeño hit comercial, al que ayudó en gran medida la presencia de una Sandra Alberti que se rompe de guapa, así como por el prólogo con Fernando Jiménez del Oso, el gran especialista en cuestiones parapsicológicas, antes de la aparición de Iker Jiménez, cuya presencia fue impuesta por Piquer Simón a instancias de un Carlos Puerto que no acabó de verlo muy claro, pero que tuvo que transigir. Sin ser una película redonda, "Escalofrío" sí puede considerarse una cinta resuelta con profesionalidad por un director que creía en el género en el que estaba trabajando, y eso, en el cine español, cuesta muy mucho encontrar. 
Hasta aquí lo que dio de sí este festival ampostino, que se mantiene en pleno rendimiento gracias a un grupo de irreductibles amantes del género, con Jacint Espuny a la cabeza, quien presentó el tráiler de su "Infección zombie", un largometraje del que espero saber más cosas cuando se estrene oficialmente, pues este primer acercamiento da la sensación de que es un filme con hechuras de serie B ochentera que la harán ganarse un huequecillo entre los amantes del género. Lo que también espero es que el aficionado al cine de terror, el cinéfilo empedernido, el cinéfago desprejuiciado, se deje de tonterías y acuda raudo y dispuesto a este Festival, modesto pero batallador, que bien merece que tenga mayor presencia en los medios, que aseguren su supervivencia por muchos años. Bien se lo merece su equipo organizador que se bate el cobre cada año para hacer un Festival especializado. Sólo por eso ya me tienen el corazón ganado. Ánimo a todos y el año que viene más y mejor. 

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