miércoles, 12 de noviembre de 2014

ED WOOD Y EL REDESCUBRIMIENTO DE UN AS DEL BOLSILIBRO

Parafraseando a García Márquez, podemos afirmar que Ed Wood, el considerado peor director de la historia del cine, ya tiene quien le escriba, y no uno, sino dos escritores dos, se responsabilizan de escribir este volumen de la siempre recomendable colección de "Lo esencial de...", editada por los de T&B. 
"Ed Wood", el libro, escrito por Miguel Ángel Parra y David G. Panadero, es un muy buen acercamiento a la figura de este cineasta, un hombre marcado por un entusiasmo digno del mayor de los aplausos, pero cuay falta de talento a la hora de dirigir le hizo ganar un puesto de honor dentro de la lista de los peores, espacio en el cual hay auténticas luchas a uñas y dientes por hacerse un hueco. 
Ed Wood Jr (1924-1978) nunca vivió un momento de gloria; aunque la película que le dedicó Tim Burton en 1994 afirma lo contrario, "Plan 9 del espacio exterior" nunca llegó a disfrutar de un estreno digno de tal nombre. "The sinister urge" (1960) supondrá el aldabonazo definitivo a su carrera como director; a partir de ese momento, tanto a nivel profesional como vital, Wood irá decayendo hacia los meandros del cine para adultos, pero incluso en ese ambiente se hallará con el rechazo de la industria de este tipo de cine, teniendo que filmar cortos casi clandestinos, de distribución muy limitada, casi subterránea, y a la escritura de novelas baratas eróticas, dos de ellas, "La drag asesina" y "Muerte de un travesti" no del todo desdeñables si se las lee como lo que son, literatura de pura y dura evasión. Sus últimos, y muy penosos años, quedan marcados por el alcoholismo y el abuso de las drogas, que determinarán su triste final a los 54 años de edad. Poco más tarde su película más señera, "Plan 9 del espacio exterior" lo sitúa definitivamente como figura clave de ciertos sectores afines a la cultura más underground. 
Editado en 2005, "Ed Wood" es un libro que hilvana la trayectoria vital del director, para luego comentar sus películas y su posterior hundimiento. En el capítulo final, los autores comentan la excelente "Ed Wood" de Tim Burton, película cinematográficamente sensacional pero que edulcoraba en gran medida la figura de Wood, que en la vida real era más caradura de lo que la película deja entrever. Un libro muy recomendable sino se conoce al personaje o se pretenden completar datos sobre el homenajeado.

Cubierta del bolsilibro "Quieto o disparo" en su segunda edición, de 2001. Existe una primera edición realizada a mediados de los setenta, con otra portada a cargo de Editorial Bruguera, la editorial señera tanto de Kane como del más afamado Lafuente Estefanía. Ediciones B recuperó mucho material de la mítica Editorial Bruguera, aunque cambiando las portadas y situándolas en otras colecciones. B editó, o más bien reeditó, bolsilibros hasta bien entrada la priemra década del siglo XXI, para luego cancelar todas las colecciones, hoy  en día pasto de librerías de segunda mano o tiendas de chinos. En futuras reseñas comentaremos la figura de Marcial Estefanía y su larga existencia editorial, aún  siendo el peor de los autores del género.
Y si antes les hablaba de literatura barata, a continuación hago comentario de una muestra más que digna, francamente muy remarcable, de uno de los grandes del género en España, me refiero a Silver Kane. Seudónimo del barcelonés Francisco González Ledesma, Silver Kane fue uno de los grandes de la literatura de kiosco hecha en este país. Practicó todos los géneros, del Oeste al "thriller", pasando por el terror más descarnado. 
"Quieto o disparo" es un muy buen ejemplo del estilo y gran habilidad narrativa de su autor, muy por encima del más popular (y mediocre) Marcial Lafuente Estefanía (1903-1984), que en su momento de máximo esplendor vendía novelas a unos niveles realmente brutales, aunque su estilo siempre resultó más automático, menos creativo que algunos de sus colegas que, como el caso de González Ledesma, o Silver Kane, que tanto monta monta tanto, siempre se preocuparon muy mucho por el estilo y el producto final que ofrecían al lector, aunque fueran novelas de "a duro" que posteriormente se tiraban, se intercambiaban u olvidaban en algún rincón de la casa. Novela desternillante, efervescente, con pasajes magistralmente escritos, "Quieto o disparo" es una pequeña obra maestra de apenas cien páginas con un ritmo que ya quisieran algunos vuelaplumas que necesitan cuatrocientas para explicar su vacío existencial o su estreñimiento cerebral crónico.  

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