lunes, 3 de noviembre de 2014

LA LLUVIA DEL DIABLO

Hace trescientos años, la familia Preston, que formaba parte de una secta de adoradores del Diablo, traicinó al líder de la misma, el terrible Jonathan Corbis, engañaron a éste, robándole su libro sagrado. Tres siglos más tarde, Corbis no ha olvidado tamaña afrenta, y está decidido a tomarse venganza con los descendientes de los Preston. A lo largo de este tiempo, los Preston han logrado mantener el libro bien escondido, pero Corbis tiene métodos con los cuales lograr recuperar el volumen...
El británico Robert Fuest (1927-2012) es un realizador hasta cierto punto curioso; trabajó indistintamente en cine y televisión, formado en Bellas Artes, pintor en sus ratos libres, también se conoce que estuvo muy interesado en lo oculto, lo esotérico. Su vinculación al Fantástico queda circunscrita a unos filmes de auténtico culto, caso de las dos entregas que dedicó al Dr. Phibes, encarnado con gran pretancia por el mítico Vincent Price. Me refiero a "La venganza del Dr. Phibes" y "El retorno del Dr. Phibes". Pero también hay que destacar esta "La lluvia del Diablo" (1975), aportación a la tema satánico que se benefició, o más bien surgió, del activo interés de un personaje bien peculiar, me refiero a Anton LaVey, fundador de la llamada "Iglesia de Satán".
LaVey se había labrado una gran popularidad en Hollywood, a lo largo de los años sesenta, merced a sus planteamientos filosóficos y su gusto por la parafernalia satánica. Mediante su  "Iglesia de Satán" se ganó el favor de muchas celebridades de la Meca del cine, donde gustaba de organizar misas negras y demás tipo de celebraciones de similar estilo e intenciones. Su fama llegó a ser tan elevada que la Paramount se hizo con sus servicios para que, con su presencia, promocionara la mítica "La semilla del Diablo" (1968/Roman Polansky) el día de su estreno. Algunas fuentes afirman que llegó a colaborar como asesor, per dicho papel ha sido posteriormente rechazado, Donde sí ejerció de asesor, y de paso tuvo un pequeño papel como uno de los oficiantes de una misa negra, es en "La lluvia del Diablo".
"La lluvia del Diablo" es una película que, personalmente, me interesa más por cómo cuenta la historia que no por la historia misma, muy atractiva, pero que tampoco creo que interesara muy mucho a sus responsables, pues nos es mostrada de manera un tanto esquemática. A Fuest lo que le interesaba era mostrar en pantalla una historia realista de satanismo, y para ello ofrece imágenes que pueden dejar al espectador realmente apabullado. En un primer visionado, la muerte del padre de los Preston puede impactar por la crudeza de su forma de morir, derritiéndose. El lugar que habitan Corbis y sus seguidores es un pueblo del Oeste abandonado, con una iglesia casi en ruinas en mitad de la nada. Es un decorado natural de primer orden, que impresiona lo suyo cuando la cámara realiza una panorámica sobre él, y que Fuest utiliza con gran inteligencia y sabiendo lo que se trae entre manos. 
El problema estriba en que luego la cosa empieza a escapársele precisamente cuando realmente más debía tener las cosas controladas. Ernest Borgnine está espléndido como Corbis, pero quizá no hacía falta vestirle de demonio con cabeza de macho cabrío para dotar de inquietud a sus apariciones, ya de por sí inquietantes. William Shatner, que por aquellos días se hallaba sobreviviendo a salto de mata mientras soñaba con retornar a surcar los espacios siderales a bordo de la "Enterprise" se esfuerza en dotar de fuerza a su personaje, pero sus ademanes, por mucho que se esfuerce, suenan demasiado a "Star Trek". Otra veterana, la mítica Ida Lupino, sí obtiene una interpretación digna de consideración, pero tampoco es que su intervención sea de peso. Si se tiene algo de ojo podrá reconocerse a un jovencito John Travolta, en uno de sus primeros trabajos como actor. 
El hecho es que "La lluvia del Diablo" se ha ganado a pulso su consideración de peiza de culto para ciertos amantes del género. Es evidente que Fuest jugó muy bien sus cartas, imprimiendo una estética muy realista a las imágenes, pero también se hace evidente que cargó demasiado las tintas, lo que hace que el filme acabe derivando en un final de "fuegos artificiales" puntuado, eso sí, por una "sorpresa final" tan sorpresiva como efectiva, que demuestran la indudable calidad técnica de su director, así como el hecho de que en los setenta se hicieron muy buenas películas de terror, muchas de ellas merecedoras de mayor atención, Y "La lluvia del Diablo", con sus defectos es, y debe estar, entre ellas, no les quepa duda. 
Por último indicar que, en su edición en DVD, por obra y gracia de los señores de la "entrañable" Paycom Multimedia (en este caso distribuidos por otros "maestros" de la edición digital, los de Llamentol) "La lluvia del Diablo" tuvo que apechigar con una carátula de las típicas que solían hacer en sus ediciones baratas de kiosco. Esto es hacer un cortar y pegar de imágenes de la cinta más alguna que perteneciera a alguno de los actores de la misma, el más conocido a poder ser. El elegido en este caso fue William Shatner, pero el Shatner de "Star Trek", para entendernos. Porque en 1975 el capián Kirk ya no era un jovencito cadete del espacio. De hecho, la imagen parece sacada de su papel en "Los hermanos Karamazov", película que realizó a las órdenes de Yul Bryner a finales de los cincuenta. Con todo, no es de las peores lanzadas por estas compañías, que si bien recuperaron muchos títulos poco difundidos a nivel comercial, nunca destacaron por su sentido "artístico" o por meter subtítulos, más bien apostaron por tirar a lo fácil. Esta no es de las peores, pero se las trae.
La edición viene acompañada de un par de "extras", que corresponden a imágenes de un par de añejos documentales que el sello Paycom editó sobre temática esotérica o similar. En el primero podemos ver al tristemente célebre Charles Manson y en el otro una pequeña entrevista a Antón LaVey, con imágenes de una de sus peculiares misas negras, con las que alegraba las fiestas de la alta sociedad de Beverly Hills y sus aledaños. Otra pieza en "Historia de dos diablos", un montaje de animación que ofrece el "retrato" de dos demonios del panteón cristiano, acompañado de voces guturales e información sobre el tema. Si se está interesado en el tema quizá puedan llegar a ser útiles, en caso contrario quedan como una curiosidad de las que dan un poco de mal rollo, ciertamente lo digo. Más que la película en sí. 

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