viernes, 13 de marzo de 2015

MENTES CAUTIVAS

Lance Bishop es un ejecutivo de una compañía de seguros cuya vida da un giro de ciento ochenta grados cuando un sujeto armado, y con sus facultades mentales perturbadas, siembra el terror en su lugar de trabajo, matando a algunas personas inocentes antes de suicidarse de un tiro de escopeta. Antes de suicidarse, el enloquecido avisa al Lance de que si supiera lo que él sabe seguramente también terminaría haciendo lo mismo. Acuciado por tales palabras, así como por pesadillas recuerrentes, el pobre Lance empieza a confundir realidad y sueño hasta que empieza a sospechar de que el tipo en cuestión quizá tenga razón. Karen, la hermosa esposa de Lance, empieza a tener un comportamiento harto sospechoso, que hace que el pobre tipo tenga que confiar ciegamente en Reggie un, en apariencia, "friki" de las conspiraciones, que tiene la clave del asunto. Cuando las piezas empeizan a encajar, Lance deberá tomar una decisión...
"Mentes cautivas" (2002), en el original "Control factor", es una de esas típicas producciones televisivas americanas, rodadas en suelo canadiense con objeto de ahorrar costes, filmada en un momento en que una serie básica como "Expediente X" estaba a un paso y medio de echar el cierre tras nueve temporadas de conspiraciones, parapsicología y extraterrestres varios. Digo esto porque estamos ante una de las copias más evidentes (y puede que descaradas) de la producción creada por Chris Carter en 1993. No solamente la copia a nivel visual, es que la música suena sospechosamente parecida y la presencia del malogrado John Neville, provecto actor canadiense que tuvo un papel recurrente en dicha serie deja claro que sus responsables iban directamente a hacer picar a los fans de las peripecias de Mulder y Scully. Y lo lograron. Aunque luego la posibilidad de convertir la película en serie televisiva no fructificó.*
En su lugar, lamentablemente, tenemos a un solvente pero esencialmente desubicado Adam Baldwin y a una muy guapa pero básicamente pavisosa Elizabeth Berkley, acompañados del afroamericano Tony Todd, actor que no pierde un follón, sea para la caja tonta, sea una serie B con cierta personalidad o una serie Z impresentable directa a DVD.
La cosa, en líneas generales, funciona con relativa facilidad, más que nada porque juega sobre lugares comunes y, como ya he dicho, tiene en "Expediente X" un modelo sobre el cual era muy difícil cagarla. Pero claro, estamos hablando de un telefilme de sobremesa, por lo que tampoco es que su director, Nelson McCormick, se moleste en salir de dicho modelo, con lo cual todo suena a cosa ya vista o leída. 
Un entretenimiento francamente potable, pero poco más, muy de domingo por la tarde...




* El plano final deja la puerta abierta a una secuela, lo que viene a confirmar que, muy probablemente, "Mentes cautivas" era un proyecto televisivo que debía derivar en una serie de larga duración, que finalmente no pasó de una fase primeriza por falta de interés de la audiencia o de los intereses de la cadena de pago USA Cable.

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