En 1999 se estrenaba "El proyecto de la bruja de Blair" un falso documental que narraba la aterradora experiencia de tres supuestos estudiantes de cine que desaparecieron en lo más profundo de un bosque de la costa norte de los Estados Unidos mientras realizaban un reportaje sobre una leyenda local relacionada con la bruja del título. Los tres desdichados desparecieron sin dejar rastro, tan sólo el material filmado, en el cual se ponía de manifiesto que su destino había sido cualquiero cosa menos bonito... El experimento funcinó gracias, no ya al boca-oreja, sino también al empuje de Internet, que llevó a que la gente creyera realmente que los cineastas de la película, en realidad actores, habían muerto, lo que les obligó a tener que salir en diversos medios de comunicación para destapar toda la engañifa. Sus dos reponsables, Eduardo Sánchez y Daniel Meyrink, fueron saludados como genios del cine de terror moderno, aunque el fracaso de una secuela del todo innecesaria, filmada un par de años después, los dejó tocados profesionalmente, tanto es así que desde entonces no han tenido la oportunidad de regresar a primera línea, teniendo que subsistir a base de producciones modestas, destinadas a su exploración en DVD.
Pero la semilla ya estaba plantada, y de este modo, surgieron toda clase de producciones, que en mayor o en menor medida, bebían de las fuentes primigenias instauradas por "El proyecto de la bruja de Blair". El que logró superar con creces el modelo original fue J.J. Abrams que, en calidad de productor, financió "Monstruoso" (2008/Matt Reeves), una cinta que se servía de los parámetros del cine de catástrofes y de Godzilla para narrar de una forma bien peculiar, una historia de amor de los más clásica.
Desde entonces el modelo de "falso documental" ha derivado en productos y, ya directamente, subproductos de muy diversa calidad, intenciones y catadura. Producciones infumables que han llegado a nuestro país vía distribución digital, cuando no han pasado a plataformas legales (e ilegales) de descarga.
Producida por los todopoderosos (aunque cada día menos) hermanos Weinstein, a través de Dimension Films, su filial para cine de terror, "Apollo 18" fue una apuesta fuerte por recuperar el subgénero con una película bien hecha, resuelta con suma inteligencia visual y técnica. Pero los Weinstein, que suelen irse por las ramas cuando la cosa no anda como ellos esperarían, dejaron de lado la película, circunstancia que ha hecho de ella un título que ha tenido que esperar a su edición en DVD para corroborar las muchas cosas buenas que hay que esperar de su director, el español Gonzalo López Gallego que, como otros talentos de nuestro cine, ha tenido que irse a hacer las Américas con el fin de encontrar su espacio laboral.
"Apollo 18" narra la historia de la última expedición que la NASA, bajo órdenes directas del Pentágono, realizó a la Luna a finales de 1974, y que tuvo un trágico final. Al igual que ocurre en "El proyecto de la bruja de Blair" o en "Monstruoso", el "falso documental" se basa en el supuesto material filmado por los responsables de la expedición, que descubrieron algo que no esperaban encontrar, algo aterrador. Con unos efectos especiales magníficos y una escenografía muy potente, la película logra situarnos en el lugar y en la época precisos, haciendo que López Gallego nos vaya sorprendiendo con el desarrollo de la historia, cuyo suspense va creciendo fotograma a fotograma.
Una propuesta que quizá no acabe de atarse del todo en su desenlace, un tanto previsible, pero que propone una serie de ideas y elementos muy interesantes, que lo convierten en un filme francamente disfrutable, ideal para amantes de las "conspiranoias" y devotos de Iker Jiménez.
Pero la semilla ya estaba plantada, y de este modo, surgieron toda clase de producciones, que en mayor o en menor medida, bebían de las fuentes primigenias instauradas por "El proyecto de la bruja de Blair". El que logró superar con creces el modelo original fue J.J. Abrams que, en calidad de productor, financió "Monstruoso" (2008/Matt Reeves), una cinta que se servía de los parámetros del cine de catástrofes y de Godzilla para narrar de una forma bien peculiar, una historia de amor de los más clásica.
Desde entonces el modelo de "falso documental" ha derivado en productos y, ya directamente, subproductos de muy diversa calidad, intenciones y catadura. Producciones infumables que han llegado a nuestro país vía distribución digital, cuando no han pasado a plataformas legales (e ilegales) de descarga.
Producida por los todopoderosos (aunque cada día menos) hermanos Weinstein, a través de Dimension Films, su filial para cine de terror, "Apollo 18" fue una apuesta fuerte por recuperar el subgénero con una película bien hecha, resuelta con suma inteligencia visual y técnica. Pero los Weinstein, que suelen irse por las ramas cuando la cosa no anda como ellos esperarían, dejaron de lado la película, circunstancia que ha hecho de ella un título que ha tenido que esperar a su edición en DVD para corroborar las muchas cosas buenas que hay que esperar de su director, el español Gonzalo López Gallego que, como otros talentos de nuestro cine, ha tenido que irse a hacer las Américas con el fin de encontrar su espacio laboral.
"Apollo 18" narra la historia de la última expedición que la NASA, bajo órdenes directas del Pentágono, realizó a la Luna a finales de 1974, y que tuvo un trágico final. Al igual que ocurre en "El proyecto de la bruja de Blair" o en "Monstruoso", el "falso documental" se basa en el supuesto material filmado por los responsables de la expedición, que descubrieron algo que no esperaban encontrar, algo aterrador. Con unos efectos especiales magníficos y una escenografía muy potente, la película logra situarnos en el lugar y en la época precisos, haciendo que López Gallego nos vaya sorprendiendo con el desarrollo de la historia, cuyo suspense va creciendo fotograma a fotograma.
Una propuesta que quizá no acabe de atarse del todo en su desenlace, un tanto previsible, pero que propone una serie de ideas y elementos muy interesantes, que lo convierten en un filme francamente disfrutable, ideal para amantes de las "conspiranoias" y devotos de Iker Jiménez.
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