Recientemente se ha suscitado cierta polémica como consecuencia de unas declaraciones realizadas por Emilio Martínez Lázaro, director de la muy exitosa comedia "Ocho apellidos vascos" (2014), en las cuales volvía a poner de manifiesto que hay ciertos sectores del cine español a los que el cine de género les sigue provocando notables niveles de urticaria.
De hecho, esta no es la primer vez que un representante del cine hecho por estos lares deja claro que esto del cine de género, en general, y el Fantástico, en particular. Históricamente ha sido así, desde los tiempos de Fernando Méndez Leite o la fallecida Pilar Miró, cuya ley se llevó por delante la mayor parte de la estructura industrial del cine de nuestro país, facilitando un periodo en el que la subvención y el proteccionismo hacia un modelo cinematográfico más, según sus premisas, cultural o serio, derivó en el progresivo alejamiento del público de las salas donde proyectaban una película española. Hasta que llegó Álex De la iglesia con "El día de la bestia" (1995) y abrió un proceso de renacimiento que, con sus altibajos, se mantiene hasta el día de hoy, mal que le pese al Sr. Martínez Lázaro.
A dicho proceso de reivindicación, de poner negro sobre blanco y certificado de prestigio, llegan Diego López y David Pizarro con "Silencios de pánico", un volumen que repasa de forma exhaustiva la historia del cine fantástico hecho en España desde 1897, con Segundo De Chomón, hasta las últimas aportaciones de Jaume Balagueró y Paco Plaza, con su saga "Rec", de la que ya llevan tres entregas, con una cuarta en camino mientras escribo estas líneas.
"Silencios de pánico" se compone de una primera parte en la que relata la historia del género, desde 1897 hasta 2010 (dentro de poco aparecerá una segunda edición, que actualiza datos hasta 2012), para pasar luego a un capítulo dedicado a entrevistas realizadas a diversos nombres destacados dentro del género. Realizadores tan distintos, pero a la par complementarios, como los malogrados Carlos Aured, Amando de Ossorio, Paul Naschy o Juan Piquer, pasando por un (reivindicativo y contundente) Sebastià D'Arbó, Jordi Grau, Eugenio Martín (responsable de una de las joyas de la corona, la imprescindible "Pánico en el Transiberiano", rodada en 1972) y, ya representando a la generación posterior Alejandro Amenábar, Álex De la Iglesia, Jaume Balagueró, Paco Plaza y Nacho Cerdá. El volumen se cierra con una serie de artículos que puntean diversos subgéneros tratados por el cine de género español, desde el cine de suspense, pasando por el gótico o el cine X y los dibujos animados. Casi no dejan aspecto alguno por tratar, y lo poco que se han dejado es lo que ha provocado que, gracias a la muy buena acogida del libro, en su segunda edición se amplíen o traten otros elementos que, por diversas razones se dejaron de lado, pero que ahora han podido recuperarse convenientemente.
Libro entretenido, a la par que profundamente documentado, "Silencios de pánico" supone un perfecto apoyo bibliográfico a la hora de confrontar las esencias histáricas del cine de género practicado en tierras españolas, en ocasiones bien, otras mal, que tiene sus perlas, sus títulos imprescindibles, aunque también sus muestras más desarmantes. Una obra, en definitiva, necesaria. A la par que útil, más si escribes en un blog y necesitas cierta información de primera mano...
De hecho, esta no es la primer vez que un representante del cine hecho por estos lares deja claro que esto del cine de género, en general, y el Fantástico, en particular. Históricamente ha sido así, desde los tiempos de Fernando Méndez Leite o la fallecida Pilar Miró, cuya ley se llevó por delante la mayor parte de la estructura industrial del cine de nuestro país, facilitando un periodo en el que la subvención y el proteccionismo hacia un modelo cinematográfico más, según sus premisas, cultural o serio, derivó en el progresivo alejamiento del público de las salas donde proyectaban una película española. Hasta que llegó Álex De la iglesia con "El día de la bestia" (1995) y abrió un proceso de renacimiento que, con sus altibajos, se mantiene hasta el día de hoy, mal que le pese al Sr. Martínez Lázaro.
A dicho proceso de reivindicación, de poner negro sobre blanco y certificado de prestigio, llegan Diego López y David Pizarro con "Silencios de pánico", un volumen que repasa de forma exhaustiva la historia del cine fantástico hecho en España desde 1897, con Segundo De Chomón, hasta las últimas aportaciones de Jaume Balagueró y Paco Plaza, con su saga "Rec", de la que ya llevan tres entregas, con una cuarta en camino mientras escribo estas líneas.
"Silencios de pánico" se compone de una primera parte en la que relata la historia del género, desde 1897 hasta 2010 (dentro de poco aparecerá una segunda edición, que actualiza datos hasta 2012), para pasar luego a un capítulo dedicado a entrevistas realizadas a diversos nombres destacados dentro del género. Realizadores tan distintos, pero a la par complementarios, como los malogrados Carlos Aured, Amando de Ossorio, Paul Naschy o Juan Piquer, pasando por un (reivindicativo y contundente) Sebastià D'Arbó, Jordi Grau, Eugenio Martín (responsable de una de las joyas de la corona, la imprescindible "Pánico en el Transiberiano", rodada en 1972) y, ya representando a la generación posterior Alejandro Amenábar, Álex De la Iglesia, Jaume Balagueró, Paco Plaza y Nacho Cerdá. El volumen se cierra con una serie de artículos que puntean diversos subgéneros tratados por el cine de género español, desde el cine de suspense, pasando por el gótico o el cine X y los dibujos animados. Casi no dejan aspecto alguno por tratar, y lo poco que se han dejado es lo que ha provocado que, gracias a la muy buena acogida del libro, en su segunda edición se amplíen o traten otros elementos que, por diversas razones se dejaron de lado, pero que ahora han podido recuperarse convenientemente.
Libro entretenido, a la par que profundamente documentado, "Silencios de pánico" supone un perfecto apoyo bibliográfico a la hora de confrontar las esencias histáricas del cine de género practicado en tierras españolas, en ocasiones bien, otras mal, que tiene sus perlas, sus títulos imprescindibles, aunque también sus muestras más desarmantes. Una obra, en definitiva, necesaria. A la par que útil, más si escribes en un blog y necesitas cierta información de primera mano...
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