John Rambo, ex-boina verde y veterano de Vietnam, vive una tranquila existencia al Norte de Tailandia, muycerca de la frontera con Birmania. Un día recibe la visita de un grupo de misioneros, que le piden ayuda para entrar en territorio birmano, Rambo, que ya no está para meterse en líos, se niega en redondo a asistirles, advirtiéndoles de que entrar en Birmania es entrar en un territorio hostil, plagado de peligros y afectado por las acciones sádicas de los militares, que controlan el país desde hace ya tiempo, cuando llevaron a cabo un golpe de estado que derrocó el gobierno legítimo. Los misioneros pasan de las advertencias del rudo ex-soldado, y se adentran en Birmania, siendo capturados a las primeras de cambio por las tropas de un jefe militar que realiza operaciones de castigo por la zona, y que tiene por costumbre cometer tropelías con la población civil que no se pliega ante las presiones del régimen. Un hombre de negocios, que financiaba las actividades de los misioneros, informa a Rambo de lo ocurrido, y es entonces cuando el viejo soldado curtido en mil y una operaciones en la jungla se pone de nuevo manos a la obra, acompañado de un grupo de mercenarios de élite.
Tras unos años noventa a todas luces olvidables, en los cuales echó por tierra su condición de estrella del cine de acción, Sylvester Stallone decidió regresar a sus dos personajes más emblemáticos, Rocky y Rambo, con el fin de recuperar posiciones y demostrar a las claras que no era una flor del pasado, mustia y sin nada que aportar. Que aún podía guerra, vamos.
Con "Rocky Balboa" (2005), escrita y dirigida por él mismo, Stallone logró resarcirse de un par de lustros francamente para olvidar, y viendo que la cosa podía dar frutos en forma de billetes verdes, rescató a Rambo del baúl de los recuerdos de los ochenta, en una operación que, vista desde la distancia, podía sonar a disparate, pero que en esencia demostraba un alto grado de coherencia estilística y personal.
"John Rambo" es una película que sorprende, en primera instancia, por su contundente forma de mostrar la violencia, en concreto, sus secuelas. Mediante un estilo directo, muy realista, sentimos cada golpe, cada disparo, cada machetazo. El Rambo de esta película está lejos del símbolo reaganiano de antaño, adoptando una postura más severa, más realista, dentro de lo que cabe, obvio es decirlo, pero que hacen de esta una muestra de que si hay alguien que sabe cómo tratar a este personaje, de darle su última vuelta de tuerca, ese era Stallone, que aquí se muestra muy entonado a la hora de impactar al espectador con secuencias como el salvaje asalto de los soldados al poblado birmano o la gran batalla final, filmada con un sentido del ritmo soberbio.
La película funcionó lo suficientemente bien en las taquillas de todo el mundo como para que Stallone, en plena vorágine creativa, lanzara "Los mercenarios" (2008) una preclara declaración de principios sobre lo que él considera que es el cine de acción, así como una manera de reivindicarse él y a unos cuantos colegas que, años ha, en cines o en el videoclub de la esquina, o en los dos sitios a la vez, hicieron que el género fuese el número uno en las preferencias del público. Su éxito comercial hizo que Stallone viera su carrera de nuevo revivida peeeeeero, solamente vinculada a "Los mercenarios". Su secuela, "Los mercenarios 2", y una tercera en camino, ha obtenido también parabienes a nivel comercial, pero sus intentonas en solitario, caso de "Una bala en la cabeza" (2012) o "Plan de escape" (2013), aún siendo muy dignas y hasta superiores en líneas generales a las entregas de "Los mercenarios", se han pegado una santísima nata en las salas de cine, con lo cual parece claro que tendremos peripecias mercenarias mientras el cuerpo aguante...Aunque andan algo justicos en eso, últimamente. Como le dé un patatús en pleno rodaje, ya me veo un "Rambo V" en pleno geriátrico que ya me dirán ustedes.
Tras unos años noventa a todas luces olvidables, en los cuales echó por tierra su condición de estrella del cine de acción, Sylvester Stallone decidió regresar a sus dos personajes más emblemáticos, Rocky y Rambo, con el fin de recuperar posiciones y demostrar a las claras que no era una flor del pasado, mustia y sin nada que aportar. Que aún podía guerra, vamos.
Con "Rocky Balboa" (2005), escrita y dirigida por él mismo, Stallone logró resarcirse de un par de lustros francamente para olvidar, y viendo que la cosa podía dar frutos en forma de billetes verdes, rescató a Rambo del baúl de los recuerdos de los ochenta, en una operación que, vista desde la distancia, podía sonar a disparate, pero que en esencia demostraba un alto grado de coherencia estilística y personal.
"John Rambo" es una película que sorprende, en primera instancia, por su contundente forma de mostrar la violencia, en concreto, sus secuelas. Mediante un estilo directo, muy realista, sentimos cada golpe, cada disparo, cada machetazo. El Rambo de esta película está lejos del símbolo reaganiano de antaño, adoptando una postura más severa, más realista, dentro de lo que cabe, obvio es decirlo, pero que hacen de esta una muestra de que si hay alguien que sabe cómo tratar a este personaje, de darle su última vuelta de tuerca, ese era Stallone, que aquí se muestra muy entonado a la hora de impactar al espectador con secuencias como el salvaje asalto de los soldados al poblado birmano o la gran batalla final, filmada con un sentido del ritmo soberbio.
La película funcionó lo suficientemente bien en las taquillas de todo el mundo como para que Stallone, en plena vorágine creativa, lanzara "Los mercenarios" (2008) una preclara declaración de principios sobre lo que él considera que es el cine de acción, así como una manera de reivindicarse él y a unos cuantos colegas que, años ha, en cines o en el videoclub de la esquina, o en los dos sitios a la vez, hicieron que el género fuese el número uno en las preferencias del público. Su éxito comercial hizo que Stallone viera su carrera de nuevo revivida peeeeeero, solamente vinculada a "Los mercenarios". Su secuela, "Los mercenarios 2", y una tercera en camino, ha obtenido también parabienes a nivel comercial, pero sus intentonas en solitario, caso de "Una bala en la cabeza" (2012) o "Plan de escape" (2013), aún siendo muy dignas y hasta superiores en líneas generales a las entregas de "Los mercenarios", se han pegado una santísima nata en las salas de cine, con lo cual parece claro que tendremos peripecias mercenarias mientras el cuerpo aguante...Aunque andan algo justicos en eso, últimamente. Como le dé un patatús en pleno rodaje, ya me veo un "Rambo V" en pleno geriátrico que ya me dirán ustedes.
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