En 1970, en una noche de eclipse lunar, nacen dos niños y una niña que, marcados por este acontecimiento astronómico, irán desarrollando una personalidad homicida que, diez años más tarde, les llevará a cometer toda clase de desmanes con aquellas personas que se meten demasiado en sus asuntos o, que sencillamente, consideran que merecen morir. Una joven profesora irá descubriendo paulatinamente la verdadera naturaleza de los niños, aunque ello suponga arriesgar su propia vida en el intento de desenmacararlos ante una comunidad que los ve como lo que son, niños, no asesinos insaciables...
Hay películas que, aún poseyendo una premisa básica la mar de estimulante, si caen en malas manos, pueden dar lugar a auténticos desastres. Este es el caso de "Cumpleaños sangriento" (1980), película rodada a rebufo del éxito de "La noche de Halloween" (1978/John Carpenter) y "Viernes 13" (1980/Sean S. Cunningham), que cayó en las zarpas del nulo Ed Hunt, realizador que ha desarrollado una amplia ctividad dentro de la serie B de peor catadura.
El principal problema de la película, aparte de la demostrada incapacidad de su director para hacer algo a derechas con una cámara o, cuando menos, lograr que un actor ponga algo de entusiasmo en su trabajo (todos los actores están muy mal dirigidos, o sobreactúan en exceso o, por el contrario, parecen autómatas), es que su enfoque nunca está del todo claro. Si bien en un primer momento parece claro que la idea es denunciar la personalidad de los niños asesinos, la cosa cambia de tercio cuando asume sin cortarse un pelo la causa de éstos, que parecen estar mejor dibujados que la parte contraria, en verdad todos bastante zoquetes, empezando por la protagonista, una ñoña licenciada en magisterio que es una entusiasta de la astrología, pero que todo lo pilla por puñetera casualidad.
Con la presencia de un veterano en horas bajas, (José Ferrer), que seguramente hubiera preferido estar en otra película que no en este despropósito, "Cumpleaños sangriento" es una muestra de que no todo el cine de terror de los ochenta es una maravilla, aunque la película posea algún que otro acierto todo parece más fruto de la casualidad que no de la profesionalidad de su director, quien nunca ha traspasado las fronteras del cine fantástico de cuarta regional...
Hay películas que, aún poseyendo una premisa básica la mar de estimulante, si caen en malas manos, pueden dar lugar a auténticos desastres. Este es el caso de "Cumpleaños sangriento" (1980), película rodada a rebufo del éxito de "La noche de Halloween" (1978/John Carpenter) y "Viernes 13" (1980/Sean S. Cunningham), que cayó en las zarpas del nulo Ed Hunt, realizador que ha desarrollado una amplia ctividad dentro de la serie B de peor catadura.
El principal problema de la película, aparte de la demostrada incapacidad de su director para hacer algo a derechas con una cámara o, cuando menos, lograr que un actor ponga algo de entusiasmo en su trabajo (todos los actores están muy mal dirigidos, o sobreactúan en exceso o, por el contrario, parecen autómatas), es que su enfoque nunca está del todo claro. Si bien en un primer momento parece claro que la idea es denunciar la personalidad de los niños asesinos, la cosa cambia de tercio cuando asume sin cortarse un pelo la causa de éstos, que parecen estar mejor dibujados que la parte contraria, en verdad todos bastante zoquetes, empezando por la protagonista, una ñoña licenciada en magisterio que es una entusiasta de la astrología, pero que todo lo pilla por puñetera casualidad.
Con la presencia de un veterano en horas bajas, (José Ferrer), que seguramente hubiera preferido estar en otra película que no en este despropósito, "Cumpleaños sangriento" es una muestra de que no todo el cine de terror de los ochenta es una maravilla, aunque la película posea algún que otro acierto todo parece más fruto de la casualidad que no de la profesionalidad de su director, quien nunca ha traspasado las fronteras del cine fantástico de cuarta regional...
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