Protagonizada por las dos estrellas del cine de terror de la época, Bela Lugosi y Boris Karloff y producida por una Universal que estaba decidida a estrujar al máximo su rendimiento comercial en las taquillas, "Satanás" toma como punto de partida un relato de Edgar Allan Poe, aunque lo hace más como reclamo más que por consideraciones de hacer una adaptación "seria" del cuento escrito por el atormentado escritor de Baltimore, al que se toma como pretexto simple y sin buscar mayores explicaciones al respecto.
La historia arranca cuando un joven matrimonio que se encuentra de luna de miel por Europa, exactamente por los típicos Cárpatos habitualmente retratados por las producciones Universal de la época, conoce de manera accidental al Dr. Werdegast, un misterioso psiquiatra, aún dominado por sus recuerdos en los campos de batalla de la Gran Guerra y por una esposa que abandonó, quedando en manos de un siniestro personaje, con el que está decidido a tomar venganza. Lo que no sabe la pareja de ingenuos estadounidenses es que ellos van a servirle como punta de lanza de sus planes, llevándolos hasta los dominios del responsable de sus desgracias...
Como pueden comprobar, el relato de Allan Poe apenas es utilizado como base argumental de la historia, limitándose a la aparición de un gato negro en algunas escenas con el fin de justificar el título original. La película supuso el primer, y último, trabajo de su director, Edgar G. Ulmer en la Universal. Realizador huído de Alemania por su condición de judío, Ulmer encontró en Hollywood, como tantos otros, su espacio donde desarrollar su talento sin cortapisas. Pero en el caso de Ulmer las cosas se torcieron cuando conoció a una joven secretaria de producción, prometida del sobrino del jefe de la Universal, Carl Laemmle Jr. El capitoste no podía dejar la afrenta sin castigo, y despidió sumarísimamente a la pareja, desterrándola de la soleada Meca del Cine. Cuando pudieron regresar, Edgar G. Ulmer tuvo que contentarse con trabajar en productoras de tercera fila, caso de la PRC, donde se labró una condición de cineasta "de culto" con joyas como "Detour" (1947), inclasificable pieza del género negro.
Filmada en 1934, "Satanás" adolece de una puesta en escena acartonada, muy teatral, refrendada por las interpretaciones de un Lugosi excesivo en sus muecas y un Karloff que mantiene su legendaria pose de "terror que camina". Peor lo tienen David Manners y Julie Bishop, que interpretan a la pareja de turistas americanos, abofeteables en su ingenuidad. La función sube enteros en su parte final, donde Ulmer logra momentos realmente escalofriantes, muy logrados estéticamente.
Una película que representa el legado de un estudio, la Universal, que se tomó muy en serio sus incursiones dentro del género de terror, aunque fuera a costa de hacer producciones más bien irregulares como esta, que se ha ganado su lugar en el sol más que nada por unir a dos estrellas del género, dos leyendas que, por diversas razones, marcaron un antes y un después dentro de la historia de lo Fantástico.
La historia arranca cuando un joven matrimonio que se encuentra de luna de miel por Europa, exactamente por los típicos Cárpatos habitualmente retratados por las producciones Universal de la época, conoce de manera accidental al Dr. Werdegast, un misterioso psiquiatra, aún dominado por sus recuerdos en los campos de batalla de la Gran Guerra y por una esposa que abandonó, quedando en manos de un siniestro personaje, con el que está decidido a tomar venganza. Lo que no sabe la pareja de ingenuos estadounidenses es que ellos van a servirle como punta de lanza de sus planes, llevándolos hasta los dominios del responsable de sus desgracias...
Como pueden comprobar, el relato de Allan Poe apenas es utilizado como base argumental de la historia, limitándose a la aparición de un gato negro en algunas escenas con el fin de justificar el título original. La película supuso el primer, y último, trabajo de su director, Edgar G. Ulmer en la Universal. Realizador huído de Alemania por su condición de judío, Ulmer encontró en Hollywood, como tantos otros, su espacio donde desarrollar su talento sin cortapisas. Pero en el caso de Ulmer las cosas se torcieron cuando conoció a una joven secretaria de producción, prometida del sobrino del jefe de la Universal, Carl Laemmle Jr. El capitoste no podía dejar la afrenta sin castigo, y despidió sumarísimamente a la pareja, desterrándola de la soleada Meca del Cine. Cuando pudieron regresar, Edgar G. Ulmer tuvo que contentarse con trabajar en productoras de tercera fila, caso de la PRC, donde se labró una condición de cineasta "de culto" con joyas como "Detour" (1947), inclasificable pieza del género negro.
Filmada en 1934, "Satanás" adolece de una puesta en escena acartonada, muy teatral, refrendada por las interpretaciones de un Lugosi excesivo en sus muecas y un Karloff que mantiene su legendaria pose de "terror que camina". Peor lo tienen David Manners y Julie Bishop, que interpretan a la pareja de turistas americanos, abofeteables en su ingenuidad. La función sube enteros en su parte final, donde Ulmer logra momentos realmente escalofriantes, muy logrados estéticamente.
Una película que representa el legado de un estudio, la Universal, que se tomó muy en serio sus incursiones dentro del género de terror, aunque fuera a costa de hacer producciones más bien irregulares como esta, que se ha ganado su lugar en el sol más que nada por unir a dos estrellas del género, dos leyendas que, por diversas razones, marcaron un antes y un después dentro de la historia de lo Fantástico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario