martes, 26 de mayo de 2015

DR. LAMB

Hong Kong, principios de los ochenta; un caso, aparentemente de lo más banal (un tipo que realiza fotografías obscenas) acaba por convertirse en uno de los sucesos más terribles de la crónica negra de la, por aquel entonces, colonia nritánica. Un taxista se dedica a aprovechar su trabajo en el turno de noche para acabar con la vida de chicas jóvenes a las que luego tortura y asesina brutalmente, pues las considera "pecadoras" y su deber, bajo un supuesto mandato divino, es eliminarlas. Un duro policía hongkonés quedará estupefacto ante la sangre fría del criminal, un hombre dominado por un ideal religioso que lo ha llevado más allá de la locura...
Con un planteamiento que remite a títulos como "El silencio de los corderos" (1991/Jonathan Demme) o "Henry, retrato de un asesino" (1986/John McNaughton), "Dr. Lamb" es un "thriller" de terror que narra la historia real de uno de los mayores asesinos en serie habidos en Hong Kong, un taxista en apariencia tranquilo y muy profesional que ocultaba una mente enferma y una violencia descarnada hacia las mujeres, consecuencia de una infancia desgraciada, en manos de una madrastra que lo maltrató y humilló en público en cuanto tenía la oportunidad y un padre alcohólico y pendenciero, que casi no paraba por casa. A partir de este punto, "Dr. Lamb" no pretende en ningún momento justificar los actos viles del asesino, su pretensión es que veamos su evolución de un niño marcado por la violencia a un cruel practicante de la misma.
Dicho objetivo se logra en parte, la película es un retrato de lo sucedido, pero los directores Billy Tang y Danny Lee, quien asimismo asume un rol como actor en la cinta, prefieren tomar ciertos atajos con el fin de destensar la trama. Ello da lugar a ciertos apuntes cómicos del todo innecesarios, vinculados a ciertos agentes de policía. Así, por ejemplo, tenemos a un agente algo pasado de rosca y que suelta chascarrillos una vez sí y otra también y a una joven policía que termina muy afectada por todo lo que van descubriendo, pero mostrado de una forma muy burda, como si de una comedia de medio pelo se tratara. Esto hace que "Dr. Lamb" bascule entre unas secuencias visualmente muy elaboradas y unos toques de humor de lo más chabacano, que no ligan ni aún queriendo, lo que en gran medida hace que la película no alcance el nivel que seguramente habría logrado de haber apostado por una línea argumentalmente más compacta. A pesar de ello, la escalofriante interpretación de Simon Yam permite que la función no termine por irse por la tangente, dando lugar a una obra quizá irregular pero con algunos momentos francamente muy bien resueltos. 

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