miércoles, 27 de mayo de 2015

ALIEN NACIÓN

En los ochenta, y a raíz del éxito de "Límite 48 horas" (1983/Walter Hill), se creó todo un concepto dentro del "thriller" que recibió el nombre de "buddy movies", esto es, película de "colegas". El esquema era más menos similar: un policía (o detective o lo que ustedes consideren más oportuno, que de todo hubo dentro de este tipo de películas) enfrentado a un colega (o no..) con el que tiene formas de pensar y actuar bien distintas, pero que llegada la hora de la verdad superan por el bien común, logrando superar el desafíoal cual se enfrentan y hasta nacer una bonita amistad. O amor si son de sexos contrarios, aunque por haber uno hasta un caso en el cual encontrábamos a un poli gay con otro heterosexual, "Algo más que colegas" (1982/James Burrows) con un Ryan O'Neal de rudo agente de la Ley y John Hurt como su compañero homosexual e intentando salvar los estereotipos, se supone. 
Llegados a un nivel de explotación casi parecía que insoportable, y pretendiendo seguir la estela de la exitosa "Arma letal" (1987/Richard Donner), con dos policías, uno afroamericano y respetuoso con las normas y otro de raza blanca que se las pasa por el forro de la cazadora, Gale Ann Hurd, productora y ex de James Cameron, apostó por darle un giro de ciento ochenta grados al subgénero, dándole un toque de ciencia ficción para que la cosa resultara medianamente original. Y lo logró con creces, obteniendo un producto final entretenido, "Alien nación" (1989) que, sin ser lo que se dice un clásico, los buenos aficionados seguro que recordarán con sumo gusto, aunque en su día no fue un éxito comercial precisamente, aunque sí acabó dando lugar a una serie de televisión. La cual, por otro lado, tampoco duró mucho en antena, siendo prolongada en diversos telefilmes.
En un futuro próximo, la Tierra (básicamente USA) recibe la llegada de una gran nave extraterrestre, habitada por una raza de seres que gustan de emborracharse con leche agria y no soportan el contacto con el agua. Pasado el tiempo, dicha raza ha ido integrándose en la sociedad, como trabajadores, consumidores, en fin ciudadanos de pleno derecho. Sykes, un veterano policía de Los Ángeles, se halla en plena patrulla por los barrios bajos cuando su compañero y él se ven envueltos en un tiroteo. El resultado es que el compañero de Sykes muere asesinado por un delincuente alien, algo que en gran medida fastidia a Sykes, que no es muy amigo de los "recién llegados" como se les llama a los aliens. Para complicar las cosas, sus superiores le asignan un nuevo compañero: el agente Sam Francisco (no es un chiste malo, es que los aliens escogen nombres de ciudades que cambian con el fin de adaptarlos como su identificación personal, con el fin de parecerse a los humanos y congraciarse con ellos), un alien que se ha convertido en el primer "recién llegado" en convertirse en detective del Departamento de Policía. Aún a pesar de su desconfianza mútua, ambos hombres deben colaborar y salvar sus diferencias con el fin de hallar a los responsables de meter en las calles una droga de alto grado, muy potente, y que está relacionada con el propio pasado de los aliens, un pasado que éstos prefieren mantener oculto...
La película quedó en las manos del británico Graham Baker, un cineasta de la misma generación que Ridley Scott, ambos proceden del campo publicitario, pero a partir de ahí la cosa digamos que se dispersa cosa mala. Cierto que Scott también tiene algún churro por su filmografía, pero el caso es que al pobre Baker le tocó apechugar con una trayectoria del todo petardera. Tras "Alien nación" tardó otros diez años en ponerse tras las cámaras. Cuando lo hizo fue con "Beowlf" (1999), una impresentable cinta de fantasía y acción con Christopher Lambert intentando (vanamente) reverdecer los laureles de "Los inmortales" (1986). Una pena lo de este hombre, porque realmente su labor en el filme pone de manifiesto su buena mano para el cine de acción de alto presupuesto, que podría haberle facilitado una carrera de mayor relevancia de haberse dado unas condiciones más óptimas. En el reparto dos actores de fuste como James Caan y Mandy Patinkin, además de Terence Stamp como villano. Un pasatiempo francamente disfrutable. 

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