No hace falta ser un experto en eso que se suele llamar "mass media" para saber que hoy en día se está viviendo una época dorada en cuanto a la ficción televisiva se refiere. Hollywood es, hoy por hoy, una tierra en la que la imaginación brilla por su ausencia, basando su supervivencia en remakes de poca o nula entidad y en mantener y crear (o al revés, tanto da) franquicias con las que sanear unas arcas que no andan boyantes precisamente. El hecho es que el la "caja tonta" se ha refugiado toda una pléyade de guionistas, directores y, cómo no, actores que intentan ganarse las habicuelas haciendo algo más que lo de siempre, más teniendo en cuenta que ese invento del "cine independiente", que al final resultó no ser tan independiente, porque la gran mayoría de las multinacionales hollywoodienses tenían su filial "indie", ha pasado de moda y salvo algunos pocos supervientes, pongamos unos Coen o un Van Sant, el resto han tenido que refugiarse en la pequeña pantalla para llegar a fin de mes.
La cadena de pago HBO dio el pelotazo de lo que llevamos de década con esta miniserie de ocho episodios, escrita por un guionista, Nic Pizziolato, que hasta ese momento no había despertado demasiado interés con lo que escribía y que ha creado a partir de ahí un concepto de serie "antológica" de la que habrá que ir siguiendo la pista, pues ya s anuncia una segunda temporada con un nuevo caso, nuevos actores y un cambio de ambiente: pasamos de Louisiana y sus pantanos a Los Ángeles y sus autopistas. Pero centrémonos de momento en esta primera temporada, que es la que se ha estrenado y aparecido en DVD de curso legal, que decía aquel.
Louisiana 1995, los agentes de la policía estatal, Marty Hart (Woody Harrelson) y Rust Cohle (Matthew McConaughey) se encargan del caso de asesinato de una joven hallada en una zona apartada de la ciudad, en lo que parece un crimen con inquietante trasfondo ocultista. Los dos agentes tienen caracteres bien distintos, lo que hace que por un lado se respeten pero realmente no puedan ser amigos en el sentido real de la palabra. Cohle es un tipo muy reservado y taciturno, afectado por un hecho terrible de su pasado, lo que le lleva a momentos casi de delirio, pero que le convierten en un detective casi excepcional. Hart, por su parte, es un tipo que pretende dar la imagen de policía perfecto, padre ejemplar y marido casi celestial, pero en realidad es un pendenciero que mantiene relaciones con una joven que trabaja en los juzgados. La vida de estos dos personajes dará un giro total como consecuencia de este caso, tanto es así que cuando creían que ya lo tenían resuelto, en 2002 saltó una pista que hizo que la rueda volviera a girar sobre aquel crimen. Doce años después, en 2014, los dos hombres volverán a encontrarse cuando se hallen indicios de que el asesino ha vuelto a las andadas...
"True detective" es una obra confeccionada con un cuidado por los detalles extremo; el director, Cary Fukunaga, responsable de dirigir los oche episodios que conforman esta primera tanda, realiza una labor excelsa, con momentos tan sublimes como el plano secuencia con el que acaba el cuarto episodio. Pero si en algo destaca esta serie es en las interpretaciones, marcadas por unos excepcionales Woody Harrelson y Matthew McConaughey, pero también por la presencia de Michelle Monaghan que, por fin, tiene la oportunidad de lucirse dramáticamente en el papel de esposa de Hart, obteniendo también momentos de oro puro en cada una de sus intervenciones en pantalla.
Con todo, "True detective" tiene un "pero" y es que la historia, con un arranque absolutamente único y excepcional, entra paulatinamente en terrenos bastante convencionales, especialmente a partir del quinto epiusodio, algo que se hace patente en su resolución, en exceso tópica aunque no por ello mala. De haber sido otro tipo de serie, hecha por manos menos expertas, menos conscientes de hacer un buen trabajo, la cosa habría quedado como a algo ya visto, pero digamos que Fukunaga y el reparto logran que el conjunto no decaiga por tener que lidiar con un final que no acaba de estar a la altura del resto de la serie. Eso no quita mérito alguno a los responsables de esta producción, que resulta una de las más atractivas y definitorias de esta "Edad Dorada" de la TV que estamos viviendo.
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