Los Sacchetti, un matrimonio devastado por la muerte de su único hijo, Bobby, en un accidente de autmóvil, se trasladan a vivir a un tranquilo pueblo de Nueva Inglaterra, con el fin d eempezar de nuevo e intentar, en la medida de lo posible, superar el dolor por la pérdida. Al poco de instalarse, Annie, la esposa, empieza a vivir una serie de experiencias, que le hacen pensar que su querido hijo intenta hacerle señales desde el Más Allá. Su esposo, con el fin de evitar mayores discusiones de las que ya tienen, intenta mantener las distancias con tales sucesos, pero tras ser testigo de uno de estos episodios decide seguir los consejos de Annie y pedir consejo a una pareja de amigos, algo hippies ellos, que suelen andar metidos en espiritismo e historias similares. Lo que no saben ninguno de ellos es que lo que se oculta en la casa es algo mucho más terrible y poco tiene que ver, en teoría, con el malogrado Bobby.
Estupenda muestra de cine de horror que, contando con escasos medios pero unas enormes ganas de narrar, de forma inteligente, una clásica historia de horror, consigue un muy sincero homenaje al cine de género de los ochenta. Sirviéndose de una estética muy lograda y eficaz, el director, el debutante Ted Geogeghan, obtiene una pieza que inquieta desde la convicción y la plena identificación con el género y sus resortes, algo hoy por hoy poco habitual dentro del cine de terror actual, básicamente centrado en copiar, fotocopiar las más de las veces, los tópicos más habituales sin hacer esfuerzo alguno por darle la vuelta. La presencia, en el reparto, de actores como Barbara Crampton, Larry Fessenden, Monte Markham o una algo desmejorada Lisa Marie, antaño musa de Tim Burton, son otro acicate que ayuda a que "Todavía estamos aquí" funcione a un gran nivel.
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