lunes, 19 de agosto de 2013

SCALPS


Fred Olen Ray debuta como director a finales de los setenta, mediante el filme "The brain leeches", pero diversos problemas hacen que la película quede sin distribución. Más suerte correrá su segundo trabajo tras las cámaras, "The alien dead", una muy modesta película de extraterrestres invasores y zombies, protagonizada por Buster Crabbe, el intérprete de los seriales de Flash Gordon en los años cuarenta y que Ray rescató del limbo para darle una nueva, y última, oportunidad de salvar el mundo. Se trataba de rodajes hechos con muy poco presupuesto, con actores no profesionales o veteranos que accedían a la participar en la película como consecuencia de la naturaleza de fan fatal del género de su director. Antes de acceder a tomar posiciones de cierta importancia dentro de la serie B ochentera, Olen Ray afrontó el rodaje de "Scalps", su última aportación al cine de terror de tono más guerrillero.

"Scalps" es un buen ejemplo de los planteamientos sobre los cuales este buen hombre sustenta su labor como director y productor: un uso desmesurado del diálogo intrascendente, con objeto de rellenar cuanto más metraje mejor, más que nada porque no hay mucho dinero para efectos especiales, que hay que guardar para el final o para momentos muy puntuales; el reciclaje de elementos y decorados, propios o ajenos y su tendencia a imprimir un ritmo muy lento a sus películas que, aún siendo cortas, pueden hacerse muy largas y desesperantes. 
La película relata las desdichadas peripecias de unos estudiantes de arquelogía que, más preocupados por el
Careta del indio cabroncete
bebercio y el folleteo, acaban excavando en el sitio equivocado, provocando el cabreo del espíritu de un antiguo hechicero indio, que toma posesión del cuerpo de uno de los estudiantes, el cual dará buena cuenta de los otros...
Y ya está, este es el argumento de base de la película; a partir de aquí deben introducir los tres elementos anteriormente enunciados. Los actores hablan por los codos, de nimiedades, siendo interrumpidos por algún ruido o sombra que indica que yace un peligro ancestral. Cuando éste hace acto de presencia lo hace a través de un tipo vestido con una túnica y que lleva una máscara de león (¿?) que hace como una especie de mueca de asco, retorciendo la boca de una forma rara, rara, pero muy rara. Como ala parecer la cosa no debía impactar lo suficiente, Olen Ray complementa las apariciones de este sujeto mediante otras apariciones de un enmascarado, este sí, con una careta de indio de ojos fulgurantes, que aparece y desaparece en plan subliminal.
Los actores...Bueno, digamos que cumplen con los mínimos exigibles en este tipo de productos, pero cabe reseñar que en los primeros minutos de metraje, y haciendo de profesor, aparece Kirk Alyn, primer actor que ejerció el rol de Supermán en los seriales de los años cuarenta, y es que Olen Ray es un apasionado de los seriales y del cine barato más clásico. En  una aparición especial puede verse al mítico Forrest J. Ackerman, director de la mítica revista "Famous monster of filmland", una de las revistas de cabecera de los fans americanos en los años sesenta y setenta, y que aquí no tiene reparos en hacer propaganda de uno de sus libros de la forma más descarada que puedan llegar a imaginarse, además de mirarle el culo a la actriz que hace de secretaria sin reparo alguno. Al final, en los títulos de crédito, llega a anunciarse una secuela que, por motivos desconocidos, nunca se materializó.
Careta del león que aparece en momentos puntuales de la película, sin venir a cuento


No hay comentarios:

Publicar un comentario