Tras irse a pique su intento de adaptar a la gran pantalla la novela "En las montañas de la locura", de Lovecraft, uno de sus referentes, el mexicano Guillermo Del Toro, que ya venía escaldado tras haber abandonado el rodaje de "El hobbitt" sin ni tan siquiera haber rodado un fotograma, obtuvo luz verde para hacerse cargo de una superproducción que, si bien puede considerarse que no es del todo un proyecto personal, como si lo era en el caso de "En las montañas de la locura", sí puede decirse que le permite asentarse de forma definitiva en Hollywood, tanto es así que la Warner pronto le ha encomendado que se haga cargo de algunos superhéroes de la DC, con el fin de espabilarse de una puñetera vez y no dejarse adelantar por la Marvel, que de momento los adelanta de forma más que brutal.
A mí "Pacific rim" me recuerda aquella entrañable cinta de robots gigantes, "Robot jox" (1990), dirigida por mi siempre reverenciado Stuart Gordon. Aquella cinta, netamente de serie B, pero "con posibles", tuvo la mala suerte de coincidir con una crisis financiera galopante en Italia, país donde su productor, Charles Band, radicaba su actividad cinematográfica. La cinta permaneció dos años en el dique seco, antes de ser adquirida por otra compañía, que la distribuyó directamente al mercado de vídeo, donde tuvo su huequecito, no hay que negarlo, pero se quedó muy lejos del impacto que hubiera tenido de haberse estrenado en pantalla grande, como estaba previsto de manera inicial.
Por aquellas casualidades de la vida, las primeras noticias en prensa sobre la película de Guillermo Del Toro, indicaban que la cosa iba a ser una repetición de lo ocurrido con "Robot jox" más de veinte años antes. Los comentarios eran que la Warner no las tenía todas consigo, quer se presagiaba un fiasco monumental...Pero una vez vista, hay que dejar las cosas claras: estamos ante una película de indudable calidad, que Del Toro resuelve con su estimulante imaginería visual. No fue un fracaso monumental, como algunos agoreros pretendieron vaticinar a los cuatro vientos, y aunque tampoco arrasó en taquilla, no perdió dinero, algo que en Hollywood suelen tener siempre en consideración.
¿Defectos?. Pues su ñoñería; cuando Del Toro se pone a jugar a Spielberg le pierde un sentimentalismo que puede ser atroz. Nunca he entendido ese interés por el mundo infantil; en ocasiones, como en el caso del "Laberinto del fauno" (2008), la cosa funciona sobre ruedas, pero en productos que no ha dirigido, pero sí supervisado muy de cerca, caso de "No tengas miedo a la oscuridad" (2010), dan como resultado auténticos desmanes en forma de largometraje. En este caso, con el rollo de la pobre japonesa huérfana, toma un cáriz de dimensiones míticas, por mucho que un inmenso Idris Elba otorgue carta de nobleza a su personaje, un militar decidido a cumplir con su deber.
Una película entretenida, espectacular y para nada aburrida, pero que dista muy mucho de lo que uno puede esperar de su director.
Por cierto, sale Santiago Segura.
No hace falta decir nada más...
A mí "Pacific rim" me recuerda aquella entrañable cinta de robots gigantes, "Robot jox" (1990), dirigida por mi siempre reverenciado Stuart Gordon. Aquella cinta, netamente de serie B, pero "con posibles", tuvo la mala suerte de coincidir con una crisis financiera galopante en Italia, país donde su productor, Charles Band, radicaba su actividad cinematográfica. La cinta permaneció dos años en el dique seco, antes de ser adquirida por otra compañía, que la distribuyó directamente al mercado de vídeo, donde tuvo su huequecito, no hay que negarlo, pero se quedó muy lejos del impacto que hubiera tenido de haberse estrenado en pantalla grande, como estaba previsto de manera inicial.
Por aquellas casualidades de la vida, las primeras noticias en prensa sobre la película de Guillermo Del Toro, indicaban que la cosa iba a ser una repetición de lo ocurrido con "Robot jox" más de veinte años antes. Los comentarios eran que la Warner no las tenía todas consigo, quer se presagiaba un fiasco monumental...Pero una vez vista, hay que dejar las cosas claras: estamos ante una película de indudable calidad, que Del Toro resuelve con su estimulante imaginería visual. No fue un fracaso monumental, como algunos agoreros pretendieron vaticinar a los cuatro vientos, y aunque tampoco arrasó en taquilla, no perdió dinero, algo que en Hollywood suelen tener siempre en consideración.
¿Defectos?. Pues su ñoñería; cuando Del Toro se pone a jugar a Spielberg le pierde un sentimentalismo que puede ser atroz. Nunca he entendido ese interés por el mundo infantil; en ocasiones, como en el caso del "Laberinto del fauno" (2008), la cosa funciona sobre ruedas, pero en productos que no ha dirigido, pero sí supervisado muy de cerca, caso de "No tengas miedo a la oscuridad" (2010), dan como resultado auténticos desmanes en forma de largometraje. En este caso, con el rollo de la pobre japonesa huérfana, toma un cáriz de dimensiones míticas, por mucho que un inmenso Idris Elba otorgue carta de nobleza a su personaje, un militar decidido a cumplir con su deber.
Una película entretenida, espectacular y para nada aburrida, pero que dista muy mucho de lo que uno puede esperar de su director.
Por cierto, sale Santiago Segura.
No hace falta decir nada más...
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