Wes Craven ejerce funciones de productor ejecutivo en esta película de terror de bajo presupuesto que pretende ser un guiño a ciertos elementos y rostros del género de terror de los ochenta. Así, a lo largo de su hora y media de metraje, podemos encontranos con los caretos de gente como Robert Englund, Ted Raimi, Angus Scrimm, Kane Hodder o de Chris Lemmon, hijo del gran Jack, actor de trayectoria más bien olvidable pero que incursionó en el cine de terror de manera tangencial en diversos títulos. El fan más acérrimo sabrá encontrarle el punto a esta película que pretende reivindicar las esencias de la serie B videoclubera, pero sin nostalgias, simplemente disfrutando con la labor de reciclarlas como es debido.
Como villano de la función tenemos a Andrew Divoff, actor de rostro pétreo y siniestro, con amplia actividad tanto en la gran como en la pequeña pantalla, tanto en producciones de gran calado como en baratijas. Divoff, mediante su presencia física, así como su rostro de malvado de tebeo, realiza una composición a todas luces remarcable, que el propio actor no tuvo reparos en repetir, punto por punto, en la posterior "Faust" (2000), a las órdenes de Brian Yuzna. La protagonista, Tammy Lauren es otra habitual de la caja tonta, a la que se ha podido ver en cosas como "Walker Texas Ranger", junto al rompemandíbulas Chuck Norris. Dirige el cotarro Robert Kurtzman, reputado experto en maquillajes, quien junto a Howard Berger y Greg Nicotero fundó la KNB, compañía que ha venido desarrollando una larguísima labor dentro del cine Fantástico y de Terror. Interesado desde siempre en dirigir, Kurtzman abandonó el terceto poco más tarde de filmar esta cinta, iniciando una actividad como cineasta que no ha pasado de discreta, sin ofrecer títulos tan medianamente redondos como este "Wishmaster" que, por otro lado, generó tres secuelas francamente olvidables, aún cuando la segunda de ellas estuviera dirigida por un Jack Sholder en horas muy, pero que muy, bajas, casi arrastradas, lejos de los años dorados de "Hidden" (1988), y a un paso de filmar ese pestiño que es "Arachnid", sí, lo han adivinado, para Brian Yuzna.
Como villano de la función tenemos a Andrew Divoff, actor de rostro pétreo y siniestro, con amplia actividad tanto en la gran como en la pequeña pantalla, tanto en producciones de gran calado como en baratijas. Divoff, mediante su presencia física, así como su rostro de malvado de tebeo, realiza una composición a todas luces remarcable, que el propio actor no tuvo reparos en repetir, punto por punto, en la posterior "Faust" (2000), a las órdenes de Brian Yuzna. La protagonista, Tammy Lauren es otra habitual de la caja tonta, a la que se ha podido ver en cosas como "Walker Texas Ranger", junto al rompemandíbulas Chuck Norris. Dirige el cotarro Robert Kurtzman, reputado experto en maquillajes, quien junto a Howard Berger y Greg Nicotero fundó la KNB, compañía que ha venido desarrollando una larguísima labor dentro del cine Fantástico y de Terror. Interesado desde siempre en dirigir, Kurtzman abandonó el terceto poco más tarde de filmar esta cinta, iniciando una actividad como cineasta que no ha pasado de discreta, sin ofrecer títulos tan medianamente redondos como este "Wishmaster" que, por otro lado, generó tres secuelas francamente olvidables, aún cuando la segunda de ellas estuviera dirigida por un Jack Sholder en horas muy, pero que muy, bajas, casi arrastradas, lejos de los años dorados de "Hidden" (1988), y a un paso de filmar ese pestiño que es "Arachnid", sí, lo han adivinado, para Brian Yuzna.
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