A lo tonto, ya he llegado casi a las ciento sesenta reseñas, y tras hacer un repaso general a las mismas, he llegado a la conclusión de que he hablado bien poco de series televisivas. Básicamente la razón principal estriba en que un servidor de ustedes no tiene por costumbre seguir demasiadas series, más que nada por una cuestión de tiempo. Hoy en día la televisión estadounidense está viviendo una auténtica Edad de Oro, con producciones absolutamente imprescindibles, no voy a ponerlo en duda, pero hay tantas que suelo elegir aquellas que tengan capítulos autoconclusivos, tipo CSI, o "El mentalista", por una cuestión de incapacidad de seguir una serie. Ya lo sé, es un sacrilegio, pero repito que hay series, como "Juego de tronos", que poseen una lógica interna, un grado de elaboración, hoy por hoy inencontrables en el actual panorama del cine de Hollywood, excesivamente concentrado en remakes insustanciales, comedietas que dan vergüenza ajena y adaptaciones de personajes del cómic. Hay de todo, como en botica, pero el Hollywood actual ya hace tiempo que abandonó la creatividad, abrazando la causa del refrito. Y el refrito, en ocasiones, está bien, pero si abusas el colesterol se te pone por las nubes...
Tras este rollazo de introducción, les hablaré de una serie de TV que pudo haber sido todo un clásico dentro del reverdecer catódico que se produjo con la entrada del nuevo milenio, pero que se fue diluyendo, víctima de la huelga de guionistas, primero y, en una segunda fase, como consecuencia de una toma de decisiones a nivel de guión que provocaron una huída en masa de la audiencia. Tras una tercera temporada que quiso reconducir la situación pero solamente logró complicar aún más el argumento de base. Herida de muerte, la cuarta temporada supuso la triste coda final para una producción ambiciosa, innovadora, pero víctima de un equipo de guionistas especialmente inepto.
"Héroes" surgió del cerebrito de Tim Kring, profesional televisivo que hasta aquel momento había logrado cierto grado de reconocimiento mediante "Crossing Jordan", un serial que narraba las peripecias de un grupo de forenses de la ciudad de Boston, encabezados por la valerosa y perspicaz, además de muy tozuda, Jordan. Sin ser un "hit" en cuanto a audiencias, la serie funcionó lo bastante bien como para que los mandamases de la NBC mosatraran su interés a la hora de escuchar la propuesta de Kring, que consistía en adaptar los planteamientos estéticos, argumentales, del cómic de superhéroes, en especial del ubicado en la Marvel, presentando la historia de un grupo de personajes a los que, un eclipse, otorga unos dones, unos poderes, que también les provocan problemas de toda índole, haciendo que unos adopten el camino del Bien y otros del Mal...Aunque en ocasiones las líneas entre uno y otro queden, como siempre, muy difuminadas.
Tal y como he indicado más arriba, la serie tuvo una primera temporada espléndida, donde todos los elementos fueron puestos sobre la mesa con indudable estilo y capacidad. El capítulo piloto es, por sí solo, una joya, tanto a nivel visual como interpretativo. Estrenada en 2006, "Héroes" parecía destinada a marcar un antes y un después en lo que refiere a ficción televisiva. Pero he aquí que una huelga, la de guionistas, precipitó el principio del fin.
La huelga provocó que la segunda temporada constara de once episodios, la mitad de los habituales. En primera instancia no parecía que la cosa pudiera llegar a ser tan grave, pero pronto se hizo evidente que el argumento estaba tomando una ruta que cada vez se hacía más farragosa. El viaje en el tiempo de Hiro hasta el Japón feudal del siglo XVI tenía su gracia, pero la cosa avanzó por unos derroteros cada vez más folletinescos, en un ir y venir de personajes que parecían andar a la deriva, en espera de que los guionsitas se decidieran a tomar la decisión correcta, algo que generalmente pocas veces ocurría.
Como consecuencia de este estado de cosas, y llegados ya a la tercera temporada, el desmadre familiar de los Petrelli era más cosa de un "Falcon Crest" de estar por casa que no una historia de lealtades traicionadas. Pese a las notables interpretaciones de Robert Forster como padre de los dos hermanos alrededor de los cuales basculaba todo el drama familiar, así como de Adrian Pasdar como su hijo mayor, Nathan, el hecho es que la situación se fue liando de una forma tan exagerada que, ante el descenso en los índices de audiencia, la NBC instó a Kring a dejarse de referencias comiqueras e intentará ir hacia derroteros más de ciencia ficción al uso. Con esa pretensión en mente, el creador y "alma mater" de la serie se hizo con los servicios de Mike Richardson, fundador de la editorial Dark Horse, una de las independientes de mayor empaque dentro del mundo del cómic americano y que había ejercido funciones de consultor creativo en la nueva adaptación a televisión de "Galáctica". Richardson se puso a las manos con empeño, sacó a la serie del embrollo en el cual estaba encallada y la preparó para una nueva etapa de renacimiento.
Pero ya era demasiado tarde; la audiencia estaba claro que ya no respondía, más bien todo lo contrario, cada vez descendían más y más. El hecho de que personajes antes positivos se convirtieran en villanos perversos o viceversa, cuando no perdían interés pasando de ser personajes con entidad a meros comparsas humorísticos, determinó que la serie fuera perdiendo el favor de la audiencia de manera total y absoluta. La NBC certificó que la cuarta temporada sería la última. Tim Kring intentó evitar la cancelación tanto antes como después de que ésta se hiciera realidad, pero las circunstancias eran del todo inamovibles...Aunque últimamente se rumorea que la NBC anda con intenciones de resucitar la serie, incialmente en formato de episodios limitados (una miniserie, vamos) en un futuro no demasiado lejano.
"Héroes", al menos, sirvió como carta de presentación para un grupo de actores que luego han desarrollado una trayectoria ineteresante tanto en cine, caso de Zachary Quinto, convertido en Spock para la franquicia de Star Trek, como de la muy apetecible Hayden Panettiere, hoy en la serie "Nashville". Otros, como Milo Ventimiglia han quedado un tanto dejados de la mano de Dios, participando en producciones televisivas que no pasaron la criba. Un caso especialmente reivindicable sería el de Ali Larter, bella y talentosa actriz, que fue víctima de los vaivenes de los guionistas, que la fueron dejando de un personaje con interés a otro que apenas era un elemento sin sustancia en una trama argumental que apenas era una sombra de lo que fué...
Tras la cancelación, Tim Kring apostó de nuevo, y volvió a darse una nata, con "Touch", protagonizada por Kiefer Sutherland.
Un aspecto a destacar de esta serie es que contó con un equipo de directores de primer nivel, algunos de los cuales con experiencia en la pantalla grande, caso de John Badham o Ron Underwood, lo que facilitó que la serie poseyera un aspecto visual altamente atractivo y de mayor empaque. Pero, lamentablemente ello no sirvió para que el producto resultante fuera languideciendo de manera irreversible. Una pena.
Tras este rollazo de introducción, les hablaré de una serie de TV que pudo haber sido todo un clásico dentro del reverdecer catódico que se produjo con la entrada del nuevo milenio, pero que se fue diluyendo, víctima de la huelga de guionistas, primero y, en una segunda fase, como consecuencia de una toma de decisiones a nivel de guión que provocaron una huída en masa de la audiencia. Tras una tercera temporada que quiso reconducir la situación pero solamente logró complicar aún más el argumento de base. Herida de muerte, la cuarta temporada supuso la triste coda final para una producción ambiciosa, innovadora, pero víctima de un equipo de guionistas especialmente inepto.
"Héroes" surgió del cerebrito de Tim Kring, profesional televisivo que hasta aquel momento había logrado cierto grado de reconocimiento mediante "Crossing Jordan", un serial que narraba las peripecias de un grupo de forenses de la ciudad de Boston, encabezados por la valerosa y perspicaz, además de muy tozuda, Jordan. Sin ser un "hit" en cuanto a audiencias, la serie funcionó lo bastante bien como para que los mandamases de la NBC mosatraran su interés a la hora de escuchar la propuesta de Kring, que consistía en adaptar los planteamientos estéticos, argumentales, del cómic de superhéroes, en especial del ubicado en la Marvel, presentando la historia de un grupo de personajes a los que, un eclipse, otorga unos dones, unos poderes, que también les provocan problemas de toda índole, haciendo que unos adopten el camino del Bien y otros del Mal...Aunque en ocasiones las líneas entre uno y otro queden, como siempre, muy difuminadas.
Tal y como he indicado más arriba, la serie tuvo una primera temporada espléndida, donde todos los elementos fueron puestos sobre la mesa con indudable estilo y capacidad. El capítulo piloto es, por sí solo, una joya, tanto a nivel visual como interpretativo. Estrenada en 2006, "Héroes" parecía destinada a marcar un antes y un después en lo que refiere a ficción televisiva. Pero he aquí que una huelga, la de guionistas, precipitó el principio del fin.
La huelga provocó que la segunda temporada constara de once episodios, la mitad de los habituales. En primera instancia no parecía que la cosa pudiera llegar a ser tan grave, pero pronto se hizo evidente que el argumento estaba tomando una ruta que cada vez se hacía más farragosa. El viaje en el tiempo de Hiro hasta el Japón feudal del siglo XVI tenía su gracia, pero la cosa avanzó por unos derroteros cada vez más folletinescos, en un ir y venir de personajes que parecían andar a la deriva, en espera de que los guionsitas se decidieran a tomar la decisión correcta, algo que generalmente pocas veces ocurría.
Como consecuencia de este estado de cosas, y llegados ya a la tercera temporada, el desmadre familiar de los Petrelli era más cosa de un "Falcon Crest" de estar por casa que no una historia de lealtades traicionadas. Pese a las notables interpretaciones de Robert Forster como padre de los dos hermanos alrededor de los cuales basculaba todo el drama familiar, así como de Adrian Pasdar como su hijo mayor, Nathan, el hecho es que la situación se fue liando de una forma tan exagerada que, ante el descenso en los índices de audiencia, la NBC instó a Kring a dejarse de referencias comiqueras e intentará ir hacia derroteros más de ciencia ficción al uso. Con esa pretensión en mente, el creador y "alma mater" de la serie se hizo con los servicios de Mike Richardson, fundador de la editorial Dark Horse, una de las independientes de mayor empaque dentro del mundo del cómic americano y que había ejercido funciones de consultor creativo en la nueva adaptación a televisión de "Galáctica". Richardson se puso a las manos con empeño, sacó a la serie del embrollo en el cual estaba encallada y la preparó para una nueva etapa de renacimiento.
Pero ya era demasiado tarde; la audiencia estaba claro que ya no respondía, más bien todo lo contrario, cada vez descendían más y más. El hecho de que personajes antes positivos se convirtieran en villanos perversos o viceversa, cuando no perdían interés pasando de ser personajes con entidad a meros comparsas humorísticos, determinó que la serie fuera perdiendo el favor de la audiencia de manera total y absoluta. La NBC certificó que la cuarta temporada sería la última. Tim Kring intentó evitar la cancelación tanto antes como después de que ésta se hiciera realidad, pero las circunstancias eran del todo inamovibles...Aunque últimamente se rumorea que la NBC anda con intenciones de resucitar la serie, incialmente en formato de episodios limitados (una miniserie, vamos) en un futuro no demasiado lejano.
"Héroes", al menos, sirvió como carta de presentación para un grupo de actores que luego han desarrollado una trayectoria ineteresante tanto en cine, caso de Zachary Quinto, convertido en Spock para la franquicia de Star Trek, como de la muy apetecible Hayden Panettiere, hoy en la serie "Nashville". Otros, como Milo Ventimiglia han quedado un tanto dejados de la mano de Dios, participando en producciones televisivas que no pasaron la criba. Un caso especialmente reivindicable sería el de Ali Larter, bella y talentosa actriz, que fue víctima de los vaivenes de los guionistas, que la fueron dejando de un personaje con interés a otro que apenas era un elemento sin sustancia en una trama argumental que apenas era una sombra de lo que fué...
Tras la cancelación, Tim Kring apostó de nuevo, y volvió a darse una nata, con "Touch", protagonizada por Kiefer Sutherland.
Un aspecto a destacar de esta serie es que contó con un equipo de directores de primer nivel, algunos de los cuales con experiencia en la pantalla grande, caso de John Badham o Ron Underwood, lo que facilitó que la serie poseyera un aspecto visual altamente atractivo y de mayor empaque. Pero, lamentablemente ello no sirvió para que el producto resultante fuera languideciendo de manera irreversible. Una pena.
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