Fogueados en el campo del guión mediante sus libretos para diversos episodios, por otro lado memorables, de la gran teleserie "Expediente X", James Wong y Glen Morgan tuvieron la oportunidad de tener su propia serie televisiva, "Space, above and beyond", un producto que intentaba retornar a los territorios de la "space opera" de tono más militarista, pero que no halló su hueco en la jungla catódica, siendo fulminada a las primeras de cambio. Ni cortos ni perezosos, los dos guionistas pusieron sus ojos en la pantalla de grandes dimensiones, que por aquel entonces aún tenía algún valor, e hicieron el camino a la inversa d elo que, hoy por hoy, se hace en el panorama hollywoodiense, saltaron al cine.
El resultado de sus desvelos fue este "Destino final" (2000), una producción que se sumaba a la vorágine de películas de terror adolescentes que, espoleada por el inusitado éxito comercial de "Scream" (1996), y sus sucesivas secuelas, saltó a inundar las pantallas de productos inocuos, como fue el caso de "Sé lo que hicisteis el último verano" (1998), que a su vez dio lugar a una secuela de menor calado, que ya es decir, o "leyenda urbana" (2000), que más o menos resultó dar los mismos frutos, pero aún peores en cuanto a resultados.
El caso de "Destino final" es especial en el sentido de que sus responsables, al menos, se esforzaron por hacer algo medianamente digno, no muy original, es cierto, pero que tampoco molesta ni resulta un insulto a la intelgiencia del, en ocasiones, sufrido aficionado al género. El filme posee una especie de efervescencia interna, de dinamismo, que la convierte en una película entretenida, en la que incluso el en ocasiones abofeteable Seann Michael Scott, luego lanzado con "American pie" y secuelas, funciona con sus gracietas de imbécil integral.
Su sorprendente éxito en las taquillas de la mayor parte del mundo hizo que la New Line, acostumbrada a hacer secuelas de casi cualquier cosa que oliera a terror, iniciara una franquicia que, como suele ocurrir en estos casos, fue denigrando la curiosa premisa inicial hasta convertirla en una especie de excusa para el despliegue de muertes gore y cada vez más espectaculares, más por absurdas que no por otra cosa. Es evidente que la cosa no era para tanto, pero el hecho es que la New Line fabricó cuatro secuelas más, exprimiendo en lugo hasta en una quinta entrega que se servía de las 3 dimensiones para darle un empujoncito en las recaudaciones.
En el reparto destaca la presencia de la hermosa Ali Larter, actriz que luego ganó coerta notoriedad gracias a su papel en la fallida serie de TV "Héroes", así como Kerr Smith, otro actor de procedencia catódica, en su caso de "Dawson crece", y que luego se dejó ver en la resultona "Un San Valentín sangrienton 3D". Del protagonista, Devon Sawa...Pues poco más hizo el muchacho, aparte de algún "thriller" para la pequeña pantalla y paren ústedes de contar.
El resultado de sus desvelos fue este "Destino final" (2000), una producción que se sumaba a la vorágine de películas de terror adolescentes que, espoleada por el inusitado éxito comercial de "Scream" (1996), y sus sucesivas secuelas, saltó a inundar las pantallas de productos inocuos, como fue el caso de "Sé lo que hicisteis el último verano" (1998), que a su vez dio lugar a una secuela de menor calado, que ya es decir, o "leyenda urbana" (2000), que más o menos resultó dar los mismos frutos, pero aún peores en cuanto a resultados.
El caso de "Destino final" es especial en el sentido de que sus responsables, al menos, se esforzaron por hacer algo medianamente digno, no muy original, es cierto, pero que tampoco molesta ni resulta un insulto a la intelgiencia del, en ocasiones, sufrido aficionado al género. El filme posee una especie de efervescencia interna, de dinamismo, que la convierte en una película entretenida, en la que incluso el en ocasiones abofeteable Seann Michael Scott, luego lanzado con "American pie" y secuelas, funciona con sus gracietas de imbécil integral.
Su sorprendente éxito en las taquillas de la mayor parte del mundo hizo que la New Line, acostumbrada a hacer secuelas de casi cualquier cosa que oliera a terror, iniciara una franquicia que, como suele ocurrir en estos casos, fue denigrando la curiosa premisa inicial hasta convertirla en una especie de excusa para el despliegue de muertes gore y cada vez más espectaculares, más por absurdas que no por otra cosa. Es evidente que la cosa no era para tanto, pero el hecho es que la New Line fabricó cuatro secuelas más, exprimiendo en lugo hasta en una quinta entrega que se servía de las 3 dimensiones para darle un empujoncito en las recaudaciones.
En el reparto destaca la presencia de la hermosa Ali Larter, actriz que luego ganó coerta notoriedad gracias a su papel en la fallida serie de TV "Héroes", así como Kerr Smith, otro actor de procedencia catódica, en su caso de "Dawson crece", y que luego se dejó ver en la resultona "Un San Valentín sangrienton 3D". Del protagonista, Devon Sawa...Pues poco más hizo el muchacho, aparte de algún "thriller" para la pequeña pantalla y paren ústedes de contar.
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