domingo, 3 de noviembre de 2013

TIEMPOS DUROS PARA DRÁCULA

¿Qué es lo peor que puede sucederle a una comedia? Que no haga gracia. Y este es el problema de "Tiempos duros para Drácula" (1976), estrafalaria coproducción hispano-argentina que se pretende seguidora de la senda abierta por la memorable "El jovencito Frankenstein" (1973) de Mel Brooks, quedándose en un artefacto más raro que un perro verde, del que solamente se salva la interpretación de José Luís Lifante, eterno secundario del cine español en, creo, su única actuación como protagonista absoluto, encarnando a Drácula, papel que ya había realizado para teatro por aquel entonces, en una producción que, muy probablemente, era mucho más digna y redonda que este desastre.
La película narra las vicisitudes de un Drácula que no tiene problemas para caminar bajo la cálida luz del Sol, que pierde su castillo por problemas económicos y que debe ganarse los garbanzos mediante mil y una maneras, que por lo general salen bastante mal. La idea, he de suponer, es que tales situaciones deberían ser cómicas, pero están rodadas con tan mala pata, que uno no acaba de entender exactamente cuáles eran las intenciones de los guionistas, el propio Darnell, acompañado de un tal Solly Wolodarsky, hacer una comedia o cargarse directamente el cine de vampiros. Porque realmente hay escenas que provocan verdadera vergüenza ajena, resueltas de la peor manera posible...Lo único positivo estriba en su duración, cerca de una hora y cuarto, que tampoco sirve de consuelo, porque puede hacerse interminable dado el "nivel" del conjunto.
El argentino Jorge Darnell debutó en tareas directivas en 1963, en su país de origen, con la película "El despertar del sexo". A mediados de los setenta recaló por estas tierras, donde filmó "El juego del Diablo" (1975), una imitación (una de las muchas, por lo general malas) de "El exorcista" (1973) de William Friedkin. Por los datos que he podido reunir, parece ser que la de Darnell pasa por ser una de las peores. En lo referente a "Tiempos duros para Drácula" baste decir que sus posterior explotación comercial fue pésima, por no decir directamente nefasta, estrenándose cuatro años después de su realización en cines de barrio. Su nula repercusión comercial afectó a la trayectoria profesional de su director, que tardaría veinte años en volver a ponerse tras la cámara, filmando "Veredicto final" (1996), producción argentina que se rodó en escenarios estadounidenses, en concreto Miami, y que tampoco despertó el más mínimo interés comercial, lo que enterró definitivamente la carrera de su director.
"Tiempos duros para Drácula" es pues una película que no posee mayores atractivos que los que proporciona ver a ese sólido intérprete de carácter que es Ruíz Lifante encarnando a un Drácula con estilo y convicción...Lástima que la película no esté a su misma altura, rayando en la tomadura de pelo, en el insulto al género.  
Comparativa que muestra el parecido físico entre José Luís Lifante y Christopher Lee, evidenciando, una vez vistas sus aportaciones como Drácula, que el primero es un digno Rey de los vampiros...aunque lo hizo en una película que no se merecía contar con su notable aplomo como no muerto. En cualquier caso sirvan estas líneas como homenaje a este actor catalán todoterreno, nacido en Barcelona en 1943, con una amplísima labor en teatro, televisión y cine. 


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