Bien, tras unos días algo complicadillos, vuelvo a las actividades blogueriles. Al estar tantos días sin postear se ha producido cierta acumulación de material, por lo que la idea es que este fin de semana intentaré ponerme un tanto al día. Es por esta razón que la reseña de libros es hoy doble; por un lado tenemos una biografía de Peter Cushing, escrita por Juan Manuel Corral, quien ya dedicó otro volumen a contar las gracias y desgracias de la otra gran figura del género en las Islas Británicas, Christopher Lee.
"Peter Cushing, el barón de la interpretación", publicado por el sello especializado en libros de cine "T&B" es un recorrido por la vida y milagros del gran actor Peter Cushing (1913-1994), coincidiendo con el hecho de que este año se ha venido celebrando el centenario de su nacimiento. El volumen realiza un profundo repaso a su actividad en teatro, televisión y cine, desde sus primeros intentos por hacerse un hueco en los escenarios teatrales, pasando a su (fallida) aventura en Hollywood, donde participó en algunas películas sin lograr establecerse como actor, circunstancia que le llevó a regresar a la Gran Bretaña, donde se erigió en estrella de la pequeña pantalla, entonces en sus estertores. Su vinculación al Fantástico vendrá dada por sus dos papeles más señeros e inolvidables: el temible Victor Frankenstein, que interpretó a las órdenes de Terence Fisher en la mayestática "La maldición de Frankenstein" (1957), y por ser Van Helsing, tenaz némesis del inolvidable Drácula encarnado por su gran amigo Christopher Lee, de nuevo bajo la batuta de Fisher, en 1958. Hombre de modos caballerescos, profesional exquisito, que nunca levantó la voz ni habló mal de nadie, Cushing fue un hombre que si vivió fue por su amor al trabajo y a su esposa, Helen, el fallecimiento de la cual, en 1972, lo dejó devastado, incluso pensando en la posibilidad del suicidio. Por fortuna, la intercesión de varios de sus amigos evitó tal tragedia, permaneciendo aún dos décadas en activo, aunque manteniendo una especie de fino hilo de conexión con el espíritu de su difunta esposa, con la que deseaba reunirse cuanto antes. En 1977, su intervención como villano en "La guerra de las galaxias" le convertiría de nuevo en un intéprete a considerar. Humilde hasta decir basta, Cushing mantuvo siempre la compostura, sin alardear. En 1986, con "Biggles", dirigida por John Hough, se despedía de la actividad interpretativa. Desde entonces, hasta su muerte, en 1994, se dedicó a una vida tranquila y sin demasiados sobresaltos, sencillamente esperando reunirse con Helen, el amor de su vida.
"Sexo, mentiras y Hollywood", editado por Anagrama, es la imprescindible segunda entrega de "Moteros tranquilos, toros salvajes", el descarnado retrato que el periodista y comentarista cinematográfico dedicó a la década de los setenta en Hollywood, con la eclosión de cineastas como Coppola, Scorsese, Lucas o Brian DePalma, además de Spielberg. En este volumen, la acción arranca a finales de los ochenta, cuando Robert Redford funda las bases que sustentaran el Festival de Cine de Sundance, cuna del llamado Cine Independiente Americano, cuyo impacto inicial vendrá asestado por Steven Soderbergh con su debut "Sexo, mentiras y cintas de vídeo" (1989), hasta que Tarantino revuelva los cimientos del mismo con "Reservoir dogs" (1992). Aparentemente las dos cintas tienen poco en común, pero sí que tienen un nexo de unión: los hermanos Weinstein: Harvey y Bob. Mediante su sello Miramax, los dos hermanos pasarán de ser ser simples distribuidores de películas europeas de arte y ensayo, con cuyos (pocos) beneficios, producían alguna que otra película propia, a codearse con los grandes estudios de la Meca del Cine. Por el camino, los Winstein no tendrán escrúpulos ni respeto alguno hacia nada ni nadie. Estamos hablando de los tipos que lograron desquiciar a Martin Scorsese durante el rodaje de "Gangs of New York", de maltratar (así como suena) a Guillermo Del Toro en el proceso de elaboración de "Mimic" o lanzar una campaña de desprestigio contra Spielberg, boicoteando "Salvar al soldado Ryan" en beneficio de "Shakespeare enamorado", película que ellos coprodujeron junto a la Universal. Algunos pasajes del volumen son realmente brutales, y ponen de manfiesto el grado de ruindad que se vive en Holliwood, en especial si caes en manos de estos dos hermanos...Un libro absolutamente recomendable si se quiere saber como funcionan las bambalinas hollywoodienses. Da escalofríos.
"Peter Cushing, el barón de la interpretación", publicado por el sello especializado en libros de cine "T&B" es un recorrido por la vida y milagros del gran actor Peter Cushing (1913-1994), coincidiendo con el hecho de que este año se ha venido celebrando el centenario de su nacimiento. El volumen realiza un profundo repaso a su actividad en teatro, televisión y cine, desde sus primeros intentos por hacerse un hueco en los escenarios teatrales, pasando a su (fallida) aventura en Hollywood, donde participó en algunas películas sin lograr establecerse como actor, circunstancia que le llevó a regresar a la Gran Bretaña, donde se erigió en estrella de la pequeña pantalla, entonces en sus estertores. Su vinculación al Fantástico vendrá dada por sus dos papeles más señeros e inolvidables: el temible Victor Frankenstein, que interpretó a las órdenes de Terence Fisher en la mayestática "La maldición de Frankenstein" (1957), y por ser Van Helsing, tenaz némesis del inolvidable Drácula encarnado por su gran amigo Christopher Lee, de nuevo bajo la batuta de Fisher, en 1958. Hombre de modos caballerescos, profesional exquisito, que nunca levantó la voz ni habló mal de nadie, Cushing fue un hombre que si vivió fue por su amor al trabajo y a su esposa, Helen, el fallecimiento de la cual, en 1972, lo dejó devastado, incluso pensando en la posibilidad del suicidio. Por fortuna, la intercesión de varios de sus amigos evitó tal tragedia, permaneciendo aún dos décadas en activo, aunque manteniendo una especie de fino hilo de conexión con el espíritu de su difunta esposa, con la que deseaba reunirse cuanto antes. En 1977, su intervención como villano en "La guerra de las galaxias" le convertiría de nuevo en un intéprete a considerar. Humilde hasta decir basta, Cushing mantuvo siempre la compostura, sin alardear. En 1986, con "Biggles", dirigida por John Hough, se despedía de la actividad interpretativa. Desde entonces, hasta su muerte, en 1994, se dedicó a una vida tranquila y sin demasiados sobresaltos, sencillamente esperando reunirse con Helen, el amor de su vida.
"Sexo, mentiras y Hollywood", editado por Anagrama, es la imprescindible segunda entrega de "Moteros tranquilos, toros salvajes", el descarnado retrato que el periodista y comentarista cinematográfico dedicó a la década de los setenta en Hollywood, con la eclosión de cineastas como Coppola, Scorsese, Lucas o Brian DePalma, además de Spielberg. En este volumen, la acción arranca a finales de los ochenta, cuando Robert Redford funda las bases que sustentaran el Festival de Cine de Sundance, cuna del llamado Cine Independiente Americano, cuyo impacto inicial vendrá asestado por Steven Soderbergh con su debut "Sexo, mentiras y cintas de vídeo" (1989), hasta que Tarantino revuelva los cimientos del mismo con "Reservoir dogs" (1992). Aparentemente las dos cintas tienen poco en común, pero sí que tienen un nexo de unión: los hermanos Weinstein: Harvey y Bob. Mediante su sello Miramax, los dos hermanos pasarán de ser ser simples distribuidores de películas europeas de arte y ensayo, con cuyos (pocos) beneficios, producían alguna que otra película propia, a codearse con los grandes estudios de la Meca del Cine. Por el camino, los Winstein no tendrán escrúpulos ni respeto alguno hacia nada ni nadie. Estamos hablando de los tipos que lograron desquiciar a Martin Scorsese durante el rodaje de "Gangs of New York", de maltratar (así como suena) a Guillermo Del Toro en el proceso de elaboración de "Mimic" o lanzar una campaña de desprestigio contra Spielberg, boicoteando "Salvar al soldado Ryan" en beneficio de "Shakespeare enamorado", película que ellos coprodujeron junto a la Universal. Algunos pasajes del volumen son realmente brutales, y ponen de manfiesto el grado de ruindad que se vive en Holliwood, en especial si caes en manos de estos dos hermanos...Un libro absolutamente recomendable si se quiere saber como funcionan las bambalinas hollywoodienses. Da escalofríos.
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