
Bien, digámoslo ya, "Lucy" es una película visualmente brillante, creo que de lo mejor que ha filmado Luc Besson en su carrera, pero también hay que dejar clara una cosa: es una ida de la olla que se va por los cerros de Úbeda hacia su tramo final, que no desvelaré, en el que se sitúa una portentosa secuencia que es de aquellas que quedan ya como básicas dentro del género.
Lo mejor de esta película reside en que posee un ritmo portentoso, quizá un tanto desquiciado, pero que sumado a su ropaje de serie B del todo desprejuicida, acaba por dar como producto final una cinta realmente brillante, que en su hora y media de metraje no deja espacio a los tiempos muertos, proporcionando un nivel de diversión y disfrutes que la convierten en una de esas películas que, sin lugar a dudas, acabarán por convertirse en referencia del Fantástico en los años que nos vienen. Puede que su desenfreno haga que el espactador se quede un tanto embarullado, pero Besson, que parece estar en un estado de forma enviadiable, tras una temporada francamente para olvidar, lo resuelve con un pulso majestuoso. En unos tiempos en que para contar cualquier nimiedad el director de turno necesita más de dos horas, el responsable de "El quinto elemento" (1998) lo ajusta a una muy bien aprovechada hora y media, que le basta y le sobra para poner en antecedentes al espectador y llevarle hasta los confines del Universo en un abrir y cerrar de ojos. E incluye el viaje de vuelta, evidentemente. Además de a Scarlett Johansson. ¿Se le puede pedir más a una película? Personalmente creo que no.
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