martes, 8 de octubre de 2013

EL DENTISTA

Alan Feinstone es un reputado dentista, apreciado por su profesionalidad y sentido de la responsabilidad, pero la verdad es que su estado mental empieza a agrietarse cosa mala cuando las sospechas con respecto a la infidelidad de su esposa con el tío que limpia la piscina quedan más que demostradas, siendo testigo directo de los escarceos de la pareja. Fuera de sí, Feinstone se vengará de su esposa, pero no contento con eso, la emprenderá con sus clientes, que serán víctimas de su ira descontrolada. No es que las caries pasen a mejor vida, es que serán ellos mismos quienes lo hagan, más que nada porque el bueno de Feinstone les hace unos arreglos de los que dejan huella...
Antes de trasladarse a nuestro país donde, bajo los auspicios de la compañía Filmax iniciaría las actividades de la "Fantastic factory", con resultados entre irregulares y pésimos, aunque animados por la revelación de talentos como Jaume Balagueró o Paco Plaza, Brian Yuzna enlató esta muestra de cine gore de serie B, una especie de retorno a los postulados del bajo presupuesto que el propio Yuzna impuso en los ochenta, gracias a títulos tan señeros, e inolvidables, como "ReAnimator" (1985) o "ReSonator" (1986), ambos filmes dirigidos por un director del todo reivindicable, Suart Gordon, gran amigo de Yuzna, y que aquí ejerce de co-guionista junto a Charles Finch (además de apuntarse a la  "Fantastic factory" española firmando "Dagón" (2002), otra incursión en el universo lovecraftiano que quedó como una de las aportaciones más compactas de cuantas surgieron de dicha aventura fílmica, salvando las debidas distancias con las filmadas por los cineastas hispanos anteriormente citados).

Corbin Bernsen a punto de hacerle un empaste a un pobre desdichado
En su faceta como director, Brian Yuzna se labró cierto culto gracias a "Society" (1989) una crítica hacia ciertos aspectos de la alta sociedad californiana, pero es más probable que el aficionado le tenga más en cuenta por "la novia de ReAnimator" (1990), interesante secuela del filme dirigido por su colega Stuart Gordon en 1985 que, si bien no supera al original, posee el suficiente grado de empaque e interés como para que sea tenido en consideración. Ya en tierras españolas, pueden destacarse cosas como "Faust", que dentro de sus limitaciones, tiene su gracia, pero es mejor dejar de lado cosas como la muy horrenda "beyond ReAnimator", innecesaria revisitación del personaje de Lovecraft, con Santiago Segura dando su habitual ración de mal gusto pachanguero. Peores, si era posible llegar atales niveles de bajeza cualitativa, son las nefastas "Rottweiller" y "Bajo aguas tranquilas", títulos que certificaron el acta de defunción de la colaboración entre el realizador estadounidense de origen filipino y la productora catalana Filmax.
Volviendo a este "El dentista", cabe destacar la gran labor interpretativa del actor Corbin Bernsen, conocido especialmente por su labor en la pequeña pantalla, y que aquí elabora una actuación meritoria, y la presencia en funciones de productor, del canadiense Pierre David, otrora financiador de los primeros trabajos de su compatriota David Cronenberg y, más tarde, produciendo baratijas directas a vídeo tan nutritivas para el buen seguidor de la serie B videoclubera como lo son ésta o "Wishmaster".
Hubo secuela, de nuevo con Yuzna tras la cámara y Bernsen ante ella, pero los resultados, óptimos, no se repitieron, quedando como una propuesta derivativa e innecesaria.

La esposa del Dr. Feinstone tras recibir tratamiento dental gratuito de su marido...No apto para personas con las encías sensibles.


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