Producción destinada al mercado de DVD, pero con altos niveles artísticos y técnicos, gracias a contar con la producción ejecutiva de Bryan Singer, director de "Sospechosos habituales" o "X Men" y su secuela, "X Men 2", que apoyó de este modo el debut como director del hasta entonces guionista Michael Dougherty, quien escribió la segunda de las peripecias fílmicas de los mutantes marvelianos.
"Truco o trato" pretende ser, y lo consigue de pleno, un homenaje a tan señalada festividad, la de Halloween, así como al cine de terror más tradicional y sin perder creatividad ni sentido común en el empeño. Su envoltorio de serie B fiel a unos principios estéticos y narrativos, recuperando la tradición del cine de episodios que compañías tan entrañables como la Amicus convirtieron en marca registrada, hacen de ella una "rara avis" entre tanto refrito y tanta secuela sin gracia. Su limitada distribución la han convertido en pieza de culto, pero más eso, "Truco o trato" es un canto hacia una manera de entender el cine de terror hoy por hoy lamentablemente en desuso. En unos tiempos en que se reivindica el cine de los ochenta, Dougherty realiza un filme que asume la estética ochentera con sumo placer y, además, con un alto sentido de la responsabilidad. A ello ayuda, y mucho, un reparto de alto nivel, así como diseño de producción imaginativo y utilizado con suprema maestría. Que una película de tamaña categoría tuviera que convertirse en mero lanzamiento en DVD, sin pasar por cines, es una triste ilustración de cómo está actualmente el panorama del género fantástico...
Anna Paquin (de la serie "True blood") en una curiosa variación del cuento de la "caperucita roja", uno de los platos fuertes de "Truco o trato" |
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