martes, 14 de enero de 2014

BLOOD DOLLS

Un multimillonario ve como sus planes financieros se van al traste por culpa de la alianza de un grupo de inversores. Decidido a vengarse, se sirve de un pequeño ejército de muñecos con vida propia, que asumen ciegamente sus órdenes. El problema es que uno de esos inversores, una tan bella como ambiciosa empresaria, será un hueso duro de roer…
Delirio “made in” Charles Band (produce, escribe argumento y guión, bajo el seudónimo de Robert Talbot y dirige el cotarro) que pone sobre la mesa dos de sus principales querencias: el rodar con presupuestos muy bajos y la presencia de muñecos controlados mentalmente por el villano de turno, en este caso un hombre de negocios todopoderoso que oculta un peculiar secreto, pues oculta su rostro mediante una máscara porque nació con una cabeza muy pequeña aunque, eso sí, con un cerebro privilegiado.
Si uno está acostumbrado al cine de Charles Band, tanto si lo dirige, como si solamente lo produce, digamos que “Blood dolls” (1999) no sorprende. Su escasez de medios, su planteamiento de serial barato, hacen de ella una película hasta cierto punto simpática, que no resulta tan vergonzosa como sus contemporáneas, caso de “Curse of Puppett master” (2002), estrenada en vídeo por las mismas fechas aunque dirigida por otro habitual de la factoría Band, David DeCoteau. Su tono de cómic al estilo “Creepy”, al menos en mi caso, le otorga un alto grado de valor, que supera con creces el nivel de desfachatez de la sexta entrega de los muñecos asesinos “oficiales” de la casa, perpetrado por el muy peligroso firmante de “Creepozoides” (1987).
El reparto está formado por un grupo de ilustres desconocidos, aunque algunos de ellos con cierto bagaje en productos de similar calaña. El único que puede ser medianamente conocido por el cinéfilo más habituado al cine fantástico, sea o no de vertiente B, sea Phil Fondacaro, actor de pequeña estatura, que trabajó haciendo de ewok en “El retorno del Jedi” (1983/Richard Marquand), o en el “Willow” (1988/Ron Howard), y que, un par de año antes, ya había colaborado con Band interviniendo, en el rol de un Drácula, un tanto peculiar, en otro filme dirigido, escrito y producido por éste: “The creeps”.

Por último indicar que el año pasado se completó el rodaje de “Devil dolls”, de nuevo una producción de Charles Band, en la que comparte tareas de dirección junto a otro nombre “ilustre” de la empresa como es Peter Manoogian, responsable de “Semilla negra” (1992). Por el momento se desconoce si dicha película tendrá una distribución digna de tal consideración, pero es complicado que llegue por estos lares, por cuanto hace ya tiempo que las películas de esta productora no llegan con la puntualidad de antaño.
   
Al igual que en la saga de Puppett Master, una de las más exitosas franquicias de la factoría Band, la presencia de muñecos asesinos forma parte muy estrecha en su argumento, lo que da la impresión de que la idea del productor, guionista y director era dar inicio a una nueva saga, aunque esto solamente son especulaciones...Eso sí, el diseño de los muñecos es muy similar, como si fueran descartados de la ya citada saga "oficial".

No hay comentarios:

Publicar un comentario