viernes, 24 de enero de 2014

KILLER BARBYS

Una banda de rock decide pasar la noche en una casa habitada por una condesa, ya anciana y decadente, que encuentra en los jóvenes la materia prima esencial para recueprar su juventud y esplendor. Ayudada por un par de sicarios, uno especialmente sádico (Aldo Sambrell) y otro tonto de capirote (Santiago Segura), la condesa irá cometiendo una escabechina entre los componentes de la banda de rock…
En 1996, y en un momento profesional un tanto complicado(*), Jesús Franco logró la financiación necesaria para poner en marcha un guión que llevaba tiempo durmiendo el sueño de los justos en un cajón de su despacho. Con todo, para lograr poner en marcha la película, Franco tuvo que hacer ciertas concesiones a los que proporcionaban la “pela”. Al tratarse de una discográfica, Subterfuge Records, éstos impusieron la presencia en el rol protagonista de los componentes del grupo musical “Killer Barbys”, por aquel entonces con cierta presencia dentro de la escena musical independiente española, entonces muy en boga, dando preeminencia a las canciones de la dicha banda. A estos les acompañan actores tan diferentes como la italiana Miriangela Giordano, Aldo Sambrell, actores bregados en la serie B europea más o menos de empaque, y un Santiago Segura en sus primeros días de cierta popularidad mediática.
A pesar de esta concesión, “Killer Barbys” es una película cien por cien franquiana, que en su momento se encuadró en el resurgir del cine español representado por “El día de la Bestia” (1995/Alex DelaIglesia). La presencia de Santiago Segura, al que sus Torrentes aún le quedaban lejos, no es para nada casual, pues la idea era atraer a la misma clase de público. El hecho es que esto llegó a ocurrir, aunque debe decirse que más de uno, y más de dos, se sintieron bastante desconcertados con el resultado final que se vio en pantalla, aunque, como ya he dicho, la película no engaña a todo aquel que esté iniciado en los parámetros del cine cultivado por el director de “Los ojos del Dr. Orloff” (1973).
Así pues, estamos ante una película que, sirvió para que las nuevas generaciones conocieran a uno de los directores más heterodoxos del cine español y, por extensión europeo, por más que lo hicieran a través de una película tan poco lustrosa como ésta, preámbulo del renacimiento profesional de su director, que a partir de entonces mantendría un ritmo de producción casi endiablado. Al año siguiente dirige “Tender flesh”, primera de las once películas consecutivas que rodará, sin solución de continuidad, para el sello estadounidense On Shot, editor de la revista “Draculina”, publicación americana dedicada a glosar la vida y milagros de las actrices más neumáticas de la serie B y Z yanqui y de la Vieja Europa. Si “Killer Barbys” es una película caótica, desarmante en su desnudez de narrativa y complejidad, “Tender flesh”, que contó con una primera distribución videográfica directamente en inglés y sin subtítulos (tampoco es que el guión tenga demasiada importancia) es, por comparación, mucho peor, lo que ya es decir.
La presencia de la citada One Shot permitió que algunas de las grandes “starlettes” del terror barato estadounidense hicieran acto de presencia en Málaga, lugar de residencia de Jesús Franco, para rodar sus desvaríos, en los que adaptó el formato de vídeo digital para abaratar costes. A esta etapa pertenecen “Mari Cookie y la tarántula asesina” (1997), una por momentos alucinante cinta de ciencia ficción con las muy apetitosas Michelle Bauer y Linnea Quigley, además de Monique Parent, ya presente en “Tender flesh” (recuperada en DVD por el sello Vellavisión con un doblaje realizado por el propio Franco, que deja claro que los diálogos, aún en inglés, eran alucinantes)  así como la siempre presente Lina Romay, musa de Franco y desgraciadamente ya desaparecida, al igual que el realizador madrileño.  Otro título de esta etapa puede citarse, por suponer un punto y aparte con respecto al cine de terror, sería “Seda roja” (1999), un “thriller” de espías de nuevo con Lina Romay y la incorporación de Christie Levin…
En 2002 llega a festivales especializados la secuela, “Killer Barbys contra Drácula”, una coproducción hispanoalemana, de nuevo con la citada banda y Aldo Sambrell, al que se suma Dan Van Husen, antaño un secundario muy habitual en el cine de Franco.
Imagen de "Killer Barbys" de Jesús Franco película que, si bien sirvió para "resucitar" profesionalmente a su director, no posee cualidades cinematográficas dignas de tal consideración, siendo más bien un producto coyuntural, en un momento en que la (mal)llamada "cultura basura", a mediados de los noventa, pretendía vender la serie B (o lo que se consideraba que era muy de serie B). Como todos sabemos, dicha moda duró lo que dura una estrella fugaz...Afortunadamente, todo sea dicho de paso.  


 (*) Franco llevaba cuatro años sin dirigir, siendo su última realización "Ciudad baja" ("Downtown heat"/1992), un filme de acción rodado de encuadres televisivos y muy escasa repercusión comercial. En 1995 se estrena su montaje del Quijote de Orson Welles (no olvidemos que Franco fue ayudante de dirección del genio en "Campanadas a medianoche" ("Chimes at midnight"/1965)), que levanta ampollas desde ciertos sectores de la crítica más inmovilista española, así como entre estrechos colaboradores de Welles de aquella época, caso de Juan Cobos,  que a la sazón también estuvo presente en el citado rodaje, en calidad de asistente. Dicho recibimiento, ni que decir tiene, está más vinculado a la escasa simpatía hacia el director que no por la tarea realizada, algo bastante habitual, por desgracia en este país...  

No hay comentarios:

Publicar un comentario