Una banda de rock decide pasar la
noche en una casa habitada por una condesa, ya anciana y decadente, que
encuentra en los jóvenes la materia prima esencial para recueprar su juventud y
esplendor. Ayudada por un par de sicarios, uno especialmente sádico (Aldo
Sambrell) y otro tonto de capirote (Santiago Segura), la condesa irá cometiendo
una escabechina entre los componentes de la banda de rock…
En 1996, y en un momento
profesional un tanto complicado(*), Jesús Franco logró la financiación necesaria
para poner en marcha un guión que llevaba tiempo durmiendo el sueño de los
justos en un cajón de su despacho. Con todo, para lograr poner en marcha la película,
Franco tuvo que hacer ciertas concesiones a los que proporcionaban la “pela”.
Al tratarse de una discográfica, Subterfuge Records, éstos impusieron la
presencia en el rol protagonista de los componentes del grupo musical “Killer
Barbys”, por aquel entonces con cierta presencia dentro de la escena musical
independiente española, entonces muy en boga, dando preeminencia a las
canciones de la dicha banda. A estos les acompañan actores tan diferentes como
la italiana Miriangela Giordano, Aldo Sambrell, actores bregados en la serie B
europea más o menos de empaque, y un Santiago Segura en sus primeros días de
cierta popularidad mediática.
A pesar de esta concesión, “Killer
Barbys” es una película cien por cien franquiana, que en su momento se encuadró
en el resurgir del cine español representado por “El día de la Bestia”
(1995/Alex DelaIglesia). La presencia de Santiago Segura, al que sus Torrentes
aún le quedaban lejos, no es para nada casual, pues la idea era atraer a la
misma clase de público. El hecho es que esto llegó a ocurrir, aunque debe
decirse que más de uno, y más de dos, se sintieron bastante desconcertados con
el resultado final que se vio en pantalla, aunque, como ya he dicho, la
película no engaña a todo aquel que esté iniciado en los parámetros del cine
cultivado por el director de “Los ojos del Dr. Orloff” (1973).
Así pues, estamos ante una
película que, sirvió para que las nuevas generaciones conocieran a uno de los
directores más heterodoxos del cine español y, por extensión europeo, por más
que lo hicieran a través de una película tan poco lustrosa como ésta, preámbulo
del renacimiento profesional de su director, que a partir de entonces
mantendría un ritmo de producción casi endiablado. Al año siguiente dirige “Tender
flesh”, primera de las once películas consecutivas que rodará, sin solución de
continuidad, para el sello estadounidense On Shot, editor de la revista “Draculina”,
publicación americana dedicada a glosar la vida y milagros de las actrices más
neumáticas de la serie B y Z yanqui y de la Vieja Europa. Si “Killer Barbys” es
una película caótica, desarmante en su desnudez de narrativa y complejidad, “Tender
flesh”, que contó con una primera distribución videográfica directamente en
inglés y sin subtítulos (tampoco es que el guión tenga demasiada importancia)
es, por comparación, mucho peor, lo que ya es decir.
La presencia de la citada One Shot
permitió que algunas de las grandes “starlettes” del terror barato
estadounidense hicieran acto de presencia en Málaga, lugar de residencia de
Jesús Franco, para rodar sus desvaríos, en los que adaptó el formato de vídeo
digital para abaratar costes. A esta etapa pertenecen “Mari Cookie y la
tarántula asesina” (1997), una por momentos alucinante cinta de ciencia ficción
con las muy apetitosas Michelle Bauer y Linnea Quigley, además de Monique
Parent, ya presente en “Tender flesh” (recuperada en DVD por el sello
Vellavisión con un doblaje realizado por el propio Franco, que deja claro que
los diálogos, aún en inglés, eran alucinantes) así como la siempre presente Lina Romay, musa
de Franco y desgraciadamente ya desaparecida, al igual que el realizador
madrileño. Otro título de esta etapa
puede citarse, por suponer un punto y aparte con respecto al cine de terror,
sería “Seda roja” (1999), un “thriller” de espías de nuevo con Lina Romay y la
incorporación de Christie Levin…
En 2002 llega a festivales
especializados la secuela, “Killer Barbys contra Drácula”, una coproducción
hispanoalemana, de nuevo con la citada banda y Aldo Sambrell, al que se suma
Dan Van Husen, antaño un secundario muy habitual en el cine de Franco.
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