lunes, 20 de enero de 2014

MIEDO AZUL

Publicada originalmente en 1983, “El ciclo del hombre lobo” (“Cycle of werewolf” en el original) es una de esas novelas de Stephen King que suelen despacharse como “menores” pero que le permitieron situarle en la primera posición entre los autores de novela de terror a primeros de la década de los ochenta.
Se trata de una novela francamente muy entretenida, de lectura ágil y que pone de manifiesto la indiscutible buena mano de su autor para crear tensión en el lector, mediante el ingenio y unos recursos narrativos muy creativos. Como apoyo, King presentó la edición con ilustraciones a cargo del gran Berni Wrightson. Dibujante de cómics de terror y fantasía, Wrightson y King habían trabado amistad gracias a la amistad mutúa que les unía con George A. Romero, responsable de “La noche de los muertos vivientes” (1968). Un año antes de la edición de “El cliclo del hombre lobo”, los tres colaboraron en la elaboración de la adaptación a viñetas de “Creepshow” (1982), particular homenaje de Romero y King a los viejos, y censurados, tebeos de la EC Comics de los años cincuenta.
El éxito del libro fue lo bastante importante como para que el productor de origen italiano Dino DeLaurentiis adquiriese los derechos de la novela para poner en marcha una adaptación fílmica. El propio King se responsabilizó del guión, y el director elegido fue Don Coscarelli, firmante de la gran “Phantasma” (1979) y las no tan grandes secuelas que rodó de los desmanes del Hombre Alto, interpretado por Angus Scrimm. Todo indicaba que estábamos ante una película que lo iba a petar en las taquillas pero, finalmente, no fue así.
Por un lado, a pocos días de inciarse el rodaje, Coscarello se apeó del proyecto, aduciendo las habituales “diferencias creativas” con el siempre mandón DeLaurentiis. Su sustituto, Daniell Attias, le puso arrojo, pero rrancamente se hizo evidente que el proyecto le venía grande, quedándose “Miedo azul” (“Silver bullet” en el original yanqui/1985) en su única incursión para la pantalla grande, para luego dedicarse de forma total y absoluta a la pequeña, dirignedo episodios de series como “Perdidos”, entre otras.
“Miedo azul” no puede decirse que sea una mala película, pero a uno le queda la sensación de que podría haberse hecho algo más con el sugerente material de partida. Adaptándola a un planteamiento adolescente, muy similar en intenciones a “Los goonies” (1985/Richard Donner), pero con menos gracia y con una fotografía de aires siniestros que no encaja con tales pretensiones. Nada en la película parece ser aprovechado por su director para hacer que la película ascienda unos cuantos metros de la llanura visual que se nos pone por delante, algo que acaba por afectar incluso a los actores, encabezados por un Gary Busey que ya estaba entrando en barrena en una carrera que se inició prometedoramente con “El gran miércoles” (1979) y que luego le llevó a los meandros de la serie Z más pestilente. Le acompañan dos jovenes promesas que tampoco pasaron de eso, promesas, Megan Follows, y el tristemente fallecido Corey Haim, actor que luego logró hacerse un hueco en el corazoncito de todos los aficionados gracias a su papel en la divertida “Jóvenes ocultos” (1987), y cuya adicción a los estupefacientes hizo que fuera, al igual que le ocurrió con Busey, un rostro habitual de la serie B lanzada a DVD. Falleció en 2010 de una sobredosis, a los 39 años de edad… Aunque se anuncia para este 2014 el estreno de “The dead sea”, oscurísimo “thriller” dirigido por el bien poco conocido T.A. Williams, en un proyecto que seguramente quedó afectado por su muerte, y ahora se recupera o, no sé, cualquier otro disparate hollywoodiense que se les pueda ocurrir.
DeLaurentiis, pese al palo recibido con “Miedo azul”, no perdió la fe en las obras de Stephen King, pues casi al unísono estrenó la más lograda “Los ojos del gato”, bajo la batuta de un director de trayectoria igualmente concentrada en la caja tonta, pero bregado en el cine de bajo presupuesto con fundamento (esto es, trabajando para Roger Corman), Lewis Teague. No contento con eso, le financió a King su debut en la dirección cinematográfica con “La rebelión de las máquinas” (1987), que se pegó una castaña en taquilla que dejó el fiasco de “Miedo azul” en mera zancadilla.


Imagen de Corey Haim, actor de prometedora carrera que se vio tristemente truncada por su adicción a las drogas, muriendo en 2010 a la edad de 39 años...

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