viernes, 14 de marzo de 2014

DOBLE JUEGO

Jack Grimaldi es un policía que, en un momento de su vida, decide jugárselo todo para ganar más dinero. Considerado como un policía ejemplar, Grimaldi no tiene problema alguno en trabajar como "chivato" para un mafioso. Por otra parte, está casado con una mujer hermosa, pero mantiene relaciones con una joven, e ingenua camarera, sin hacerle ascos ni tan siquiera a su cuñada, con la que también ha tenido sus rollos de una o dos noches. Pero las cosas toman un cáriz del todo diferente cuando conoce a Mona DeMarkov, una asesina profesional, que destaca por su casi nula presencia de escrúpulos. El hasta entonces equilibrado Grimaldia comete el error de entrar en el juego de Mona, una mujer que le llevará hasta las mismísimas entrañas del Infierno. Una caída en la cual el agente de policía perderá casi todo, incluso hasta su cordura...
Cineasta de trayectoria cuando menos curiosa, por variada en cuanto a géneros tocados y resultados obtenidos, Peter Medak se ganó un lugar dentro del cine de terror gracias a "Al final de la escalera" (1979), película de referencia sobre el tema de los fantasmas, alrededor de las cual han bebido casi todas las películas del subgénero hechas posteriormente, incluída "El sexto sentido" (1999). Después de eso, Medak fue el responsable de una comedia paródica que tuvo también cierto predicamento en su día, "Estos zorros locos, locos, locos" (1981) y cierta preferencia por el "thriller" atmosférico, caso de "Secretos indiscretos" (1986) o "Los Kray". En 1998 rueda "Species II", secuela de la muy irregular cinta de ciencia ficción filmada tres años antes por el australiano Roger Donaldson, muy superior a su filme precedente, aunque tampoco es que sea como para tirar cohetes. Su fracaso en taquilla hizo que su director tuviera que emigrar al medio televisivo, donde se mantiene en activo a día de hoy, con pocas probabilidades de que vuelva a la pantalla de gran formato en un futuro cercano. 
"Doble juego" ("Romeo is bleeding/1993) tampoco es que fuera un éxito, más bien todo lo contrario, se pegó una costalada de padre y muy señor mío en la taquilla, que supuso la primera parada de su director en el medio cinematográfico, regresando precisamente en 1998 con la ya citada "Species II", que al ser otro fiasco comercial, vino a significar su exilio definitivo en los andurriales catódicos. La idea partió de un guión de Hilary Hnekin, que estuvo durmiendo el sueño de los justos en el cajón de algunos productores, antes de que el propio Henkin decidiera ser él mismo quien lo financiara. El guión siempre fue muy bien considerado entre el mundillo, pero no fue hasta que Henkin se encargó personalmente de levantar el proyecto, que la cosa empezó a tener cara y ojos. 
La película es una muy buena muestra de cine negro moderno; es probable que, de haberla hecho Tarantino, hoy estaríamos hablando de una cinta de culto, reverenciada por los popes de la crítica, pero al caer en manos de un director funcional, de esos que hacen "lo que les echen", hablando en plata, nadie llegó realmente a reparara en ella, a apreciarla como es debido. Su estrepitoso fiasco en la taquilla americana hizo el resto; en España nos llegó directamente en vídeo, casi de tapadillo, con un doblaje espantoso.
Estéticamente, la película quizá ha envejecido un tanto, con esa fotografía "de diseño" pero su planteamiento argumental, el descenso a los Infiernos de un policía ambicioso, que se lo juega todo a una carta, representada en una bella y brutal asesina a sueldo, Mona DeMarkov (encarnada por una Lena Olin convertida, desde ya, en objeto de deseo de cualquier amante del cine negro, sea este clásico, posmoderno o de vaya usted a saber dónde), pura versión modernizada de los estilemas del mejor cine negro, así como su pirueta final, hacen de ella una de las aportaciones más imaginativas que pudo hacerse al género del "trhiller" en el Hollywood de primeros de los noventa, pero por las razones que sean, la cosa no terminó de enganchar comercialmente. Un año después, Tarantino, siempre Tarantino, con "Pulp fiction" (1994) asumiría una apuesta visual y temática similar que, esta vez sí, daría lugar a un título que se convertiría en el estandarte del género para los restos. 
Al pobre Medak, por desgracia, le tocó el papel de "cornut i pagar el beure", de pionero que abrió el sendero pero sin hallar la recompensa al final del camino. Ese honor quedó en manos de Tarantino, con las consecuencias que todos ya sabemos...
Una pega que se le puede encontrar a esta película es la interpretación de un Gary Oldman recién salido de su labor en el "Drácula de Bram Stoker" (1992) de Francis Coppola. Si bien en un primer momento la cosa funciona con cierto buen nivel, lo cierto es que posteriormente el actor se pierde en la sobreactuación más supina. Cierto es que su personaje no está creado para mover a la simpatía, antes al contrario, pero es que puede llegar a ser inaguantable en según qué momentos. 

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