miércoles, 5 de marzo de 2014

SPIDERS

Una joven estudiante universitaria, que trabaja en el periódico estudiantil, recibe el soplo de que el gobierno está realizando una operación ultrasecreta a las afueras de la ciudad, donde ha montado una pista de aterrizaje donde debe llegar una lanzadera espacial que ha realizado diversas investigaciones científicas, aparentemente vinculadas a la industria del armamento. La chica, acompañada por dos compañeros, acude al lugar, asistiendo estupefacta cómo la nave se pega la gran nata. Todos los miembros de la nave mueren, exceptuando uno, que ha quedado muy malherido, siendo trasladado a una base cercana. Los tres chicos logran colarse en las instalaciones, pero pronto descubren que el superviviente cobija los huevos de una especie de arañas mutantes del espacio exterior que, ni que decir tiene, se escapan del cuerpo del pobre astronauta, montando la de Dios es Cristo. Un alto cargo de la CIA, con muy malas pulgas, no desea que hayan testigos, por lo que decide que los tres estudiantes no salgan vivos de la base...El problema es que las arañas están hambrientas y no distinguen entre universitarios y uniformados. La invasión de la Tierra es un hecho...O eso parece. 
Profesional versátil, fogueado en la dirección de segunda unidad, el desarrollo de efectos visuales y como operador de cámara, Gary jones empezó trabajando para Sam Raimi, en "El ejército de las Tinieblas" (1992) y en las series que éste produjo en Nueva Zelanda a mediados de los noventa, "Hércules" y "Xena, la princesa guerrera". Como realizador titular, Jones ha venido desarrollando su actividad en los más estrechos márgenes de la serie B videoclubera, debutando en estos menesteres en 1995  con "Mosquito".
"Spiders" (2000), su segundo largometraje, fue su primera incursión en el seno de la Nu Image (la otra es "Cocrodile 2", estrenada en DVD por estos lares como "Cocodrilo, aguas sangrientas") y la mejor de ellas. Y es que estamos ante un homenaje al cine de ciencia ficción de los años cincuenta que logra superar los escollos que la desangelada "Arachnid" (ver reseña para mayor información) no supo o no pudo o quizá no querían sus responsables principales, superar.
Jones, sabedor de que los medios con los que contaba eran muy modestos, no se anda por las ramas, ofreciendo una cinta que en todo momento deja claras cuáles son sus intenciones, ofreciendo un producto de evasión que funciona con muy buen ritmo, aún teniendo en cuenta que su rodaje se realizó en condiciones harto precarias, y un calendario de rodaje apretadísimo. Es en su entusiasmo, en su descaro, donde "Spiders" gana enteros. No es una película redonda, pero al menos no es una tomadura de pelo, resultando muy efectiva cuando debe serlo, y teniendo en cuenta la clase de birrias que pueden llegar a estrenarse en el mercado de DVD, ya es todo un milagro. Pese a lo ajustado del presupuesto, el director convenció a los excelentes Robert Kurtzman, Greg Nicotero y Howard Berger para que realizaran y supervisaran toda la labor de maquillaje y efectos especiales, lo que permitió que la película, en ciertos momentos, luzca como si se hubiera hecho con algunos dólares de más, ayudando a un resultado final más que digno. 
De un reparto de caras desconocidas, o que prácticamente han desarrollado su carrera en productos de similar calado, o para televisión, destaca una por entonces novata Lana Parrilla, guapa actriz de origen latino, hoy popular por su papel de villana de cuento en la serie de TV "Érase una vez". Como detalle curioso indicar que la película tiene la anécdota de que, en una de sus secuencias, en las cuales Lana se enfrentaba a un fornido agente de la CIA, del que luego se enamora, la actriz se tomó la pelea con un ardor digno de Agustina de Aragón, resultado de la cual se le escapó, literalmente, una teta de la escueta camiseta que lleva a lo largo de la película. Dicha circunstancia, que aparece fugazmente en la película, sirvió para crear alrededor de ella cierto predicamento, aunque la actriz siempre se ha mostrado molesta por el  hecho de que dicha escena no fuera vuelta a rodar o eliminada del montaje final. 
Sea por las arañas o por el pecho furtivo, "Spiders" funcionó lo suficientemente bien a nivel de videoclubes como para que la Nu Image, que no dejaba la ocasión para explotar los filones al máximo, como ocurrió con "Shark attack", realizara rauda y velozmente una secuela, estrenada en España como "Criaturas asesinas", pero que resultaba un producto ya muy de serie Z, más divertido por su cutrez confesa y evidente, que no por sus valores cinematográficos, harto inexistentes. Tamaño desastre fue dirigido por Sam Firstenberg, recordado responsable de títulos como "El guerrero americano" (1985) y secuelas, por aquel entonces en horas muy, pero que muy, bajas. 

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