martes, 18 de marzo de 2014

ÚLTIMO DESEO

En una finca de lujo, su propietaria tiene la costumbre de organizar reuniones para hombres de negocios y personas de similar poder adquisitivo, a los que proporciona un rato de relax con mujeres y comidas y bebidas de alta categoría. En el transcurso de una de sus fiestas, se produce en el exterior algo que no acaba de quedar claro, aunque aparentemente todo queda en un temblor de tierra y en algo de inquietud entre los habitantes de la casa. La realidad es que se ha producido una explosión nuclear, y las personas que viven en el exterior han quedado ciegas, volviéndose violentas en el proceso. Los ocupantes de la casa deben tomar la decisión de hacerse fuertes en ella o marcharse del lugar, aunque ninguna de tales decisiones sea la más útil para salvar la vida...
A partir de un guión escrito al alimón por Vicente Aranda y Joaquín Jordá, dos personas tan alejadas de tales profesionales del cine, tanto en intenciones como en pretensiones estilísticas, como eran León Klimovsky o Paul Naschy se reunieron por última vez, ocho años después de haber marcado un punto álgido para el género del fantaterror español. 
La película mezcla sin demasiada sutileza, la ciencia ficción de raíz "Twilight zone" con el cine erótico que por aquellos años marcaba el paso dentro del cine español. La presencia de Nadisuka, tan bella como inexpresiva, ejemplifica claramente las intenciones de sus responsables, al igual que la participación de Naschy, que aquí deja a un lado su rol de héroe sufrido pero más valiente que un ocho, para convertirse en el villano de la función. Ello no significa que su personaje asuma una actitud cobarde, antes lo contrario, si no que lo hace desde otro punto de vista. 
Es en esta mezcla, tan rara en el enunciado como atractiva en su puesta en escena, lo que convierte a "Último deseo" en una de las aportaciones más inusuales del fantástico español, que bien merece una recuperación por parte de los aficionados. Klimovsky, siempre funcional, pero que sabía cómo hacer su oficio, realiza una pieza francamente sugestiva, que quizá de haber sido dirigida por algunos de sus dos guionsitas hbiera ganado cierta condición de culto pero que, al estar dirigida por un director que para nada se las daba de autor, pasó sin más pena que gloria por los cines españoles en el momento de su estreno. Desde entonces pocas veces ha sido emitida por TV y solamente consta una edición videográfica en 2002.
A los ya reseñados Nadiuska y Naschy se añaden la presencia del argentino Alberto de Mendoza (que según cuenta el propio Naschy en sus memorias, no acabaron de congeniar en el rodaje, más bien todo lo contrario), la catalana Teresa Gimpera (Nashy y ella habían coincidido el año anterior en el rodaje de "Secuestro", un "thriller", de nuevo a las órdenes de Klimovsky), la casi imprescindible Julia Saly y un par de secundarios de hierro de nuestro cine, como son Ricardo Palacios y Emiliano Redondo. En un papel más breve puede verse a María Perschy, otra de las actrices que tuvieron su hueco particular en el cine de género hecho en España. 
Si hay una película que merezca la coletilla "a descubrir", no les quepa duda que ésta es una de las primeras de la lista.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario